“Dime, ¿vendrás conmigo a ver el alma?…”

Angelina Gatell


“La respuesta”

"¿A dónde voy, decid, de dónde vengo?
¿Qué lágrima me copia? ¿En qué espiga

se agrupa la promesa, siempre amiga,
del grano que cultivo y que contengo?


¿Qué fuego me consume? ¿Por qué tengo

colmada el alma de letal fatiga?
¿Dónde está el pan del hambre que fustiga
toda luz llegada que sostengo?


Sobre la tierra estoy. Toco la tierra.

Siento el hondo latido de esta guerra
y os entrego mis manos desoladas.


Pero decidme ahora compañeros,

¿quién podrá contestarme en los senderos
si están vuestras respuestas secuestradas?"

Angelina Gatell



Meditación

"Amor y desamor como una misma
y ardua asignatura
nunca bien aprendida
Siempre
bordeando peligrosamente
las cifras del suspenso.
Anverso y cruz de una medalla. Filo
donde los sueños sufren
desasistidos. Solos.
Pienso
que sí, que es muy extraño verlo ahora,
sentirlo como a una paloma agónica
pegada a los cristales
en los que la memoria ha puesto sus visillos y todo
es como fue o no fue.
Algunas veces
me adentro en sus espacios
como si fuera el cuadro
de un pintor malogrado.
Recorro sus caminos,
la exaltación de sus paisajes
arrebatados a la sombra,
a los escalofríos, a las dudas…
Tiemblan en ellos los colores, las líneas
ensoñadas.
Tal vez aciertas.
Y en misteriosa veladura
se diluyen figuras que tuvieron
la consistencia incólume del mármol.
Palabras, gestos, actos se disuelven
desamparados, imposibles…
Qué extraño, si, qué extraño.
Acaso nunca
supimos comprender del todo.
Y cuando un día, inesperadamente,
necesitamos hablar de ello,
no tenemos más verdad que el dolor,
y la imprecisión de la palabra."

Angelina Gatell


“Otra vez tu hermosura se repite en el tiempo.
Yo conozco mi oficio: hilar sangre con sangre…”

Angelina Gatell


“…Pero nunca supiste cuánto duele
cada ventana abierta a la ceniza
o en el haz de la duda…”

Angelina Gatell


Tu corazón

"Tu corazón, como hoja de invierno
debajo de los cedros y esa nieve
confirmando mi ausencia, son imágenes
de aquella soledad por mí dispuesta.
Pero nunca supiste cuanto duele
cada ventana abierta en la ceniza
o en el haz de la duda.
Siempre quise que te llegara dulcemente escrito
para que comprendieras. Y no pude
sino trazar signos borrosos, pautas
de mi propio desorden.
Recorría
calles desiertas, miedos… No encontraba
más paz que mi vacío…
Es la hora."

Angelina Gatell