"Al primer signo de juego o de truco en una narración, sea trivial o elaborado, cierro el libro."

Raymond Clevie Carver, Jr





"Creemos adivinar los sentimientos del otro, no podemos, por supuesto, nunca podremos. No tiene importancia. En realidad es la ternura la que me interesa. Ése es el don que me conmueve, que me sostiene, esta mañana, igual que todas las mañanas."

Raymond Clevie Carver, Jr



"Creo que en el amor no somos más que principiantes. Decimos que nos amamos, y nos amamos, no lo dudo. Yo amo a Terri y Terri me ama a mí, y también vosotros os amáis. Ya sabéis a qué tipo de amor me refiero ahora. Al amor físico, ese impulso que te arrastra hacia alguien concreto, y al amor que inspira el ser de la otra persona."

Raymond Clevie Carver, Jr



"Cualquier gran escritor, o simplemente buen escritor, elabora un mundo en consonancia con su propia especificidad. Tal cosa es consustancial al estilo propio, aunque no se trate, únicamente, del estilo. Se trata, en suma, de la firma inimitable que pone en todas sus cosas el escritor. Este es su mundo y no otro. Esto es lo que diferencia a un escritor de otro."

Raymond Clevie Carver, Jr


El alcance


"Él sabía que estaba
en problemas cuando,
a mitad
del poema
se descubrió a sí mismo
tomando
su Thesaurus
y luego
el Webster’s

en ese mismo orden."


Raymond Clevie Carver, Jr



En las trincheras con Robert Graves


"Los vientos latinos de Mayorca
todavía están remotos. Aquí cerca
metralletas atraviesan cada noche. De día
fuertes explosivos, alambradas, francotiradores...
Las ratas cavan madrigueras dentro y fuera
de los muertos. Los cadáveres son como camiones
que las ratas conducen más abajo
en el fango. Detrás de las líneas,
a ambos lados, oficiales y hombres hacen fila
para el último polvo. Excepto Graves, en todo caso.
Debe el halcón primero hacerse hombre, aguijón
para el sexo. Vivimos

en tiempos complicados."


Raymond Clevie Carver, Jr



“Es posible, en un poema o en una historia corta, escribir sobre objetos vulgares utilizando un lenguaje coloquial, y dotar a esos objetos (una silla, unas persianas, un tenedor, una piedra, un anillo) con un inmenso, incluso asombroso, poder. Es posible escribir una línea de un aparentemente inofensivo diálogo, y transmitir un escalofrío a lo largo de la columna vertebral del lector (el origen del placer

artístico, como diría Nabokov). Esa es la clase de literatura que me interesa.”


Raymond Clevie Carver, Jr



"Isak Dinesen dijo que ella escribía un poco cada día, sin esperanza y sin la desesperación. Quiero eso."

Raymond Clevie Carver, Jr



"La vida era una piedra que lentamente se iba gastando y afilando."

Raymond Clevie Carver, Jr


"Los lugares donde el agua se junta con otras aguas. Esos lugares se destacan en mi mente como lugares sagrados."

Raymond Clevie Carver, Jr



"Me gustaría poder decir que fue cuando la vi alejarse en el camión, digo, cuando recordé esa fo­tografía. Pero no fue así. Encontré la fotografía, junto con otras, unos días después del incidente de los caballos en la niebla, cuando pasaba revista a las cosas de mi mujer tratando de decidir lo que debía desechar y lo que debía conservar. Estaba haciendo las maletas. Me quedé mirándola unos instan­tes, y luego la tiré. Fui despiadado. No me impor­taba, me dije. ¿Por qué había de importarme?
Si algo sé —y algo sé—; si, por mínima que sea, alguna noción tengo de la naturaleza humana, sé que no podrá vivir sin mí. Volverá a mí. Pronto. Que vuelva pronto.
No, no sé absolutamente nada de nada. Nunca supe nada. Se ha ido para siempre. Para siempre. Lo presiento. Se ha ido y nunca volverá. Punto final. Nunca jamás. No volveré a verla nunca, a menos que nos crucemos un día en una calle.
Aún queda por resolver el asunto de la letra. Un enigma. Pero el asunto de la letra no es de capital importancia, por supuesto. ¿Cómo podría serlo des­pués de las secuelas de la carta? No de la carta en sí sino de su contenido, que no puedo olvidar. No, la carta tampoco tiene una importancia capital; en todo esto hay mucho más que la mera letra de quien la ha escrito. Este «mucho más» tiene que ver con cosas sutiles. Podría decirse, por ejemplo, que to­mar una esposa es dotarse de una historia. Y si ello es así, debo entender que yo estoy ahora fuera de la historia. Como los caballos y la niebla. O podría decirse que mi historia me ha dejado. O que he de seguir viviendo sin historia. O que la historia habrá de prescindir de mí en adelante, a menos que mi mujer escriba más cartas, o le cuente sus cosas a una amiga que lleve un diario. Entonces, años des­pués, alguien podrá volver sobre este tiempo, inter­pretarlo a partir de documentos escritos, de frag­mentos dispersos y largas peroratas, de silencios y veladas imputaciones. Y es entonces cuando germi­na en mí la idea de que la autobiografía es la his­toria de los pobres desdichados. Y de que estoy di­ciendo adiós a la historia. Adiós, amada mía."

