"A continuación, después de coger las toallas que les entregan los prisioneros judíos empleados en el Sonderkommando, recorren tranquilos el largo pasillo que conduce al "baño y desinfección de ropa". Entran en una sala enorme en la que sólo hay uno agujeros, ahora cerrados, que parecen destinados a la ventilación del lugar. Las lámparas eléctricas están empotradas en el techo. Cuando se cierra la puerta detrás de la última persona del grupo, caen de los agujeros de arriba unos terroncillos azules. Es el gas, el zyklon b. No, no es tan fácil morir a causa del gas, no es una muerte rápida. Se sabe que debido al gran número de judíos que los alemanes panean gasificar, o quizá también por otros motivos, ahorran con el gas. Con una dosis suficiente de Blaugas (gas azul o zyklon b) la muerte es instantánea; pero la que se suministra aquí causa una lenta agonía."

Seweryna Szmaglewska

"A los prisioneros deportados los espera el hambre, los bombardeos, un trabajo en el subsuelo, incluso a una profundidad de varios pisos. Los esperan los piojos y las enfermedades. También la añoranza del país del que ya no les llegarán noticias."

Seweryna Szmaglewska



"A principios de octubre los judíos del Sonderkommando, que trabajaban en el crematorio, se rebelan. La rebelión está prevista para la noche, pero estalla antes, por la tarde. A pesar de la precipitación, consiguen calcinar el crematorio y una parte logra escaparse del campo. Los disparos y los silbatos te sacan de los barracones en el momento en el que el tan odiado edificio del crematorio está envuelto en llamas, mientras que un grupo de judíos huye en dirección al sudoeste, hacia las praderas, y de paso corta la alambrada del campo de mujeres por el lado oeste. Por la noche hay un ataque aéreo muy intenso. Se apagan las luces que iluminan las alambradas y entonces sientes rabia porque la fuga, que se ha producido demasiado temprano, pudo haber salido mejor."

Seweryna Szmaglewska



"Ante el increíble caos reinante y la imposibilidad de verificar la identidad de las miles de personas que vivían o habían muerto en el campo, las autoridades del campo decidieron identificar a los prisioneros con un tatuaje. Al adoptar esta medida, cometieron un gran error táctico. Hoy es posible comprobar de forma visible qué porcentaje tan exiguo de los prisioneros de Oswiecim [Auschwitz] quedó con vida. Aunque destruyeran los documentos y nos obligaran a arrojar al fuego carros enteros de Todesmeldungen (certificados de defunción), nos basta conocer el número final de registro para calcular cuántas personas murieron en Oswiecim. Cientos de miles de personas entraron en el campo de concentración. ¿Dónde están ahora? Apenas varios miles consiguieron salir de él con vida. Los alemanes no sospechaban que con el tiempo, aquellos números estampados en los brazos de los prisioneros se convertirían en documentos. Al tatuar a los prisioneros, plantaron en la tierra miles, decenas de miles, centenares de miles de pruebas vivientes. ¿Qué ocurriría si los convocáramos una vez más para un recuento general? ¿Y si intentáramos colocarlos en filas de cinco para averiguar cuántos quedaron? Sé que el resultado sería deprimente. Nos presentaríamos sólo unos pocos, unos cuantos documentos vivos de aquella tragedia, algunos eslabones aislados de aquella kilométrica cadena humana, a los que un capricho del destino salvó de la muerte."

Seweryna Szmaglewska





"Aparte de los prisioneros mayores de edad cada cierto tiempo deportan a los bebés nacidos en el campo. Los separan de las madres poco después de nacer, les tatúan un número en el muslo y los trasladan a los barracones del hospital, donde se quedan hasta que forman un grupo numeroso. Entonces, bajo el cuidado de varias enfermeras y unas SS, se les transporta a un campo para niños, al parecer en los alrededores de Lodz. Sus padres ya no los encontrarán."

Seweryna Szmaglewska




"Aquello que se iba a llevar a cabo con un absoluto secreto se convierte en un delirio público y desenfrenado que se apodera de todos los SS antes o después."

Seweryna Szmaglewska



"Auschwitz - Birkenau se ha convertido en una selva en la que resulta fácil perder el rumbo. Nadie es capaz de predecir cómo se comportará hoy ante un acontecimiento y cómo lo hará mañana. Tampoco puede decir nadie cómo reaccionará su vecino de la izquierda, y cómo el de la derecha, independientemente de su nacionalidad y raza. Aquí caen los caparazones de los principios, los moldes de las buenas conductas que a veces en una vida normal pueden ayudar a un hombre, a un don nadie, a atravesar muchas situaciones de manera ejemplar sin que se dé cuenta de que es un cero a la izquierda. Aquí, en algún momento de tu estancia en el campo de concentración, quizá en tu primer día, cuando te quiten tu ropa y te corten el pelo, desaparecerán todas esas protecciones."

