"(...) Ahora el oso estaba agotado. Se arrastraba penosamente, rozando el suelo con la cabezota que se le había tornado demasiado pesada. Tropezando y cayendo sobre las rodillas los hombres lo seguían, pero sin reírse ya, con los rostros, untados de grasa, marcados por el esfuerzo y con los ojos enrojecidos y cercados de escarcha. El hambre había desaparecido. Ni siquiera se inclinaban al suelo para recoger nieve. Llevaban las mandíbulas apretadas; se habían olvidado de los estímulos del vientre y hasta en sus cabezas habíanse desvanecido pensamientos y recuerdos. Entre la carne y la piel, la grasa se había ido consumiendo inexorablemente. El movimiento ya no los calentaba: temblaban ligeramente y a cada inspiración sentían en la garganta la cuchillada del hielo."

Hans Ruesch



"Cada cosa tiene su opuesto: si no hubiera luz no reconoceríamos la oscuridad, y quizá no podría haber amor si no existiera el odio."

Hans Ruesch



"Como todos los jefes esquimales, tenía influencia, pero no autoridad: podía aconsejar pero no mandar. Proyectaba las cacerías y dirigía a los hombres, quienes, habiendo comprobado la superioridad de Solo en esa materia, lo seguían."

Hans Ruesch





"Como norma general, quienes protegen a los animales sienten por ellos lo mismo que sienten por otras criaturas indefensas y víctimas de abusos: los niños golpeados y abandonados, los enfermos, los internos de las instituciones penitenciarias y las personas ingresadas en sanatorios mentales, que sufren malos tratos de forma habitual sin posibilidad de salvación."

Hans Ruesch






"¡Contésteme, señor mecanicista! ¿Ha dotado la naturaleza a este animal con los órganos sensoriales y sin embargo no puede sentir? ¿Tiene nervios para ser insensible?"

Hans Ruesch




"Cuando podemos hacer algo que los animales no pueden hacer, lo atribuimos a la superioridad de nuestra inteligencia. Sin embargo, los animales pueden hacer muchas cosas que nosotros no podemos, pero lo atribuimos no a su inteligencia superior sino a un supuesto y no bien definido "instinto"."

Hans Ruesch




"¡Durante cuánto tiempo mi cuerpo sintió hambre del tuyo, Milak! Siempre te llamaba. Mi calor habría podido fundir todo el casquete de hielo que nos separaba."

Hans Ruesch




"El cambio repentino en el curso de mi vida, desencadenado por la serie de acontecimientos que me redujeron a mi estado actual, ocurrió el día de mi boda, y, teniendo en cuenta todos los factores, a consecuencia de ella. Para demostrar cuán poco preparado estaba para lo que el destino había planeado para mí, baste decir que cuando mi esclavo me despertó para mis oraciones aquel amanecer aciago, no tenía ni la más remota sospecha de que antes de que el almuédano llamara a vísperas yo iba a ser un hombre casado... Y un hombre impulsado por una gran resolución."

Hans Ruesch



"El frío se combate con el hielo, pequeña; y el fuego con el fuego."

Hans Ruesch



"El gran potencial de los animales para desarrollar cariño por los seres humanos nunca deja de sorprender a quienes lo experimentan."

Hans Ruesch





"El oso polar no invernaba: mientras todo el mundo animal emigraba hacia el mediodía o se retiraba debajo de la costra helada del mar, en busca de reposo y calor, sólo el oso continuaba cazando y pescando a la luz de las estrellas, para él y para la compañera, que paría en una guarida excavada en el hielo."

Hans Ruesch




"En el desierto el agua atrae a los árabes como las adelfas atraen a las abejas, como el petróleo atrae a los extranjeros."

Hans Ruesch





"En la antigüedad, los portadores de malas noticias eran decapitados. En la actualidad simplemente son ignorados."

Hans Ruesch



"¿Hay algo que pueda ser más hipócrita y más ridículo que decir que los animales no razonan, no sienten y no sufren y a continuación usarlos en experimentos supuestamente diseñados para "explicar" la conducta humana?"

Hans Ruesch



"La investigación experimental ha sido el origen de todas las invenciones humanas y de la mayor parte de los descubrimientos. (...) Cuando nos referimos a las invenciones modernas, el primer nombre que nos viene a la mente es el de Thomas Edison. Su caso es particularmente interesante porque Edison solamente fue tres meses a la escuela, por lo cual tuvo que dedicarse a ganarse la vida. Edison no fue un hombre de esmerada educación, pero fue precisamente esa falta de educación académica -la falta de las nociones que son ciegamente aceptadas por la mayoría de la gente que ha recibido educación, incluidos los científicos, y que son inculcadas de memoria en su cerebro en una época temprana- lo que permitió a Edison llevar a cabo toda la serie de invenciones que alteraron la vida del hombre."

Hans Ruesch



"La voluntad de proteger a los animales se deriva inevitablemente de un mejor conocimiento de los mismos, y de la constatación de que son criaturas sensibles e inteligentes, que buscan y ofrecen afecto, que están indefensas en un mundo cruel e incomprensible y que están expuestas a los caprichos de la especie dominante."

