"Avanzaba sin hacer ruido, en la medida que su impaciencia se lo permitía, aunque se detenía a menudo y aguzaba el oído para saber si la seguían. En uno de esos momentos pensó oír un suspiro. La sacudió un temblor y retrocedió unos pocos pasos. Creyó oír andar a alguien. Se le heló la sangre, pues dedujo que se trataba de Manfredo."

Horacio Walpole, IV conde de Orford, conocido comúnmente como Horace Walpole


“¡Cómo! ¿Creéis acaso, encantadora doncella, que aceptaré salvar mi vida atrayendo calamidades sobre la vuestra? Antes soportaría mil muertes.” 

Horace Walpole



"El actuar con sentido común según el momento es la mejor sabiduría y la mejor filosofía." 

Horace Walpole



"El año que viene es una pompa de jabón que tal vez estalle antes de llegar a nosotros."

Horace Walpole


“El mundo es una comedia para los que piensan, y una tragedia para los que sienten.”

Horace Walpole


“He dicho repetidamente, y con mucha más frecuencia he pensado, que este mundo es una comedia para los que piensan y una tragedia para los que sienten. Esto explica por qué reía Demócrito y por qué Heráclito lloraba.”

Horace Walpole



"Mientras tanto, el príncipe había ido al patio y ordenado que se abriesen todas las puertas del castillo para recibir al extraño caballero y su compañía. A los pocos minutos llegó la caballería. Primero aparecieron dos heraldos con lanza. Luego otro heraldo seguido de dos pajes y de dos trompetas. Luego cien guardias a caballo. A continuación, cincuenta soldados de infantería, vestidos de color escarlata y negro, los colores del caballero. Después un caballero principal. Dos heraldos a cada lado de un caballero montado que portaba un estandarte con las armas de Vicenza y de Otranto, circunstancia ésta que ofendió mucho a Manfred, quien, no obstante sofocó su rencor. Dos pajes más. El confesor del caballero, con el rosario en la mano. Cincuenta soldados de infantería, vestidos como los anteriores. Dos caballeros, con armaduras completas, las viseras bajas, camaradas sin duda del caballero principal. Los escuderos de los dos caballeros, cargando los escudos y las armas. El escudero del caballero. Un centenar de señores que llevaban una espada enorme y que parecían estar a punto de desmayarse bajo el peso brutal. Luego el caballero en un corcel castaño, con la armadura completa, la lanza en ristre, el rostro enteramente oculto tras la visera, que estaba coronada por una larga pluma escarlata y negra. Cerraban la procesión otros cincuenta infantes con tambores y trompetas que se abrieron hacia la derecha y hacia la izquierda dejando espacio libre para el caballero principal."

Horace Walpole
El castillo de Otranto


“Nuestra suprema autoridad, el populacho.”

Horace Walpole


“Para los que piensan el mundo es una comedia; para los que sienten una tragedia.”

Horace Walpole


"(...) Puedo olvidar las injurias; jamás los favores."

Horace Walpole



“Si el cielo me cierra el corazón de mi padre, paga con creces mis escasos méritos con el amor de mi madre.” 

Horace Walpole



“Sois un hombre prudente, y aunque el ardor de mi temperamento me traicione con algunas expresiones impropias, honro vuestra virtud y deseo deberos la tranquilidad de mi vida y la conservación de mi familia.” 

Horace Walpole



"Todo el secreto de la vida es estar interesado en una cosa profundamente y en otras tantas un poco."

Horace Walpole