"¡Artista! Eres un sacerdote: el arte es el gran misterio...
¡Artista! Ers un rey: el arte es el verdadero imperio...
¡Artista! Eres un mago: el arte es el gran milagro."

Joséphin Péladan



"El verbo del Precursor, aún más misterioso, se expresaría parcialmente de este modo: “Mi gesto incita y mi sonrisa desafía, y ¡soy Juan! No te asombres; mi gesto dice la verdad a todos, y mi sonrisa se la dice a algunos. Actúo para la masa y sonrío para pocos; como soy andrógino de formas, soy de pensamiento doble: positivo e imperativo, exotéricamente; pasivo y dulce para los elegidos. Mi dedo se levanta hacia el cielo; anuncio la necesidad de la salvación. El pliegue de mi boca revela que la salvación no siempre es dolor. Lo que ves en mis ojos, el la voluptuosidad de los espíritus, sé que el mal es transitorio, como el dolor, y que el bien y la alegría son ternos. Los imbéciles traducirán mi mueca singular por el escepticismo, esta ignorancia, y yo sé. Soy el más sabio de los santos; mi mano ordena creer y mis labios incitan a comprender. Quien se deje seducir por mi gracia poseerá un día la sonrisa de los querubines, eternamente arrebatados por el conocimiento divino. Los hombres tienen necesidad de temer; pero yo, junto a Dios, sonrío de este temor, porque amo, amo indefectiblemente , y este amor me une a Él. El cielo sonríe, el cielo es alegre, el cielo es la voluptuosidad santa; revelo la salvación por la belleza, tal y como lo concibió Leonardo da Vinci, arcángel, dueño de las formas, en la morad eterna. Soy el Anunciador de la Mística de la belleza, de la Mística del arte”."
¡Sí, es una mística de la admiración constante, del rito entusiasta del esteta! Pero al principio hay que presentarla de una manera atenuada y perceptible, y no volverla de pronto inaccesible.

Joséphin Péladan
La voluptuosidad estética


"La vida se manifiesta a través del movimiento y el arte mediante la inmovilidad. ¿Podría reducirse todo ello a una mera antinomia? Comúnmente, el atuendo masculino es tildado de informal y sus colores son calificados como neutros. El diseño parece idéntico a la tentativa que connotaba la erradicación de las leyes de castas y la jerarquía de la personalidad, confrontando al artista con un obstáculo difícilmente soslayable, calumniando el bosquejo corporal y emponzoñando el ánimo del individuo. Cabría, evidentemente, la veleidad de retirar la peluca de Rigaud o la celebérrima frase de Hais y sin duda sería imposible supervisar o sostener las mismas mentalidades de superior rango, deviniendo en una absoluta e indefectible contemporaneidad. Leonardo nunca fue súbdito de las modas temporales. Adquirió un claro compromiso sito entre el vestuario y el cortinaje. La concubina de Pandolfo Malatesta había puesto de moda el estilo basado en la cabeza totalmente rasurada y el pelo totalmente recogido, contradiciendo a menudo la armonía propia de los rasgos de la fisonomía. Nosotros estamos en condiciones de referirnos a un elemento crítico de singular valor: la fotografía. Ella refrenda y demuestra la insulsa estupidez del realismo. Perfilando adecuadamente nuestro objetivo podríamos esbozar los matices sitos en un salón anual, pero difícilmente seríamos capaces de adecuar las imágenes a las necesidades propias de un museo."

Joséphin Péladan
Introducción a la estética



"Los mundanos han deshonrado la alegría y la belleza; su alegría se inspira en boberías y su belleza no se eleva ni a lo bonito; pero no olvidemos que existe todo un clan de santos felices, de bienaventurados sonrientes, de venerables con una dulce alegría. Las lágrimas son bellas y lavan nuestra indignidad, pero pueden brotar tanto en el arrobamiento como en la pena: ¡y quién nos prohibirá la plenitud y la alegría del corazón a la vista de Dios!"

Joséphin Péladan
La voluptuosidad estética



"Primeramente, encaminé mis pasos hacia la capilla y posteriormente decidí volver a la pensión, previendo que ella se iría en ese instante a sus aposentos. Ni siquiera cené. Mañana la escucharé dócilmente. Ahora en medio del sueño que sucede a la vigilia mi pensamiento se entretiene en todo un conglomerado de delicias y tristezas y ruego que nada me despierte de esta dulce absorción de mi ser, sintiendo que no me será posible revivir este sacro instante. Excúseme, su señoría, por todas las molestias que ello pueda ocasionar, pero simplemente dejo que la divina emoción haga vibrar y estremecer todo lo que soy.
Conviene prudencia en lo concerniente a la tribulación de las ánimas; de hecho la educación jesuítica lo prepondera desde los primeros días del noviciado. Estos artistas de la pedagogía tratan de insuflar en el ánimo infantil desde un principio el rigor devoto de una adecuada disciplina actitudinal, que permita una cierta libertad de expresión, a fin de discernir pronto cómo inculcarle al joven los adecuados preceptos, sin que por ello su ánimo se vea cruelmente zaherido."

Joséphin Péladan
L´androgyne