Canto a la esperanza

        (lázaro
        recuperado a la vida
        por la acción de Johann Gruber, aquel sacerdote
        con identificación 43.050
        que sería después torturado,
        durante tres días seguidos,
        antes de morir en manos de las SS)

Jean Cayrol



"Con nuestra sincera mirada examinamos esas ruinas, como si el viejo monstruo yaciese bajo los escombros. Pretendemos llenar de nuevas esperanzas como si las imágenes retrocediesen al pasado, como si fuésemos curados de una vez por todas, de la peste de los campos de concentración. Como si de verdad creyésemos que todo esto ocurrió sólo en una época y en un solo país. Y que pasamos por alto las cosas que nos rodean, y que hacemos oídos sordos al grito eterno de la humanidad."

Jean Cayrol


"Estamos quienes contemplamos hoy sinceramente esas ruinas como si el viejo monstruo del campo de concentración estuviera muerto y sepultado bajo ellas; quienes fingimos recobrar la esperanza frente a una imagen que se aleja, como si hubiera una cura para la peste de aquellos recientes; quienes queremos creer que todo eso ocurrió sólo una vez y en un tiempo y en un lugar concretos, y quienes nos negamos a ver alrededor y atender el llanto que perdurará hasta el final de los tiempos."

Jean Cayrol


"La idea de ir a morir donde uno nació siempre me ha parecido subyugante; algo así como un tributo a la aventura de la vida y, a la vez, un acto de una cierta humildad."

Jean Cayrol



"Nunca se tiene la vida que debería tenerse."

Jean Cayrol


"Soy tenaz en el resentimiento."

Jean Cayrol


"Todas las puertas. Los deportados miran sin comprender. ¿Serán liberados? ¿La vida cotidiana los aceptará? 'Yo no soy responsable', dice el subalterno. 'Yo no soy responsable', dice el oficial. 'Yo no soy responsable'. ¿Entonces quién es responsable? "Mientras les hablo el agua fría de las mareas cubre las ruinas, así como un agua fría y opaca lo hace con nuestra mala memoria. La guerra es un suspiro, un ojo siempre abierto. El pasto, siempre fiel, ha regresado sobre los patios de armas, alrededor de los galpones. Un poblado abandonado pero aún lleno de amenazas. Los crematorios están fuera de uso, los trucos nazis son ya anticuados. Fueron nueve millones de muertos los que quedaron en estas tierras. ¿Quién, de entre nosotros, va a avisarnos desde este extraño observatorio de la llegada de las nuevas instituciones? ¿Realmente difieren de nosotros? En alguna parte, entre nosotros, quedan aún sargentos, jefes recuperados, soplones, delatores anónimos, y también aquellos que no creían en esto, o sólo de vez en cuando. Y los vencedores que, sinceramente, miran como si el viejo monstruo de la concentración hubiera muerto bajo los escombros. Y que al ver como se alejan estas imágenes recuperan la esperanza, como si fueran convalecientes de esta peste de concentración. Al contemplar estas ruinas, nosotros creemos sinceramente que en ellas yace enterrada para siempre la locura racial, nosotros que vemos desvanecerse esta imagen y hacemos como si alentáramos nuevas esperanzas, como si de verdad creyéramos que todo esto perteneciese sólo a una época y a un país, nosotros que pasamos por alto las cosas que nos rodean y que no oímos el grito que no calla."

Jean Cayrol
Noche y niebla


"Ya no tenía miedo, Para tener miedo hay que tomarse en serio."

Jean Cayrol