Seweryna Szmaglewska



"Como de costumbre, la selección se hace en la rampa. Después de que los prisioneros hayan dejado sus provisiones y sus equipajes al lado de los vagones, envían a la mayoría al crematorio y sólo un porcentaje mínimo entra en el campo de concentración. Muchos de los "afortunados" se vuelven locos o están al borde de la locura, cuando se dan cuenta de que sus allegados los han quemado o los están quemando en ese mismo momento. Ése fue el caso de una joven judía de Lodz que se echó sobre la alambrada durante el día, cuando no hay electricidad, y después trepó por la empalizada queriendo salir al exterior, es decir, al camino entre los campos. Les costó bajarla de allí. Una vez abajo la mujer, que estaba sangrando, se quedó con la mirada inmóvil clavada en la columna de humo. Sólo una cosa absorbía sus pensamientos, no la podía entender, pero tampoco podía dejar de pensar en ella. La joven repetía todo el tiempo lo mismo: - Los alemanes son personas. Nosotros judíos también somos personas, ¿verdad? Nosotros judíos somos personas y los alemanes también son personas."

Seweryna Szmaglewska




"Cuando el cuerpo se ha secado hasta adoptar formas infantiles, cuando las manos y las piernas son como palos, cuando la boca se llena de la sequía que produce el tifus, cuando cada bocado de comida desencadena un nuevo brote de disentería, cuando el mero olor de la sopa del campo de concentración le provoca náuseas, cuando no recibe ninguna ayuda, ni protección ni medicinas, ¿De dónde nace, en qué rincón del organismo aumenta y florece la mágica voluntad de vivir, tan fuerte que puede vencer incluso la Muerte en todas sus formas? ¿De dónde sale esa fuerza de voluntad inquebrantable que te impulsa a la supervivencia?"

Seweryna Szmaglewska



"Cuando el tren entra en la rampa, algo que sucede por regla general durante la noche, los SS y el Sonderkommando apremian a los judíos para que se bajen de los vagones, y los obligan a entregar sus pertenencias. Los intentos ingenuos de resistencia terminan mal; esos verdugos borrachos saben lo que tienen que hacer para que sus órdenes se cumplan de inmediato. Conducen a las personas al crematorio. Sus pertenencias se quedan, sin embargo, en la rampa. Traen cosas suficientes para satisfacer a las personas más codiciosas. Esos borrachos de la SS nadan en la abundancia, hasta el punto de pisotear las joyas sin dignarse recogerlas. Viven en una alegre orgía: quizá de este modo quieren ahogar los sentimientos humanos que no pueden permanecer ciegos ante las escenas que allí se viven."

Seweryna Szmaglewska



"De vez en cuando una selección limpia el campo de quienes se han quedado sin fuerzas, de quienes por un momento se han detenido en su lucha contra las difíciles condiciones de vida. Y ésta es la forma más eficaz de aniquilar a miles de personas. La muerte natural causada por enfermedad. Nadie ha tenido que fusilarlas, nadie les ha inyectado nada, no han tenido que contagiarles el tifus porque los piojos lo propagan de forma más eficaz que cualquier método artificial. Los piojos, que es imposible erradicar por falta de agua y de una muda de ropa interior, pueblan las mantas y los cuerpos, y noche y día nos inoculan el tifus a las prisioneras. Así es Auschwitz Birkenau en pocas palabras."

Seweryna Szmaglewska




"El acto de quitar la ropa al prisionero, de afeitarle su cabeza tiene un efecto simbólico importante. Te quedas desnudo y sin escudo. Tienes que crear una actitud nueva frente a la realidad edificándola sobre tu rectitud interior. Hay almas que como el fruto del castaño se mantienen firmes aunque pierdan la cáscara. Hay otras que se deshacen como amebas en el caos moral y general del campo de concentración y se amoldan a las presiones exteriores. Hay atavismos e instintos que llevan años dormidos en tu interior, que nunca se han apagado del todo y que sería mejor que no se despertaran en toda tu vida. Sin embargo, la existencia anormal de un campo de concentración nazi espolea estos instintos y los hace cobrar voz."

