"A la luz de tu mirada despido mis penas todas, como a la luz de los astros la hoja despide la sombra."

Salvador Rueda Santos


Acercad las almas, que ésta es la candela

"Acercad las almas, que ésta es la candela;
acercad las almas, que ésta es la alegría;
son versos que cantan llenos de energía,
y alzan una lumbre que, ondulando, vuela.

Es un bosque que ardiendo que el helor deshiela,
es Dios hecho lenguas, Dios hecho poesía,
este libro es alto temblor de armonía,
fuego melodioso, que abriga y consuela.

El crujiente ritmo dice:  «¡Allá van ramas!»,
y la fantasía las convierte en llamas,
como promontorio de dorado velo.

Mientras que, candente, la inexhausta lira
lanza en rubios hace versos a la pira,

y las lenguas de oro suben hasta el cielo."


Salvador Rueda Santos




"Aprendí administración de las hormigas; música, oyendo los aguaceros; escultura buscando parecido a los seres en las líneas de las rocas; color, en la luz; poesía, en toda la naturaleza."

Salvador Rueda Santos



"Aprovecha tus abriles y ama al hombre que te quiera, mira que el invierno es largo y corta la primavera."

Salvador Rueda Santos



"Antes de yo conocerte soñaba que me amarías; ¡quién presta oído a los sueños, quién de los sueños se fía!"

Salvador Rueda Santos



Cada vez que a verte voy en tu puerta me detengo, pues temo que la alegría me trastorne el pensamiento."

Salvador Rueda Santos



"Como el almendro florido has de ser con los rigores, si un rudo golpe recibes suelta una lluvia de flores."

Salvador Rueda Santos



"Creyendo darlo en tu boca he dado en el aire un beso, y el beso ha culebreado como una chispa de fuego."

Salvador Rueda Santos



"Cuando el claro día llama a mis cristales, desvelado me encuentra en la sombra trazando tu imagen."

Salvador Rueda Santos



"Cuando me esté retratando en tus pupilas de fuego, cierra de pronto los ojos por ver si me coges dentro."

Salvador Rueda Santos



"Cuando muerto esté en la tumba toca en ella la guitarra, y verás a mi esqueleto alzarse para escucharla."

Salvador Rueda Santos


"Desde la frente, que es lámpara lírica, desborda su acento como un aceite de aroma y de gracia la ardiente poesía."

Salvador Rueda Santos



"Dos velas tengo encendidas en el altar de mi alma, y en él adoro a una virgen que tiene tu misma cara."

Salvador Rueda Santos


"El acento dulce de tu voz amada, me parece una ola de llanto que besa las playas."

Salvador Rueda Santos



"El agua, como un tálamo amoroso, te ofrece sus cristales movedizos donde tiendes tu cuerpo luminoso."

Salvador Rueda Santos



"Ella es la fuerza viva, el soplo ardiente de cuanto sueña y goza, piensa y siente; de cuanto canta y ríe, vibra y ama."

Salvador Rueda Santos


"En el altar de tu reja digo una misa de amor, tú eres la virgen divina y el sacerdote soy yo."

Salvador Rueda Santos




"Fuera entre todas las cosas por abrazarte temblando, enredadera florida de tu cuerpo de alabastro."

Salvador Rueda Santos



"Hay en tu mirada yo no sé qué cosa, que en mis fibras penetra y penetra como espada sorda."

Salvador Rueda Santos


"Jugar la vida gozando en perderla, si a las cartas les dieran su sombra tus pestañas negras."

Salvador Rueda Santos



"Los astros sacaban sutiles dibujos de sombra de los ramajes, para componer blondas inagarrables de misterio, que se esparcían por las cañadas. Los anfibios mirando con sus ojos saltones, sacaban de su garganta su canto de crótalo, que alcanzaba á grandes lejanías: en cada charcal del arroyo, había rebullicio de imbecilidad, danzas, pares de coces, castañuelas y jolgorio de idiotez. ¿Qué misión tendrán en la vida las ranas?...
Allá, como si ladrase dentro de una tinaja distante, un mastín de cortijo, enviaba su voz fragorosa, enronquecida por las épicas luchas del monte.
Y más arriba aún, un cárabo acentuaba con la lamentable isocronía de su acento, los espesores del silencio nocturno.
Nada oía el salvaje pelele de la Naturaleza, trozo brutal de ella misma, era como si él fuese sonando y no se oyera sus propios estruendos.
Sonámbulo que no sabe en qué círculo de la vida actúa, anduvo y anduvo con la espada de luz de los ojos de María atravesada en el corazón."

