"Amigo mío, la verdad es ésta: nadie miente del todo al mentir." 

Pascal Quignard


"Aquello duró cuatro meses. Luego, cesó. Entonces regresé. Regresé el Jueves Santo de 2008. Al cabo de dos días era Pascua. Claire seguía viviendo en Dinard, en la casa de la señora Ladon. La granja aún no estaba habitable. Claire me había dicho que le había comprado a la señora Ladon la granja destruida. Pero no se había preocupado de vigilar la restauración. Así que me arremangué. De muy buen grado me impliqué en la pequeña «reconstrucción» del edificio principal de la granja. Gracias a Simon Quelen nos conectaron el agua y la electricidad. Pude proporcionarle al conjunto de la granja un poco de confort. Abajo construí un cuarto de baño, con los servicios aparte. Instalé la calefacción. Hice bajar el techo de los cuartos para hacer habitable el granero. Cada día me iba al mediodía a almorzar a Saint-Lunaire, tan amarilla, tan rústica. O a Plage-Blanche, más gris y rosa que blanca. O a Saint-Briac, austera y sublime (pero de donde Jean se había eclipsado). La primavera era suave y dulce. La superficie del mar no refulgía: sólo lucía bajo el cielo gris. Las olas eran opacas y blandas. Para regresar tomaba el barco. No había oleaje. Al anochecer subía la escalinata hasta las Piedras Tumbadas. El horizonte era blanco, de un blanco maravilloso, de tiza, de harina, de azúcar en polvo. La vista era increíble. Comprendía que los hombres antiguos hubiesen erigido allí las tres piedras enormes.
También las nubes, a lo lejos, eran macizas, y tan lentas como blandas eran las olas."

Pascal Quignard
Las solidaridades misteriosas




"Cada cual aporta su astilla a la hoguera que ilumina el mundo." 

Pascal Quignard





"El auditor, en lenguaje, es un interlocutor: la egophoria pone a su disposición el yo y la posibilidad abierta de responder en todo momento. El auditorio, en música, no es un interlocutor. Es una presa que se estrega a la trampa."

Pascal Quignard


"El auditor mantiene cerrada la boca: abre los oídos." 

Pascal Quignard


"El coraje es una imprudencia que teme tanto como la prudencia puede temer, pero que coloca, sin embargo, su nariz fuera, abandona su matorral, se da vuelta, de pronto, y hace frente." 

Pascal Quignard


"El egoísmo quizás sea un proyecto irrealizable para los humanos que hablan. En las decisiones que tomamos, nos perjudicamos a nosotros mismos como esas aves rapaces que quiebran los huevos de su nido. ¿De qué vale la fórmula "cada uno para sí", si cada uno se odia?" 

Pascal Quignard


"El espanto es el signo del fantasma." 

Pascal Quignard


“El fanático es el hombre golpeado por un rayo.”

Pascal Quignard



"El grito que pide socorro, una vez convertido en canto, ya no se dirige a nadie." 


Pascal Quignard


"El individuo es como la ola que se levanta en la superficie del agua. No puede separarse de ella completamente. Y vuelve a caer rápidamente en la masa solidaria, que se la traga. Vuelve a caer una y otra vez continuamente con el movimiento irresistible de la marea que la arrastra. Pero ¿Por qué no levantarse una vez, y otra vez, y otra vez?" 

Pascal Quignard



"El lenguaje es en sí mismo investigación. En la tradición filosófica, el lenguaje no es más que un vestigio del que uno puede desprenderse o que se puede corregir, como el soma-sema, como el cuerpo animal convertido en tumba y signo, como las técnicas, como las artes. El lenguaje es la única sociedad del hombre (cháchara, cotilleo, familia, genealogía, ciudad, leyes, charla, cantos, aprendizaje, economía, teología, historia, amor, novela) y no se conoce ningún hombre que se haya librado de él. Así el logos fue desatendido por la philosophia en su despliegue, de la misma manera que el aire es ignorado por las alas de los pájaros, como el agua del río es ignorada por los peces excepto al morir por encima de la superficie del agua en donde se asfixian, una vez transportados por el anzuelo hacia la suavidad y la transparencia atmosféricas donde dejan de moverse y se iluminan.
(...)
Cuando una sociedad está a la espera del acontecimiento que puede extinguirla, cuando el miedo, el desamparo, la pobreza, la desherencia y la envidia de todos contra todos han llegado a un estado de madurez, comparable al de los frutos bajo el calor, una expresión secreta y ávida aparece en la mayoría de los rasgos de los vivos que se encuentran por las calles de las ciudades que son las nuevas selvas. Los rostros que nos rodean cargan con esa tristeza y manifiestan ese silencio que se extiende. Ese silencio, a pesar de la Historia, es decir, a causa del mito de la Historia, sigue siendo ignorante de su ferocidad. Las sociedades occidentales están de nuevo en ese estado de terrible madurez. Están en el límite de la carnicería."

