"Auschwitz es el pasado, el presente y el futuro de la humanidad."

Jean Améry



"¡Cuántos parabienes, cuánta honra se pone en juego, se incluye tanto orgullo humano en una acción que en su indescriptibilidad debe también parecer absurda! El principio nihil está vacío, no hay duda, al contrario del principio de esperanza, que incluye todas las probabilidades de la vida, de la grande, intensa, vivida y meditada. Pero no sólo está vacío, sino que también es poderoso, ya que es la auténtica finalidad de todos nosotros. Este poder, poder del vacío, de lo indecible, poder vacío que no es designable mediante ningún signo, ni alcanzable por ninguna especulación, puede ser finalmente el que aquí llamamos, a modo de intento y bien conscientes de la insuficiencia del término, la inclinación a la muerte. Sé que sería más sencillo hablar simplemente de un taedium vitae y diluirlo en estadios determinables uno por uno, estadios previos al "suicidio", que es el término que se suele emplear. Conflictos ante los que el sujeto cree no estar a la altura. La anomie, este conjunto de condiciones que según Durkheim llevan al suicidio, bajo la influencia de las cuales la acción del individuo respecto a la sociedad queda desestructurada. Todas estas aproximaciones psicológicas, a menudo contradictorias entre sí, a veces bien fundamentadas empíricamente, son revisables siempre y están necesitadas siempre de revisión, de manera que quien lee una serie de escritos relativos al suicidio final acaba sabiendo menos que antes sobre la muerte voluntaria, excepción hecha de un par de datos empíricos, a menudo desmentidos por otros tantos. Sin embargo, está claro que es necesario construir constantemente conceptos suicidológicos y confrontarlos con la totalidad de la experiencia; la psicología es una ciencia seria, a la cual agradecemos importantes descubrimientos, aunque éstos nunca sean definitivos y siempre sean asunto de la sociedad, no del sujeto. Por tanto, es difícil contraponerse a quien prefiere hablar del taedium vitae antes que de una inclinación a la muerte. No se pueden encontrar argumentos convincentes a favor de que la muerte voluntaria sea una inclinación hacia ningún lugar. Sin embargo, quien habla desde el espacio y el habitáculo de lo inmediatamente vivido, quien experimenta la inclinación a la muerte como una donnée inmédiate de la conscience, se aferrará a su punto de vista frente al de la ciencia."

Jean Améry
Levantar la mano sobre uno mismo


"No me angustia ni el ser ni la nada ni dios ni la ausencia de dios, sólo la sociedad: pues ella, y sólo ella, me ha infligido el desequilibrio existencial al que intento oponer un porte erguido. Ella y sólo ella me ha robado la confianza en el mundo. La angustia metafísica es una preocupación elegante de alto estanding.
[...]
Ser judío significaba, por un lado, aceptar como universal la sentencia de muerte dictada por el mundo, frente a la cual fugarse hacia la interioridad habría sido sólo ignominia pero, por otro lado, también cabía oponer rebelión física...
... "ser judío" significaba sentir en el fuero interno la gravedad de la tragedia pasada [...] no significa sólo soportar en mi interior una catástrofe acontecida ayer y que no cabe excluir en el futuro, sino que, además de un deber, entraña miedo...
La solidaridad respecto a la amenaza es todo cuanto me vincula a mis contemporáneos judíos, tanto creyentes como agnósticos, tanto de tendencias sionistas como asimilacionistas. Para ellos esto es poco o casi nada. Para mi persona y mi estabilidad, empero, significa mucho [...]. Sin el sentimiento de afinidad con los amenazados sería un exiliado de la realidad que renuncia a sí mismo...
[...]
Sólo perdona realmente quien consiente que su individualidad se disuelva en la sociedad... todo perdón y olvido forzados mediante presión social son inmorales. Se me ha infligido una herida. Necesito desinfectarla y vendarla, no reflexionar sobre por qué el verdugo me asestó el golpe, y de esa guisa, al comprender sus motivos, acabar medio disculpándolo."

Jean Améry
cuyo nomre verdadero era Hans Mayer
Más allá de la culpa y la expiación


 “Quien ha sufrido la tortura, ya no puede sentir el mundo como su hogar.”

Jean Améry


“Sólo en la tortura el hombre se transforma en carne: postrado bajo la violencia, sin esperanza de ayuda y sin posibilidad de defensa, el torturado que aúlla de dolor es sólo cuerpo y nada más.”

Jean Améry