Raymond Carver
Caballos en la niebla



Miedo

Miedo de ver una patrulla policial detenerse frente a la casa.
Miedo de quedarme dormido durante la noche.
Miedo de no poder dormir.
Miedo de que el pasado regrese.
Miedo de que el presente tome vuelo.
Miedo del teléfono que suena en el silencio de la noche muerta.
Miedo a las tormentas eléctricas.
Miedo de la mujer de servicio que tiene una cicatriz en la mejilla.
Miedo a los perros aunque me digan que no muerden.
¡Miedo a la ansiedad!
Miedo a tener que identificar el cuerpo de un amigo muerto.
Miedo de quedarme sin dinero.
Miedo de tener mucho, aunque sea difícil de creer.
Miedo a los perfiles psicológicos.
Miedo a llegar tarde y de llegar antes que cualquiera.
Miedo a ver la escritura de mis hijos en la cubierta de un sobre.
Miedo a verlos morir antes que yo, y me sienta culpable.
Miedo a tener que vivir con mi madre durante su vejez, y la mía.
Miedo a la confusión.
Miedo a que este día termine con una nota triste.
Miedo a despertarme y ver que te has ido.
Miedo a no amar y miedo a no amar demasiado.
Miedo a que lo que ame sea letal para aquellos que amo.
Miedo a la muerte.
Miedo a vivir demasiado tiempo.
Miedo a la muerte.
Ya dije eso.

Raymond Carver



"¡No te quejes, no des explicaciones!"

Raymond Clevie Carver, Jr



"Nunca escribí una frase que valiese la pena mientras estaba bajo la influencia del alcohol."

Raymond Clevie Carver, Jr



"Sólo podemos llevarnos a la tumba la satisfacción de haber hecho lo mejor."

Raymond Clevie Carver, Jr






"Tanto en la poesía como en la narración breve, es posible hablar de lugares comunes y de cosas usadas comúnmente con un lenguaje claro, y dotar a esos objetos, una silla, la cortina de una ventana, un tenedor, una piedra, un pendiente de mujer, con los atributos de lo inmenso, con un poder renovado."

Raymond Clevie Carver, Jr



Volando sobre la jungla

“Sólo tengo dos manos,”
le dijo la azafata,
bellísima. Sin mirarlo
continuó zigzagueando
entre las filas
sosteniendo la bandeja.

Él piensa
Que ésta es otra mujer
Que se aleja de su vida
Para siempre.
Observa a través de la ventanilla
Ve luces que titilan en la noche
Imagina una aldea en la jungla.

A este hombre le han sucedido
tantas y extrañas cosas en la vida
que no se sorprende cuando ella
regresa y se acomoda en un asiento
del otro lado del pasillo
lo mira y le pregunta:
“¿Bajas en Río o en Buenos Aires?”

Una vez más esta mujer
Expone la belleza en ambas manos,
Los pesados anillos de plata
Que sostienen sus dedos; la gruesa
Pulsera de oro que rodea su muñeca.

Están volando sobre Mato Grosso
Que está cubierto por espesa bruma.
Es muy tarde:
Él continúa considerando
La plasticidad de esas manos,
Admira los dedos inquietos.

Han pasado varios meses.
Es difícil y complejo recordar
Esos momentos.

Raymond Clevie Carver, Jr