"(..) Ahora ya sé, aunque tarde, que para tener honradamente unas pesetas hay que saber ganarlas con el propio trabajo, sea en un oficio manual o con el esfuerzo de la inteligencia."

Carlo Collodi, seudónimo de Carlo Lorenzini 
Las aventuras de Pinocho


"¡Amigo mío, has salvado a mi padre, y mi agradecimiento es tan inmenso, que no puede expresarse con palabras! ¡No te olvidaré nunca, porque los ingratos son los más despreciables de los hombres!"

Carlo Collodi
Las aventuras de Pinocho

"¡Anda! ¡Parezco enterarnente un señorito! - Es verdad, replicó Goro; pero ten presente que los verdaderos señores se conocen más por el traje limpio que por el traje hermoso."

Carlo Collodi
Las aventuras de Pinocho



"Cuando el muerto llora, es señal de que está en vías de curación, dijo solemnemente el cuervo. Siento mucho contradecir a mi ilustre amigo y colega, replicó el mochuelo, yo creo que cuando el muerto llora es señal de que no le hace gracia morirse."

Carlo Collodi
Las aventuras de Pinocho


"El Hada le miraba y se reía. ¿Por qué te ríes? Preguntó el muñeco, confuso y pensativo, al ver cómo crecía su nariz por momentos. Me río de las mentiras que has dicho. ¿Y cómo sabes que he dicho mentiras? Las mentiras, hijo mío, se conocen en seguida, porque las hay de dos clases: las mentiras que tienen las piernas cortas, y las que tienen la nariz larga. Las tuyas, por lo visto, son de las que tienen la nariz larga."

Carlo Collodi
Las aventuras de Pinocho


"(...) Entonces, ¿Por qué te has resistido tanto para beberla? Porque los niños somos así. Tenemos, más miedo de las medicinas que de la enfermedad. ¡Pues muy mal hecho! Los niños debierais recordar que una medicina a tiempo puede evitar una grave enfermedad, y aun la misma muerte."

Carlo Collodi
Las aventuras de Pinocho


"La casa de Goro era una planta baja, que recibía luz por una claraboya. El mobiliario no podía ser más sencillo: una mala silla, una mala cama y una mesita maltrecha. En la pared del fondo se veía una chimenea con el fuego encendido; pero el fuego estaba pintado, y junto al fuego había también una olla que hervía alegremente y despedía una nube de humo que parecía de verdad.
Apenas entrando en su casa, Goro fue a buscar sin perder un instante los útiles de trabajo, poniéndose a tallar y fabricar su muñeco.
¿Qué nombre le pondré? -preguntóse a sí mismo-. Le llamaré Pinocho. Este nombre le traerá fortuna. He conocido una familia de Pinochos. Pinocho el padre, Pinocha la madre y Pinocho los chiquillos, y todos lo pasaban muy bien. El más rico de todos ellos pedía limosna"

Carlo Collodi
Las aventuras de Pinocho


"Los verdaderos pobres que merecen compasión y socorro, sólo son los que por motivo de edad o de salud se encuentran imposibilitados para ganar el pan con el sudor de su rostro. Todos los demás están obligados a trabajar de una o de otra manera, y si no trabajan y tienen hambre, es por culpa suya."

Carlo Collodi
Las aventuras de Pinocho


"No confíes, muchacho, en aquellos que prometen hacerte rico de la mañana a la noche. Por lo general, o están locos o son tramposos."

Carlo Collodi


"(...) ¿Qué murmuras entre dientes? Preguntó el Hada con acento de disgusto. Decía...-balbuceó el muñeco a media voz- que ahora ya me parece algo tarde para ir a la escuela. No, señor. Para instruirse y aprender, nunca es tarde."

Carlo Collodi
Las aventuras de Pinocho


"¿Qué nombre le pondré? -se preguntó a sí mismo-. Le llamaré Pinocho. Este nombre le traerá fortuna. He conocido una familia de Pinochos. Pinocho el padre, Pinocha la madre y Pinocho los chiquillos, y todos lo pasaban muy bien."

Carlo Collodi
Las aventuras de Pinocho


"(...) Y aunque Pinocho era un muchacho de natural muy alegre, se puso también triste; porque cuando la miseria es grande y verdadera, hasta los mismos niños la comprenden y la sienten."

Carlo Collodi
Las aventuras de Pinocho



"¿Y cómo puede usted saber que he dicho una mentira?
Mi querido niño, las mentiras se descubren enseguida, porque son de dos clases: hay mentiras con patas cortas y mentiras con narices largas. La tuya es una de esas mentiras de nariz larga."

Carlo Collodi

Las aventuras de Pinocho



"(...) Y ya que no te gusta ir a la escuela, ¿Por qué no aprendes al menos un oficio que te sirva para ganar honradamente un pedazo de pan?"

Carlo Collodi
Las aventuras de Pinocho