Canto a la esperanza

Andaba yo desnudo de mí perdido en la lluvia del olvido, de barco navegando por las plazas, dormido el pecho, su gorrión descalzo y tuve que llevarte a la palabra, ponerte en posición de vuelo, a veces de bufanda rueda azul andaba te seguía mi muerte con su forma de guitarra y tuve que ponerla en la memoria como se pone un hijo con esa rabia dulce mitad de mí agua del aire andaba así de loco en el olvido de furia que quiere reventar por el costado y un día de tanto nombrarla la encontré, se la llevé a mi madre, la puse en el saludo, la compartí como un pan con mis amigos, la arrastré hasta el remolino del amor allí donde los ríos tienen un mismo nombre, para que entendiera de una vez por todas que era nuestra, para que nunca se olvidara de este país enorme, de esta ciudad, su ternura abandonada en los portales, le dije algunos versos, le puse el corazón como una hoguera, me la bebí de cabo a rabo, le enrosqué la cola en mi solapa, me di el gusto de agarrarla de la mano y hoy la traigo aquí, pero si un día se llega a volar porque fallamos si se escapa esta rabia que llamamos esperanza, si un día se va, yo crucifico al amor y después de enterrar a mis hermanos, me voy con el tranvía de la muerte a clausurar mi corazón en una plaza.

Roberto Jorge Santoro



El billar

Dejando sus antojos
se queda
quedando en una grapa
su café con saludo de billar
con golpe de reojo
un massé
un tango
fantasía de los pocos
que se fue
que no hay más le dijeron
le dejaron un largo te acordás
se queda
se traba
se trabaja
aquí paraba Gardel
se deja como queja su clavel
su chaleco final
con tango de taco en reculier
pasando se queda
dejando sin hablar
quién entiende a la muerte?
su loca carambola cierra el bar. 

Roberto Jorge Santoro




"Es preciso desabrochar la mano, desnudarla en la calle, entrar derribando la puerta de los hombres segundo piso a la izquierda expediente número ternura."

Roberto Jorge Santoro