"¡Adiós! ¡Adiós para siempre, mi buena amiga, dulce y triste recuerdo de mi infancia!"

Edmondo De Amicis



"Al oír aquellos gritos, todos, sanos, heridos, sargentos, oficiales, se asomaron a las ventanas, y la resistencia se redobló ferozmente otra vez. De allí a pocos instantes se notó una especie de vacilación y un principio de desorden entre los enemigos. De pronto, muy de prisa, el capitán reunió a algunos soldados en el piso bajo para contener el ímpetu de fuera, con bayoneta calada. Después volvió arriba. Apenas llegó, oyó un rumor de pasos precipitados, acompañado de un " ¡Hurra! " formidable, y vieron desde las ventanas avanzar entre el humo los sombreros apuntados de los carabineros italianos, un escuadrón a escape tendido, y un brillante centelleo de espadas que hendían el aire, en molinete por encima de las cabezas, sobre los hombros y encima de las espaldas; entonces el pequeño piquete reunido por el capitán salió a bayoneta calada fuera de la puerta. Los enemigos vacilaron, se resolvieron y, al fin, emprendieron la retirada: el terreno quedó desocupado, la casa estuvo libre, y poco después dos batallones de infantería italianos y dos cañones ocuparon la altura."

Edmondo De Amicis



"Aquí tienes a este compañero de tu hijo, que no es solamente un buen muchacho, sino todo un gentil hombre."

Edmondo De Amicis




"¡Cómo se olvidan en esos momentos los sinsabores pasados!"

Edmondo De Amicis



"Cuida de lo tuyo en vez de pensar en los demás, porque las cosas ligeras, si se descuidan pueden traer malas consecuencias."

Edmondo De Amicis



"El viaje se hacía interminable: mar y cielo, cielo y mar, hoy como ayer y mañana como hoy, siempre, eternamente."

Edmondo De Amicis



"En los campos de batalla, un rayo; en los sentimientos, un niño; en los sufrimientos, un santo."

Edmondo De Amicis



"Entonces aquel rudo militar, que nunca había dicho una palabra suave a un subordinado suyo, le respondió con una voz dulce y cariñosa: yo no soy más que un simple capitán, tú, en cambio, eres un héroe."

Edmondo De Amicis



"Eso es valor, Enrique, el valor del corazón que no razona ni vacila, y va derecho con los ojos cerrados a donde oye el grito de quien se muere."

Edmondo De Amicis




"Los pobres aprecian la limosna de los niños porque no los humilla y porque los chicos, teniendo necesidad de todos, se parecen a ellos; por eso siempre suele haber pobres alrededor de las escuelas. La limosna de un hombre es un acto de caridad, pero la de los niños es a la vez caridad y una caricia ¿Me entiendes? Es como si de una mano cayeran juntas una mano y una flor."

Edmondo De Amicis



"Me acordé del consejo de mi padre: "¿Has obrado mal? Pues pide perdón"."

Edmondo De Amicis


"Mientras marchaba entre las tinieblas le hablaba, con las palabras que le murmuraría al oído dentro de poco: ¡Estoy aquí, madre mía, aquí me tienes, no te dejaré nunca más; regresaremos juntos a casa; estaré siempre a tu lado en el barco, pegado a ti y nadie me arrancará ya de tu lado, nunca más, mientras vivas! Y no se daba cuenta, mientras tanto, de que sobre las cúspides de los árboles gigantescos iba muriendo la luz argentina de la luna en la blancura delicada del alba."

Edmondo De Amicis






"No he de adornar con palabras superfluas una grandeza tan manifiesta."

Edmondo De Amicis





"No me satisfará el cariño que me tienes si no lo profesas también a todos los que te hacen algún bien y entre ellos ha de ocupar el primer lugar tu maestro, después de tus padres. Quiérele como querrías a un hermano mío; quiérele cuando te complace y cuando te regaña, cuando a tu parecer, obra con injusticia y cuando creas que es injusto; quiérele cuando se muestre afable y de buen humor, pero más todavía cuando lo veas triste. Quiérele siempre. Pronuncia en todo momento con respeto el nombre de maestro que, después del de padre, es el más noble y dulce que un hombre puede dar a otro."