Pascal Quignard
Retórica especulativa



"El misterio surge cuando vienen a añadirse la fascinación al espanto." 

Pascal Quignard



"El oído es el único sentido donde el ojo no ve." 

Pascal Quignard


"El pudor concierne al sexo como secreto." 


Pascal Quignard



"El rasgo del orgasmo es temporal: es la pérdida de la conciencia de la duración." 

Pascal Quignard



"Ella se hallaba en el vano de la ventana. Llevaba un vestido de noche negro. Estaba inmóvil, con la espalda tiesa, comiéndose las mejillas con los brazos encogidos contra el pecho, como si tiritase de frío.
Eran más de las ocho. Edouard la había llamado desde Londres y le había prometido que estaría allí a las siete para la cena. Ella había visto a su abogado tres horas antes con Roza. Las condiciones del divorcio estaban fijadas. La última vez que había visto a Yves, éste había llorado, se había emborrachado y luego le había soltado a modo de maldiciones las palabras padre, hermano, frígida, estéril, neurótica...
Laurence se inclinó hacia la cómoda, extrajo los álbumes de fotos que databan de antes del final de su infancia; de cuando su madre y su hermano aún estaban. Laurence volvió a cerrar el cajón con brusquedad. Hojeaba demasiado esos pesados libros de piel. Le irritaba también el parecido físico entre Edouard y Hugues. ¿Acaso no amaba siempre la misma delgadez? Tenía que reconocer que la escena o más bien el juicio de su padre respecto a Edouard la habían turbado considerablemente. El fin de semana anterior, Louis Chemin le había comentado que no le había parecido del todo mal la cólera silenciosa, muy en caliente de Edouard, y la decisión que había tomado de marcharse en el acto. A partir de ese día, o unos días más tarde, fue cuando cambió la actitud de Edouard para con ella. Sólo lo veía ya algunos ratos durante el día. Él viajaba sin interrupción. ¿Por qué se retrasaba?
Bruscamente, Laurence sintió dentro de sí un dolor progresivo y paulatinamente más agudo. Eran las nueve y cuarto. Tenía la impresión de que una tela, una cadena de confianza se desgarraba en ella. Se rompía para siempre algo en lo tocante a ese ser que ella esperaba, que se alejaba de ella en la espera, que no la amaba puesto que se apartaba de ella cada minuto que pasaba. Notó que se le llenaban los ojos de lágrimas. Le dieron ganas de causar la muerte al que se empeñaba en olvidarla con tanta rapidez. ¿Qué quería decir poser un lapin? Dejar plantado al animal más rápido que existe, ¿algo que a cada momento no está donde estaba? ¿Pretender plantar a la propia velocidad? Había algo de liebre en él; pura velocidad, incesantes viajes, incapacidad de aguantar la presencia. Tenía también ese otro rasgo de la liebre: toda la cobardía de la liebre. El miedo al frío, el miedo al aburrimiento, el miedo a amar.
Tiritaba de dolor. Había sido abandonada. Apretaba un labio contra el otro para no llorar. «Acurrucarse», se dijo mientras se movía. Y lentamente se puso en cuclillas en el rincón de la ventana. Buscó en el fondo de su corazón una especie de pequeño confesionario de madera oscura, cerrado con una cortinita de terciopelo rojo. Un pequeño lugar en el fondo de sí misma donde poder arrodillarse, donde acurrucarse, donde hacerse un ovillo, donde llorar y donde no ser más que una culpa que confesar. Fuese la que fuese. Poco importaba. Esperar una culpa era estirar hacia sí un poco de piel tibia en la que hundir el rostro después de haberse hecho regañar. Entonces nos acaricia los cabellos la mano de una madre imaginaria. Respiramos la mama de nuestra madre. Entonces todavía se nos doblan más las piernas. Ponemos la barbilla entre las rodillas."