Salvador Rueda
El salvaje




"Mi padre siempre me amparó por desgraciado y me tuvo un sitio en su corazón."

Salvador Rueda Santos




"No soy dueño de mí mismo ni voy donde a mí me agrada, atado llevo el deseo al hilo de tu mirada."

Salvador Rueda Santos



"Para alcanzar las estrellas sonda el cisne la laguna; en el mar de los amores yo soy cisne y tú eres luna."

Salvador Rueda Santos



"Parecía la amapola que ayer vi en el cementerio, sus rojos labios que ansiaban darme los últimos besos."

Salvador Rueda Santos



"Poniéndose ambos hombres de pie mientras palidecen las caras de los circunstantes, se miran como dos encarnizados adversarios y sacan á relucir las hojas de los cuchillos.
Las cañas de cristal ruedan por el suelo: se forma un confuso remolino en la gente al que se mezclan gritos de terror y carreras desatentadas; caen los mozos ajenos al drama sobre los enemigos para contenerles y sujetarlos; la gitana causante de la lucha interpone su cuerpo al de Pedro para defenderlo de la acometida, y el cuadro queda un instante sin movimiento. Los cuchillos tiemblan en las manos: los rostros aparecen lívidos; los pechos producen al respirar bronco resoplido de fragua, y la orla de flecos del mantón de la gitana ondula en el aire á cada movimiento.
Vuelve á romper un acceso de furor el cuadro; los gritos se reproducen más ahogados y broncos; se deshacen los enemigos de los brazos que les sujetan, y, cayendo uno sobre otro, se traba una espantosa lucha. Las hojas de acero entran en la carne rasgando sin compasión; cae Pedro en tierra, inclinándose sobre él su adversario, que levanta el cuchillo para darle el último golpe; empuña entonces Rafaela, como heroína de un drama trágico, el macho de hierro que está colocado sobre el yunque; lo levanta con ambas manos, y antes de que Lorenzo haya podido dar la puñalada, se lo descarga sobre el cráneo haciéndole dar tumbos por el suelo."

Salvador Rueda
Granada y Sevilla




"Quisiera tener un rizo de tu oscura cabellera, para gastarme los ojos en sólo mirar sus hebras."

Salvador Rueda Santos


"Si quieres darme la muerte tira donde más te agrade, pero no en el corazón porque allí llevo tu imagen."

Salvador Rueda Santos



"Sólo le pido al Eterno que al despuntar cada día, las sombras de nuestros cuerpos sorprenda la luz unidas."

Salvador Rueda Santos



"Tengo los ojos rendidos de tanto mirar tu cara, si los cierro, no es que duermen, es tan sólo que descansan."

Salvador Rueda Santos



"Tiene la mariposa cuatro alas; tú tienes cuatro versos voladores; ella, al girar, resbala por las flores; tú por los labios, al girar, resbalas."

Salvador Rueda Santos



"Tus ojos son un delito negro como las tinieblas, y tienes para ocultarlo bosque de pestañas negras."

Salvador Rueda Santos


"Una vez que se verificó la evolución de Concha, comenzó á dejarse ver en ella la mujer, bien en una impensada actitud del modelado cuerpo, ya en un dicho juicioso, aunque eran menos frecuentes; ora en el andar, y en el mirar mismo, que tomaban, augustos movimientos el primero, y vaguedades y deseos el segundo.
Aquel aviso misterioso que parecía querer venir á decir á su pecho que se levantara, á sus mejillas que tomaran tintas de rosa, á sus ojos que adquiriesen rayos valientes y á su ser todo que entrara en la plenitud de la vida, llegó de prisa y corriendo, y de la niña enclenque surgió bella é inmaculada la virgen, como del capullo sale y se despliega la corola.
Faltaba todavía que llegasen algunas curvas á su cuerpo; pero los ángulos desaparecían bajo formas esculturales, y había más inteligencia en su rostro y más reflexión en sus ideas."

Salvador Rueda
El gusano de luz




"Y al ostentar desnuda tus hechizos, el mar, con un abrazo tembloroso, te envuelve en haz de onduladores rizos."

Salvador Rueda Santos


"Ya viene la primavera, ya los pájaros se hermanan,¡cuánto espacio entre nosotros y cuán cerca nuestras almas!"

Salvador Rueda Santos


"Yo no sé qué me sucede desde que te di mi alma, que cualquier senda que tomo me ha de llevar a tu casa."

Salvador Rueda Santos