Edmondo De Amicis



"No olvides este momento- añadió mi padre-, porque de los millares de manos que estreches en tu vida, tal vez no haya ni diez que valgan como la suya."

Edmondo De Amicis



"No te reprendo, hijo mío. No te duermes por pereza, sino por cansancio."

Edmondo De Amicis



"¡Oh!, amigo, ¡escúchame! La muerte no existe, no es nada. Ni si quiera se puede comprender. La vida es la vida, y sigue la ley de la vida: el progreso. Tenías ayer una madre en la tierra; hoy tienes un ángel en otra parte. Todo lo que es bueno sobrevive, con mayor potencia, a la vida terrena. Por consiguiente, también el amor de tu madre."

Edmondo De Amicis




"Pero no hay alegría duradera ante ciertos aspectos siniestros de la naturaleza."

Edmondo De Amicis



"Pero pensaba en lo que me aconsejaba mi padre: "Si te ofenden, defiéndete; pero sin llegar nunca a pelearte"."

Edmondo De Amicis


"¿Por qué, Enrique, no les volverás a ver? Esto depende de ti."

Edmondo De Amicis




"Proponte cada día ser mejor y más amable que el día anterior. Di todas las mañanas: hoy quiero hacer algo que pueda alabarme la conciencia y contente a mi padre, algo que aumente el aprecio de tal o cual compañero, el afecto del maestro, de mi hermano o de otros."

Edmondo De Amicis



"-¿Qué dice usted? - se apresuró a decir Derossi-. Para mí Garrone será siempre Garrone; Precossi, siempre Precossi, y los demás lo mismo, aunque llegase a emperador de Rusia. Donde estén ellos iré yo."

Edmondo De Amicis





"¿Querrías -me dijo- aceptar estos dulces del payasito? Yo le indiqué que sí y tomé tres o cuatro. Entonces -añadió- acepta también un beso. -Dame dos- respondí, y le ofrecí la cara. Él se limpió con la manga la cara enharinada, me rodeó el cuello con un brazo y me dio dos besos en las mejillas."

Edmondo De Amicis


"Quiere a tu maestro, porque pertenece a la gran familia de cincuenta mil docentes primarios, esparcidos por toda la geografía de Italia, y que son como los padres intelectuales de los millones de chicos que crecen contigo, unos trabajadores no conceptuados merecidamente y mal pagados, que preparan para nuestra patria una generación mejor, más próspera y desarrollada que la presente."

Edmondo De Amicis




"Recuérdalo, Enrique: cuando encuentres a un anciano, a una mujer con su criatura en brazos, a uno que anda con muletas, a un hombre con su carga a cuestas, a una familia vestida de luto, cédeles el paso con respeto; debemos tener atenciones especiales con la vejez, la miseria, el amor maternal, la enfermedad, la fatiga y la muerte."

Edmondo De Amicis


"Señores, bello y admirable es el heroísmo de un hombre; pero el de un niño sin miras de ambición o de interés alguno, que debe tener tanto más atrevimiento cuanto menores son sus fuerzas; el de un niño al que nada le exigimos y que a nada está obligado, pareciéndonos un ser amable y noble, no ya cuando cumple sus pequeños deberes, sino cuando se percata del sacrificio ajeno, el heroísmo de un niño, digo, raya en lo divino."

Edmondo De Amicis





"Tengo valor para morir, pero no para sufrir en vano."

Edmondo De Amicis



"Tras veintinueve años de reinado que él había ilustrado y dignificado con su valor, con su lealtad, con su sangre fría en los peligros, con la prudencia en los triunfos y la constancia en la adversidad."

Edmondo De Amicis



"Y precisamente entonces le hizo usted un ademan con una mano, poniéndose la otra sobre el pecho, como diciéndole: "Confíe en mí"."

Edmondo De Amicis