"Ammu dijo que los seres humanos eran criaturas de hábito, y que era increíble el tipo de cosas a las que se podían acostumbrarse."

Arundhati Roy
El dios de las pequeñas cosas 


"Cómo enfrentar al Imperio."


Arundhati Roy



"En el estudio de Pappachi la colección de mariposas diurnas y mariposas nocturnas se había desintegrado hasta convertirse en montoncitos de polvo iridiscente que cubría la parte de abajo de los expositores de cristal, y los alfileres que las atravesaban habían quedado desnudos. Algo cruel. Los hongos y el abandono habían invadido la habitación. Un viejo hula-hoop de color verde neón colgaba de un gancho de madera que había en la pared como un enorme halo de santo desechado. Una hilera de hormigas negras relucientes cruzaba el antepecho de la ventana con los traseros levantados como una fila de chicas de revista, todas acompasadas, en un musical de Busby Berkeley. Sus siluetas se recortaban contra el sol. Lustrosas y bellas.
Rahel (sobre un taburete puesto encima de la mesa) revolvía una estantería de libros con los cristales sucios y opacos. Las pisadas de sus pies descalzos se podían apreciar claramente sobre el polvo del suelo. Iban desde la puerta hasta la mesa (arrastrada hasta la librería) y hasta el taburete (arrastrado hasta la mesa y subido encima de ella). Buscaba algo. Ahora su vida tenía forma y tamaño. Bajo los ojos tenía ojeras en forma de media luna y había duendecillos en su horizonte.
En el estante más alto las tapas de cuero del conjunto de volúmenes de Pappachi La riqueza entomológica de la India se habían despegado y se habían ido abombando hasta parecer amianto ondulado. Los lepismas habían hecho madrigueras entre las páginas, habían perforado túneles de una especie a otra y habían convertido en encaje amarillento lo que antaño fue una información organizada.
Rahel fue tanteando detrás de la fila de libros y sacó varias cosas que estaban escondidas.
Una concha marina lisa y otra rugosa.
Un estuche de plástico para lentes de contacto y una pipeta naranja.
Un crucifijo de plata que colgaba en el extremo de una sarta de cuentas: el rosario de Bebé Kochamma.
Lo usó contra la luz. Cada una de las cuentas atrapó, avariciosa, una porción de sol.
En el rectángulo que el sol iluminaba sobre el suelo del estudio se reflejó una sombra. Rahel se volvió hacia la puerta con su sarta de cuentas de luz."

Arundhati Roy
El dios de las pequeñas cosas


"Estoy dispuesta a arrastrarme, a humillarme abyectamente porque, en estas circunstancias, el silencio sería insostenible. Así que todos aquellos que estén por la labor: cojamos nuestro guion, pongámonos los disfraces que ya habíamos desechado y leamos nuestras frases de segunda mano en esta triste obra de segunda mano. Pero no olvidemos que lo que está en juego es descomunal. Nuestro cansancio y nuestra vergüenza podrían significar nuestro fin. El fin de nuestros hijos y de los hijos de nuestros hijos. De todo aquello que amamos. Tenemos que buscar en nosotros mismos y encontrar la fuerza para pensar. Para luchar. Una vez más, vamos lamentablemente por detrás de los tiempos."

Arundhati Roy
El final de la imaginación



“Mientras el proyecto de globalización empresarial destroza las vidas de las personas en la India, la privatización masiva, las "reformas" laborales, echan a las personas de sus tierras y de sus trabajos. Cientos de campesinos empobrecidos se suicidan al consumir pesticidas. Los informes de muertes por inanición llegan de todo el país. Mientras la élite viaja a su destino imaginario, a algún lugar cercano a la cima del mundo, los desposeídos descienden en espiral hacia el crimen y el caos.” 

Arundhati Roy



“Sabemos que se firman contratos, se registran patentes, se extienden oleoductos, se saquean los recursos naturales, se privatiza el agua, y George W. Bush planea ir a la guerra contra Irak.”

Arundhati Roy



"-¿Sabes lo que ocurre cuando haces daño a la gente? Dijo Ammu. Cuando dañas a la gente, comienzan a quererte menos. Eso es lo que hacen las palabras descuidadas. Hacen que la gente te quiera un poco menos."

Arundhati Roy
El dios de las pequeñas cosas 



“Todo esto para decir que es un mito que el libre mercado rompe las barreras nacionales. El libre mercado no amenaza la soberanía nacional, socava la democracia. Conforme crece la disparidad entre los ricos y los pobres, la lucha por acaparar los recursos se intensifica. Para llevar a buen término los negocios más cercanos a su corazón, para corporativizar los cultivos que cultivamos, el agua que tomamos, el aire que respiramos y los sueños que soñamos, la globalización empresarial requiere de una confederación internacional de gobiernos leales, corruptos, autoritarios en países más pobres, para que pongan en práctica reformas impopulares y sofoquen los motines. La Globalización Empresarial -¿o la llamaremos por su nombre?: el Imperialismo- necesita de una prensa que simule ser libre. Necesita de cortes que simulen administrar la justicia. Mientras, los países del Norte endurecen sus fronteras y acumulan armas de destrucción masiva. Después de todo, necesitan asegurarse de que sólo el dinero, los bienes, las patentes y los servicios se globalicen. No el libre movimiento de las personas. No el respeto a los derechos humanos. No los tratados internacionales sobre discriminación racial o armas químicas y nucleares o emisiones de gases de efecto invernadero o cambio climático o -ni lo mande Dios- la justicia. Así que esto -todo esto- es el "Imperio". Esta leal confederación, esta obscena acumulación de poder, esta distancia creciente entre aquellos que toman las decisiones y aquellos que las tienen que padecer.”

Arundhati Roy

“Una lucha política en donde las mujeres no ocupen el núcleo, la parte de arriba, la parte de abajo y el interior no es en absoluto una lucha.”


Arundhati Roy