"Ahí está la maravillosa frase de Aristóteles: "¿Quién es un ciudadano? Ciudadano es uno que es capaz de gobernar y de ser gobernado". Hay millones de ciudadanos en el país. ¿Por qué no podrían ser capaces de gobernar? Porque toda la vida política apunta precisamente a hacérselo olvidar. A convencerles de que hay expertos a quienes confiar los asuntos. Hay pues una contraeducación política. Mientras que la gente debería habituarse a ejercer toda suerte de responsabilidades y a tomar iniciativas, se habitúa a seguir o a votar por opciones que otros le presentan."

Cornelius Castoriadis


"Casi siempre y en todas partes las sociedades han vivido en la heteronomía instituida. En esta situación, la representación instituida de una fuente extrasocial del nomos constituye una parte integrante. El rol de la religión es, a este respecto, central: fortalece la representación de esta fuente y sus atributos, asegura que todas las significaciones -tanto del mundo como de las cosas humanas- gocen del mismo origen, cimienta esta seguridad en la creencia de que versa sobre componentes esenciales del psiquismo humano. Dicho sea de paso: la tendencia actual de la que Max Weber es en parte responsable- de presentar la religión como un conjunto de “ideas”, casi como una “ideología religiosa”, conduce a resultados catastróficos, pues ignora las significaciones imaginarias religiosas, tan importantes y variables como las “representaciones” que son el efecto y el empuje religioso.
La negación de la dimensión instituyente de la sociedad, el recubrimiento del imaginario instituyente por el imaginario instituido va unido a la creación de individuos absolutamente conformados, que se viven y se piensan en la repetición (sea lo que sea aquello que puedan hacer al margen -y hacen muy poco-), pues la imaginación radical campa a sus anchas en tanto que puede hacer lo que quiere y mientras no se trate verdaderamente de individuos (compárese la similitud de esculturas de una misma dinastía egipcia con la diferencia entre Safo y Arquíloco o Bach y Haendel). Ello va unido también con la cerrazón anticipada de toda pregunta sobre el fundamento último de las creencias de la tribu y de sus leyes, así como sobre la “legitimidad” del poder explícito instituido. En este sentido, el término mismo de “legitimidad” de la dominación aplicado a las sociedades tradicionales, resulta anacrónico (y euro-céntrico o sino-céntrico). La tradición significa que la cuestión de la legitimidad de la tradición no será planteada. Los individuos son fabricados de suerte que esta pregunta resulte para sí mismos mental y psíquicamente imposible."

Cornelius Castoriadis
El mundo fragmentado



“El capitalismo es el régimen que apunta a incrementar por todos los medios la producción –cierto tipo de producción, no lo olvidemos-, y a disminuir por todos los medios sus costos –costos que son, tampoco lo debemos olvidar, definidos de modos muy restrictivos: ni la destrucción del medio ambiente, ni el aplastamiento de vidas humanas, ni la fealdad de las ciudades, ni la victoria universal de la irresponsabilidad y del cinismo, ni el reemplazo de la tragedia y de la fiesta popular por el folletín televisado están tenidos en cuenta en ese cálculo, y no podrían ser tomados en cuenta en ningún cálculo de este tipo-. Para llevar a cabo esta meta el capitalismo supo y pudo contar con un desarrollo sin precedentes en la historia de la tecnología, que el mismo sistema promovió, estrechamente orientada, es cierto, pero adecuada a las metas perseguidas: poder para la clase dominante, consumo de masa para la mayoría de los dominados, destrucción del sentido del trabajo, eliminación del rol humano del hombre en la producción. Pero la herramienta más formidable fue la destrucción de todas las significaciones sociales precedentes y la incentivación, en el alma de todos o de casi todos, de esta compulsión a adquirir lo que, en la esfera de cada uno, es o parece accesible, y para lo cual se acepta prácticamente todo.”

Cornelius Castoriadis



“(Hay que) Crear las instituciones que, interiorizadas por los individuos, faciliten lo más posible el acceso a la autonomía individual y sus posibilidades de participación efectiva en todo poder explícito existente en la sociedad.”

Cornelius Castoriadis



"La democracia es el régimen del riesgo histórico —otra manera de decir que es el régimen de la libertad— y un régimen trágico."