Pascal Quignard
Las escaleras de Chambord



"En el fondo del hombre hay una noche irresistible. Cada anochecer, los hombres y las mujeres se quedan dormidos. Se hunden en esa noche como si las tinieblas fuesen un recuerdo." 

Pascal Quignard




"En la naturaleza no existen los fragmentos. El más pequeño de los pedazos sigue siendo el todo. Cada migaja es el universo." 


Pascal Quignard


"En silencio en nada define la carencia sonora: define el estado en que el oído está más alerta." 


Pascal Quignard



"(...) Entonces quien escucha deja de ser el mismo hombre y se desordena verdaderamente en pensamientos." 

Pascal Quignard




"Era un excelente profesor de música. El señor Grezette tenía la costumbre, si se hallaba bajo los efectos del vino, de azotar a sus alumnos, cualquiera que fuera su edad, cuando no conseguía de ellos lo que esperaba. Al señor de Alcobaça y al señor de Jaume les agradaba ver cómo el señor Grezette azotaba a Luisa, y se reían.
La joven de Alcobaça había tenido también un compañero de juegos del que se había encariñado; se llamaba Afonso y era el hijo del intendente de la casa de Colares. Cuando Luisa cumplió trece años, a Afonso, en una capea, le había aplastado las glándulas de los genitales un toro que le había pisado salvajemente el vientre.
Esa vez había tenido suerte. A uno que llevaba el mosquete lo había matado en el acto. Era un toro muy bravo; su nombre era Iesu; aquel día se volvió inexplicablemente furioso y lo tuvieron que sacrificar. Luisa de Alcobaça se precipitó, fue corriendo hasta una carreta que había allí y en la que habían tendido el cuerpo de Afonso, quien todavía daba alaridos. Hacía tanto calor en la carreta que la habían cubierto con un cañizo. La joven estrechó contra su pecho a su amigo mientras el barbero le hacía una incisión en uno de los testículos y extraía la glándula aplastada. Aquella imagen la había impresionado mucho, así que solía compadecer a los hombres por la constitución con que la naturaleza los había dotado; no sólo por lo poco agraciada que era sino por la poca protección que les ofrecía. Después el barbero volvió a coser las bolsas en vivo. Afonso no gritó. Ella decía que en toda su vida jamás le habían estrechado la mano con tanta fuerza. Afonso murió en 1658 por la peste que causó estragos en Antalya, cerca de Estambul, donde se hallaba destinado como oficial de marina."

Pascal Quignard
La frontera



"(...) Es también la locura del amor: creer posible el reencuentro con la comunicación a la primera oportunidad entre un ser y otro." 


Pascal Quignard



"Hay que ceder al propio secreto hasta el punto en que la vista no está impedida de hacerlo. El sueño es lo único que lo revela para el soñante, que está solo, en forma de imágenes. Nunca se comparte el sueño. No lo compartimos siquiera con el lenguaje."


Pascal Quignard


"Hay una apariencia propia de este mundo. A menudo hay sueños. A veces hay que retirar la sábana de la cama y descubrir los cuerpos que se aman." 


Pascal Quignard


"Hay una edad en la que el hombre ya no se encuentra con la vida, sino con el tiempo. Ya no vemos vivir la vida. Vemos el tiempo que devora la vida cruda." 


Pascal Quignard


"La experiencia de la tempestad es siempre abismal. En el intervalo entre el relámpago y el trueno, en cada ocasión tiembla el cuerpo, palpita el corazón." 


Pascal Quignard



"La música es incluso más nada que la muerte que ella llama en la convocación pánica de las sirenas." 


Pascal Quignard


"La naturaleza de los sonidos es ser invisible, sin contornos precisos, con potencia para interpelar lo invisible o para hacerse mensajeros de los indelimitable." 


