"Dice Locke, que era un genio, que no nos debe asustar la gran cantidad de personas que sustentan opiniones equivocadas, porque en su mayoría no las sustentan sino que las repiten, y cuando esas opiniones caen, la gente las abandona; lo que quiere decir que su capacidad era más pequeña de lo que pensábamos. La gente, cuando se le pregunta, contesta lo que cree que tiene que contestar, a veces incluso creo que piensa lo que cree que debe pensar..."

Amelia Valcárcel



 "El camino de la libertad es una senda muy difícil, Simone de Beauvoir la llamaba “la difícil gloria de la libre existencia”. Y es verdad, estamos a medias en muchas cosas. Hemos conseguido mucho, pero ¿en los grandes poderes económicos dónde estamos?, ¿y en el poder mediático, quién forma las opiniones?, ¿quién compra carne humana? ¿En el poder religioso, dónde estamos si alguien habla con los dioses y cuenta lo que éstos le transmiten -lo hayan hecho o se lo inventen-? ¿A quién pertenecen las grandes obras del Olimpo común de lo respetable: la creatividad, el dinero, la religión, la opinión, el saber? ¿Dónde estamos? No estamos. Por ejemplo, no hay mujeres en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, pese a que los mayores exponentes de este campo en España son filósofas y catedráticas de ética y moral. Somos recibidas como por cortesía, y eso es muy injusto. Afortunadamente, el feminismo nos ha enseñado a apreciarnos, y sobre todo nos ha enseñado a ser amigas, y eso es fantástico, porque el antiguo sistema nos obligaba a ser enemigas, desconfiadas, incrédulas del mérito de las otras."

Amelia Valcárcel



"El sexo femenino tiene desde antiguo el deber de agradar. El feminismo ha evitado siempre, es más, ha sentido pánico ante la idea de que su trabajo y su lucha fueran interpretadas como una «guerra contra los hombres». Desde el principio se lo intentó tachar de resentimiento y a quienes lo ejercían, de resentidas. Esto va acompañado del sentimiento de vergüenza por el simple hecho de ser mujer, el patriarcado te dice «eres un poco menos, no muestres tu voz, tu cuerpo...». No obstante, sigo sin saber bien qué clase de combustible es la cólera. Las mujeres debemos ser pacíficas no porque lo seamos por naturaleza, porque algunas lo son y otras no, sino por convicción."

Amelia Valcárcel



"Hoy por hoy, las conquistas sociales siguen vigentes, la sanidad pública universal existe, la educación universal funciona, el sistema de previsión universal frente a desdichas variadas ahí está, el de protección de la gente mayor existe... Quizá no todas ellas en las cantidades económicas que hay en otros países, donde se respalda a la gente de manera más fuerte, pero no ha quebrado todavía. Ahora, lo que sí se está presentando es otra cosa, una opinión antidemocrática dentro de las sociedades abiertas."

Amelia Valcárcel


"La democracia puede tener mentiras, pero las mayores las tienen las dictaduras. La mentira no me parece el peor fallo porque puedes denunciarla. En el mundo en que vivimos los riesgos son enormes y hay que tomar decisiones que duren 30 años, pero sólo hay cuatro años para tomarlas y mucha gente en política no tiene el valor de arriesgarse a tomar decisiones impopulares. La única manera de hacerlo es tener un gran consenso en temas fundamentales de plazo largo y la democracia está imponiendo plazos muy cortos a los temas graves. Pienso que ese es su talón de Aquiles. Y algo que me extraña, es que en la primera democracia del mundo de la que todos hemos aprendido, la estadounidense, se hagan dinastías... ¿O sea, que la democracia se puede volver un sistema dinástico?"

Amelia Valcárcel


"La gente que no es capaz de tener una causa malgasta su vida, porque ni se entiende ni se conoce."

Amelia Valcárcel



''Las democracias corren el peligro de ser destruidas desde dentro.''

Amelia Valcárcel


"No es el dominio de una clase o una raza sobre otra, los hombres y las mujeres conviven y se necesitan, no se pueden separar. Esto genera unas relaciones de poder especialísimas. Aquí los mitos son muy importantes y el del pecado original de la Biblia nos explica que fue Eva la que introdujo la muerte en el mundo. Otro mito es que existieron matriarcados en la historia, cuando las mujeres nunca han tenido el poder. Por esa necesidad nuestra de buscar simetrías surgen historias, como esas amazonas guerreras de la antigüedad griega que jamás existieron."

Amelia Valcárcel



"No se nos puede exigir a las mujeres que aportemos algo especial para justificar el derecho a existir bajo los rayos del sol. Las cosas, o se hacen juntos o no se hacen. La reivindicación del mal significa que yo no tengo obligación de cumplir estándares más altos que otros; tengo derecho al estándar que el otro se pone, y si éste es de mediocridad, no me importará ser mediocre. Opino que para que la humanidad vaya bien, el estándar de excelencia debe de estar en ambos, pero me niego a entrar en el estúpido juego de tener que demostrar el doble para obtener la mitad. No juego, pura y simplemente no juego, no me parece serio ni honesto, me parece una trampa intelectual. Y sobre todo me niego a cualquier moral que esté sexualmente dividida, que juzgue según quién hace las mismas cosas, que diga que una misma conducta es loable en un varón y vituperable en una mujer. Si lo que hace uno está bien, la otra también. Y si lo que yo hago está mal, entonces mi derecho al mal existe."

Amelia Valcárcel




"Simplemente, uno se hace feminista frente a cualquier situación desigual."

Amelia Valcárcel y Bernaldo de Quirós


"Yo creo que me hice feminista por puro sentido de la justicia, y sólo mucho más tarde supe articular conceptualmente qué me sucedía, no sólo a mí, sino al sexo femenino en general, y cómo a lo largo del proceso histórico se había ido estableciendo esa verdad de exclusión en la que se nos obligaba a vivir."

Amelia Valcárcel


"Yo mantengo que la mayor parte de la gente es bastante decente, por lo común procura no fastidiar a los demás, y menos sabiéndolo; paga sus deudas; cuida sus cosas; es limpia... Posee muchas de las virtudes corrientes que hacen la vida agradable. El problema es que a veces en democracia -que es lo mejor que hemos encontrado- puede haber gente que tenga la intención de aplebeyarla, volvernos a todos plebe, y eso es muy fácil. Y algunos medios de comunicación se están especializando en volvernos plebe. Eso es muy malvado porque no nos lo merecemos. Nos estamos gastando enormes sumas en educación para que todos puedan tener un aquel en el que estar en el mundo, para que alguien reduzca eso a nada volviéndonos plebe manejable, plebe romana, pan y circo, aunque ni siquiera ponen el pan... Lo hemos visto especialmente en la política italiana última, que era un espectáculo degradante. Pero creo que lo que pasa en nuestro país es otra cosa; que una parte, y digo sólo una parte, del partido que está en la oposición cree que va a ganar por el mismo método de la vez anterior. Está muy estudiado: volver a hacer lo que nos dio éxito una vez. Esa intoxicación enorme, terrible, en que terminó el último Gobierno socialista, ¿por qué no volver a repetirla?"

Amelia Valcárcel