"El Dios de los judíos tenía y tiene el nombre: Jahvé. Al observar lo que dice la Biblia en el Viejo Testamento de este Dios Jahvé, debemos francamente confesar, que es imposible reconocer en él el Ser Supremo. Nos limitamos a indicar sólo tres razones: Primera: la excesiva crueldad del Dios Jahvé. Segunda: la amistad íntima de Jahvé con personas de absoluta inmoralidad y cuyos instintos perversos son fomentados por él. Tercera: la exclusiva protección que Jahvé proporciona a su "pueblo escogido" Israel, exterminando él a los demás.”

 Franz Griese
La Desilusión de un Sacerdote