Hans Ruesch







"Las hormigas y las termitas tienen una organización social incluso más compleja que la de las abejas. Ambas especies han alcanzado el grado de desarrollo agrícola: cultivan hongos. La abundancia de hormigas en prácticamente todas las partes del mundo, incluso en los desiertos y en las zonas pantanosas, es debida a su exitosa explotación de todas las fuentes de alimento y a su organización social. Se comportan como amas de casa muy cuidadosas y acumulan montones de basura en áreas abandonadas, a donde llevan todos sus desechos y los cadáveres de sus muertos. Descubrieron millones de años antes que Pasteur que no pueden vivir juntos y con salud muchos animales en un mismo lugar sin mantenerlo limpio."

Hans Ruesch


"Las nevadas, las aves y las señales de vida vegetal aumentaban a medida que los viajeros bajaban hacia el sur; el sol aparecía cada vez más alto, las sombras eran cada vez más cortas, en tanto que los vientos estaban cargados de las remotas fragancias de niebla, de mar abierto, de tierra, de hierba y de flores."

Hans Ruesch




"Muchas personas no pueden perdonar a un gato su espíritu independiente, ni su negativa a adular al hombre y a lamer la bota que le golpea. El gato se considera a sí mismo un huésped, no un esclavo. Su cariño no puede comprarse con comida, sino solamente con amistad y respeto."

Hans Ruesch



"No hay más Alá que Alá y Mahoma es su Mensajero. Venid a orar, venid a orar, apresuraos a la dicha imperecedera"

Hans Ruesch



"Nuestros vecinos, ellos son el motivo: el poderoso Ibn Saud de Arabia Saudí, el shah de Irán, el rey de Irak, el jeque de Omán, el sultán de Kuwait, los estados más pequeños que nos rodean, todos ellos están enriqueciendo sus cofres y aumentando en consecuencia su poder militar con la venta del petróleo; y a menos que hagamos lo mismo, no tardaremos en ser tragados por ellos como una liebre por una serpiente."

Hans Ruesch





"(...) Para el animal que ama a un ser humano, ese ser humano lo es todo para él. Eso no solamente es aplicable a los perros generosos e impetuosos, sino también a las especies más reservadas con las que es más difícil establecer una relación sin un esfuerzo personal y sin una gran dosis de paciencia."

Hans Ruesch





"Reinaba el tumulto cuando llegué al lugar. Muchos camellos habían sido empujados dentro del estanque por las oleadas que los seguían y estaban tratando, con bramidos y gruñidos, de retroceder. Mientras orillaba el tumulto, me invadió un olor acre y vi salir del estanque a los primeros camellos, con las panzas y patas goteando un líquido negro, y en los rostros de sus jinetes una mirada furiosa de desilusión. No era agua lo que habíamos encontrado, sino petróleo ¡Que brotaba de las entrañas de la tierra!"

Hans Ruesch


"Riendo, Asiak se soltó el pelo, se levantó las mancas y hundió las manos en la tinaja de la orina; luego se pasó los dedos por el pelo para que estuviera suave y brillante. Entonces, usando como espejo la tinaja, se peinó con una espina de salmón, levantó los cabellos y los fijó con espinas de pescado. Después sacó de la lámpara un poco de grasa semi-derretida por la llama y se untó el rostro. Resplandeciente y sonriendo, se sentó junto al hombre blanco, que había seguido con ojos perplejos estos preparativos. Él fue retrocediendo aterrorizado hasta el extremo del banco, mientras ella se le acercaba, ofreciéndole, amorosa, su sonrisa."

Hans Ruesch






"Sé modesto en tu actitud y baja tu voz. ¡Escucha! ¡La más áspera de todas las voces es la voz del asno!"

Hans Ruesch




"Soportamos la actividad de la Compañía en favor de nuestra seguridad militar, pero protegemos a nuestros súbditos de la corrupción extranjera. Porque insistimos en que los empleados extranjeros practiquen solamente en la reclusión de sus hogares las costumbres que para nosotros, que respetamos la ley divina, son ofensivas: beber humo de tabaco y vino, que confunden la mente, jugar a las cartas, la música, el baile, el cine y otras costumbres lascivas que distraen de la meditación. La Compañía debe ocuparse de que esas reglas sean respetadas para que no cancelemos el contrato."

Hans Ruesch



"Tu riqueza es fabulosa. Tus cofres se desbordan. ¿Qué necesidad tienes de agregarles la riqueza de la Franja? -Hay una razón más perentoria: si nos negamos a admitir a los extranjeros en la Franja como amigos, tendremos que admitirlos como enemigos. - ¿Por qué? -Más pronto o más tarde, los estadounidenses, los británicos, los rusos o alguna otra potencia extranjera encontrarían la manera y el motivo de armar a sus árabes y hacerlos invadir las negras praderas que ambicionan. Y con las botas de sus askaris profanando nuestra península sagrada, ¿Cómo podríamos proteger a los verdaderos creyentes de la corrupción de las costumbres extranjeras?"

Hans Ruesch



"Viajaron todo el día sobre el mar sólido, a veces empujados, a veces trabados en su marcha, por el viento. Corrían por las vastas llanuras, debajo de las cuales se oía el rumor del agua; pasaron por entre islotes cónicos que emergían del océano, costearon lenguas de tierra nevada, montañas escarpadas y despeñaderos abiertos. Comenzó a hacer tanto calor que ya se oía cómo el hielo vibraba bajo los patines del trineo y cómo el océano mugía muy cerca de la costra helada. El aire estaba lleno de minúsculos pero muy fastidiosos mosquitos que iban aumentando paulatinamente, hasta que una nevada, que dejaba el aire limpio y terso, los hacía desaparecer."

Hans Ruesch