"Cuando era
niño, la guerra era vista aún como la única acción de asesinato en masa
legítima y aprobada por la ley. Hoy no es necesaria una guerra para lograr una
acción de asesinato en masa en una escala mucho mayor. Pero los dueños del
poder no hacen nada contra el peligro total; al contrario, hacen todo lo
posible para agrandarlo cada vez más. Siguen construyendo nuevas plantas
atómicas y no desvían los miles de millones de dólares, que se gastan para
subvencionar la industria atómica, en el desarrollo de soluciones alternativas.
Además, continúan siendo solidarios con una potencia mundial incontrolable que
se sigue preparando para la guerra atómica. Los asesinos potenciales no están
entre nosotros sino sobre nosotros y sólo por la razón de que millones de
corderos los votan, divididos en social-cristianos, liberales y
socialdemócratas. Como emplean principios democráticos como material
propagandístico de juego, no tienen nada en contra de que de vez en cuando
algunos griten: '¡esto no nos gusta nada!'. Al contrario, eso es bueno y además
no molesta para nada a los de arriba. Pero el primer embozado que arroje una
piedra, es calificado de criminal y va al calabozo. Cuando ocurra en Alemania
el primer Chernóbil -y sólo Chernóbil- serán algunos cientos de miles de estos
llamados 'criminales' que se lanzarán a la calle. El ejército comenzaría a
actuar. Pero por lo menos esta discusión se actualizaría, saldría del medio
intelectual, y se haría más popular. Claro, de cualquier manera, de acuerdo a
las circunstancias actuales, todo aquel que guiado por su conciencia realice
actos de violencia individuales, no podrá cambiar nada. Pero que en el futuro
no se ponga su nombre a calles, como ejemplo, de eso no estoy tan seguro.
Desgraciadamente estoy muy viejo para hacer apuestas, pero lo haría y por la
cantidad más alta, que en el año 2050 habrá un lugar dedicado a Ulrike Meinhof
para recordarnos sus propuestas."
Erich Kuby