Cornelius Castoriadis



"La descomposición de Occidente se manifiesta en síntomas como el ocultamiento de los conflictos sociales y políticos, la destrucción de valores y significaciones, el conformismo generalizado, el empobrecimiento del lenguaje y el desplazamiento de la creación por la interpretación. Es evidente que la verdad última de la sociedad occidental contemporánea es la huida enloquecida ante la muerte, el intento de ocultar nuestra mortalidad." 


Cornelius Castoriadis




“Lo que hasta aquí se ha llamado política fue, casi siempre, una mezcla en que dominó la manipulación, que trata a los hombres como cosas, en base a sus propiedades y reacciones supuestamente conocidas. Lo que llamamos política revolucionaria es una praxis que se da como objetivo la organización y orientación de la sociedad con miras a la autonomía de todos, y que reconoce que ésta presupone una transformación radical de la sociedad, no siendo esta posible, a su vez, sin el despliegue de la actividad autónoma de los hombres.”


Cornelius Castoriadis



"Mas recientemente, un nuevo acercamiento, neo-formalista o estructuralista, ha sido adoptado con el propósito de la unificación de las ciencias, en la creencia de que iba a permitir una matematización sin recurrir a la medida. Incluso suponiendo que el programa estructuralista podría ser realizado, solo podría ser un punto dentro de una unificación parcial de ciertos aspectos desconectados de ciertas disciplinas antropológicas, precisamente aquellas que se han prestado a un tratamiento de este tipo. Incluso si el método estructuralista es restringido en su aplicación al campo de la lingüística, donde se originó, es más que dudoso de que sea capaz de asir la naturaleza esencial del fenómeno en cuestión, más bien es, de hecho, capaz de tomar conocimiento de unos pocos, y en ultima instancia secundarios, componentes de este fenómeno. Además, el estructuralismo es incapaz de dar comienzo a las cuestiones que emergen respecto a las cuestiones de la interrelación e integración de las diferentes estructuras a encontrar en un orden social dado, o en la lingüística, o en la economía o con respecto al poder. Hablar de homologías estructurales entre oposiciones fonemáticas y formas de poder en una sociedad, o de una estructura global en la cual ellos tendrían en común suena mas a una broma que a un programa de investigación. Por otra parte, incluso si las cuestiones suscitadas por diferentes estructuras fueran resolubles de esta manera, uno necesitaría investigar las razones de esas diferencias y de la secuencia cronológica en la cual ocurren. ¿Cómo - entender la conexión entre sucesivas formas históricas? ¿Cuál es la fuente de esa otredad, de ese poder innovador, que es como mucho una característica de la historia, tal como es su continuidad sui generis? El problema es fundamental, pero cede tan poco a cualquier aproximación estructuralista que los estructuralistas no han encontrado mejor camino de defensa que el de negar su existencia o importancia.
Aquí también el intento ha sido el de matematizar o formalizar sin consideración alguna acerca de si hay condiciones que permitan una formalización, y si es posible, de qué tipo. El fenómeno social evade el alcance no solamente la teoría de la medida y el análisis clásico, sino también las categorías mucho más básicas para la matemática moderna: la relación de orden, la relación de equivalencia, función, no tiene apoyo sobre lo que esta implicado esencialmente en tal fenómeno. Si la ingenua cuantificación en el campo de la antropología puede ser comparado, con un poco de malicia, al esforzado análisis de una galería de arte en términos del número y del área total de superficie de las pinturas conservadas en ella, entonces podría ser incluso menos malicioso comparar al estructuralismo con un esforzado análisis en términos de si esas pinturas han sido asignadas a diferentes salas de la galería de acuerdo a las escuelas de pintura y los diversos temas representados. El ejercicio es en ambos casos realizado fácilmente, y a bajo costo. En ningún momento se considera la pintura. ¿Qué podría saber del Louvre si meramente supiera que un paisaje danés excluye la presencia de un retrato italiano en la misma sala e implica la existencia de un paisaje marino inglés en la sala adjunta?"

Cornelius Castoriadis
Las encrucijadas del laberinto



“Una sociedad autónoma, una sociedad verdaderamente democrática, es una sociedad que cuestiona todo lo predeterminado y que, en el mismo acto, libera la creación de nuevos significados. En una sociedad así, todos los individuos son libres para crear para sus vidas los significados que quieran (y puedan)”


Cornelius Castoriadis



“Uno no gana porque vale, sino que vale porque gana.” 


Cornelius Castoriadis