Pascal Quignard



"La trampa designa una predación que se vuelve cada vez más ingeniosa, tecnófila, tecnófora, sin destino, progresiva, artificial, acumulativa, interminable. Las trampas remiten a técnicas imitadas de las costumbres de numerosos animales.
Lazos, corredores de ramas, rediles, redes, señuelos, cebos, pegamentos, descargas eléctricas, venenos, etc. Antes de las trampas completamente artificiales, primero se seleccionaron las trampas más naturales. Pantanos donde se atoraban las patas, los cascos, las garras; desfiladeros que encerraban las manadas, las tropillas, las jaurías; vados donde las manadas dudaban; rocas escarpadas de donde caían relinchando o mugiendo; montes que las demoraban; cuevas donde se metían para dar a luz, sobrevivir, hibernar, arañar los muros. La técnica es el fin sin fin de las sociedades humanas.
La aproximación es puramente ofensiva, es solitaria, es heroificante. Supone un extraordinario conocimiento del medio» del comportamiento de la presa, de su cuerpo particular de los puntos anatómicos mortales. Tesis. La aproximación fue la cacería humana por excelencia en los tiempos prehistóricos. Define el devenir héroe en las sociedades más antiguas. Haber matado por sí solo al oso le permitía al inuit que pudiera llamarse inuit, es decir, hombre, es decir aquel que sobrevivió en el duelo con lo Anterior, con el viejo hombre originario (el oso de las cavernas) cuya muerte lo inviste, cuyo despojo lo consagra. Es hombre aquel que mató a su padre y que lo devoró. La aproximación es el enfrentamiento igualitario que les da a los dos animales que se enfrentan las mismas chances feroces. Ese cuerpo a cuerpo está en el origen del duelo de honor entre los samuráis del antiguo Japón, al menos hasta el edicto imperial. Ese combate constituyó el extraño rito de iniciación de la nobleza francesa, entre los aristócratas bajo Luis XIII, al menos hasta el edicto real."

Pascal Quignard
Morir por pensar



"La vida de cada uno de nosotros no es un intento de amar. Es la única prueba." 

Pascal Quignard


"Las confidencias del amor no pueden ser confiadas al aire sin acarrear desastres. Deben ser reveladas solamente por escrito, no caer en oídos de nadie, disimularse a la naturaleza y a todas las clases de la sociedad." 


Pascal Quignard


"Los celos preceden a la imaginación. Los celos son un órgano de visión más fuerte que la vista." 


Pascal Quignard


"Los ojos que tienen miedo se alejan de quien los ve." 


Pascal Quignard


"Nadie salta por encima de su sombra. Nadie salta por encima del origen." 


Pascal Quignard


"Oír es ser tocado a distancia. El ritmo está ligado a la vibración. Por eso la música vuelve involuntariamente íntimos unos cuerpos yuxtapuestos." 


Pascal Quignard


"Para los oídos, lo que retorna al alma es la significación del lenguaje (los niémata, las ideas, los fantasmas que la voz excita) y no la substancia de la palabra." 


Pascal Quignard


"Pasar de la pasión al amor es un suplicio." 


Pascal Quignard



"Proporcionar un motivo destruye el amor. Dar un sentido a lo que se ama es mentir. Pues ningún ser humano experimenta otra alegría que no sea la sensación de estar vivo cuando esta sensación se vuelve intensa. Y no hay otra vida." 


Pascal Quignard


"¿Quién no siente alegría cuando se entera que no se enseña a amar, sino que se aprende amando?" 


Pascal Quignard


"Quien tiene un secreto tiene un alma." 


Pascal Quignard



"Sin embargo, el amor es esto: la vida secreta, la vida independiente y la vida sagrada lejos de la sociedad." 


Pascal Quignard



"Todas las mañanas del mundo son únicas." 


Pascal Quignard


"Un escritor es un hombre que tiene que desea deshacerse de la oscuridad, que nunca puede salir de la oscuridad." 


Pascal Quignard


"Un gran cementerio dorado. Es un inmenso jardín completamente abandonado. Tan abandonado como la naturaleza lo estaba antes de que el primer hombre apareciera en ella." 


Pascal Quignard


"Uno de sus alumnos, Cosme Le Blanc padre, contaba que llegaba a imitar todas las inflexiones de la voz humana: del suspiro de una joven al llanto de un hombre mayor, del grito de guerra de Enrique de Navarra a la dulzura del soplo de un niño aplicado que dibuja, del estertor desordenado al que el placer a veces incita a la gravedad casi muda, casi monocorde, de un hombre concentrado en sus oraciones."

Pascal Quignard
Todas las mañanas del mundo