"Antes cambiará el sol su curso, que la necedad prevalezca sobre la inteligencia y el saber, y que la insensatez pueda más que la prudencia en el difícil arte de proporcionar al hombre sus placeres verdaderos, y de asentar su felicidad sobre bases permanentes."

Constantin-François Chasseboeuf de la Giraudais, Conde de Volney


"Todos los días salía a visitar alguno de los monumentos que cubrían la llanura; y una tarde, que, ocupado mi espíritu en serias reflexiones, me había adelantado hasta el Valle de los Sepulcros, subí a las alturas que le rodean y desde las cuales a un mismo tiempo domina la vista la totalidad de las ruinas y la inmensidad del desierto... Acababa de ponerse el sol, y una zona rojiza marcaba todavía su curso en el horizonte lejano de los montes de Siria; la luna llena se levantaba por el oriente, sobre un fondo azulado, en las riberas planas del Éufrates; el cielo estaba despejado, el aire en calma; la luz moribunda del día aminoraba el horror de las tinieblas; la frescura de la noche calmaba el fuego de la abrasada tierra, y los pastores habían retirado sus camellos; la vista no percibía ya movimiento alguno sobre la llanura monótona y sombría; un silencio profundo reinaba en el desierto, y sólo a intervalos remotos oíanse los lúgubres acentos de algunos pájaros nocturnos y de algunos chacales... Las sombras se aumentaban y ya no distinguían mis ojos en los crepúsculos más que la blancura de las columnas y de los muros... Estos lugares solitarios, esta noche apacible, esta escena majestuosa, imprimieron en mi ánimo un recogimiento religioso. El aspecto de una gran ciudad desierta, la memoria de los pasadios tiempos, la comparación del estado actual, todo elevó mi mente a las más sublimes reflexiones. Sentado sobre el fuste de una columna, apoyando el codo sobre mi rodilla, sostenida la cabeza con la mano y dirigiendo mis miradas alternativamente al desierto y a las ruinas, me entregué a una profunda meditación."

Conde de Volney
Las ruinas de Palmira
















“Uno disputa, discute, lucha por algo que es incierto, por algo de lo que duda. ¡Oh, hombres! ¿No es eso una locura? (…) Debemos trazar una línea de distinción entre los que son capaces de verificación y los que no lo son, y separar con una barrera inviolable el mundo de los seres fantásticos del mundo de las realidades; es decir, debe eliminarse todo efecto civil de las opiniones teológicas y religiosas”

 onstantin-François Chasseboeuf de la Giraudais
Conde de Volney