Seweryna Szmaglewska


"El campo va a ser liberado. Cuando oyes esta noticia por primera vez sientes una conmoción como si te enfrentaras a la noticia de un nacimiento o de una muerte. No es ni alegría ni temor, sólo una conmoción. Basta con mirar los ojos de los prisioneros para saber quién sabe la noticia y quién no la conoce. Da igual que sea un hombre joven o una mujer mayor; su expresión es la misma. Percibes que han tomado la decisión firme de ser liberados o de morir en el intento, y que están llenos de alegría por haberla tomado. Aunque no todos lo saben desde el principio, entre los prisioneros no hay paredes ni puertas tras las cuales puedas esconderte. Siempre vives a la vista de otros. Los unos observan a los otros y de este modo, en un tiempo breve, todos se enteran de los secretos. Y todos se preparan."

Seweryna Szmaglewska




"El día se va abriendo. Los objetos se distinguen ahora con nitidez, la niebla ha desaparecido dejando en su lugar la imagen de praderas extensas. El resplandor rosado de la aurora tiñe con un delicado ribete la figura inerte de la mujer apoyada sobre la alambrada. Su brazo derecho se quedó levantado, enganchado en esa postura, apuntando hacia el cielo en un gesto de súplica o juramento. La cabeza, inclinada hacia atrás, muestra un rostro juvenil lívido de la parálisis producida por la electricidad."

Seweryna Szmaglewska


"El grito de la muerte, emitido con toda la fuerza del organismo, un grito de advertencia para los hermanos que van detrás, no sale al exterior del edificio. Se reduce a un gesto fantasmal de labios abiertos, que se han quedado congelados, inmóviles."

Seweryna Szmaglewska


"El silencio reina en los alrededores de los crematorios, el silencio reina en el campo. En medio de ese silencio, una muchedumbre de judíos avanza despacio a lo largo de la rampa. El gas zyklon b que los mata es invisible, sólo se manifiesta en forma de unas columnas de humo que salen de las chimeneas de los crematorios y se elevan despacio, densas y enmarañadas, hacia el cielo."

Seweryna Szmaglewska



"El tiempo soleado que cae como un polvo dorado sobre las praderas y campos que ves a través de la alambrada desde esta parte del campo de concentración es sólo una ilusión. Todo es una ilusión, todo lo que alguna vez te pareció real es ilusorio. Lo único seguro, indudable y real es el humo. Está en los barracones y en el espacio que hay entre ellos, bajo el cielo y sobre la tierra. El humo permanece denso e inmóvil en el mudable aire como un cuerpo sólido, y te inunda la boca, la garganta, los pulmones y la nariz, se pega a tu ropa, impregna la comida. De los dos crematorios más cercanos salen dos columnas, como olas oscuras que se alzan directamente hacia el cielo, para luego descender serpenteando hacia el suelo. A veces, en medio de esa lava oscura estalla un fuego de llamas vivas, que sale disparado de la garganta de la chimenea hacia el claro azul del cielo desgarrando a su paso el humo negro. Al cabo de un rato, el fuego cesa. A veces, sobre todo por las tardes, los crematorios escupen fuego durante largas horas, incluso hasta la mañana siguiente."

Seweryna Szmaglewska


"El viento sopla por encima del barro, silbando y gimiendo, se eleva por encima de los barracones que están sumidos en el sueño y golpea los alambres. También en el campo de hombres reina el silencio. La enigmática luz de un gran reflector que viene de los crematorios envuelve todos los objetos que están a su alcance, detrás de ellos crecen unas sombras alargadas. Junto a la valla ya no queda nadie. La alambrada está envuelta de oscuridad y silencio."

Seweryna Szmaglewska


"En el bloque 10 se hacen experimentos médicos con jóvenes prisioneras judías. Todas las pacientes, varios centenares en total, tienen derecho a decidir si prefieren una inyección o una operación de ginecología. La inyección consiste en un virus que produce una enfermedad, tras la cual la mayoría de las mujeres muere rápidamente bajo observación médica. La operación consiste en cortar trozos de útero, en extirparles los ovarios y cosas parecidas. Hay prisioneras que consiguen sobrevivir a estas operaciones y que incluso se encuentran bien después, pero la mayoría mueren al cabo de un tiempo y entonces los SS van por un nuevo contingente de conejillos de Indias."

Seweryna Szmaglewska


"En invierno un comandante nuevo que se apellida Krause se hace cargo del campo. Su cara, como la de un retrato alemán antiguo, tiene rasgos típicamente germanos. Se detiene delante de un grupo de prisioneras y le pregunta a Perschel, que lo acompaña, cómo se explica que algunas prisioneras tengan números muy bajos. ¿Quiere decir esto que estas prisioneras llevan en Oswiecim un año, dos o incluso más? - Jawohl, Herr Kommandant. Así es, mi comandante. Krause está indignado. Clava su mirada en los ojos enfermizos de Perschel y declara que un prisionero de campo de concentración no debería vivir más de seis semanas. Si no está muerto en ese tiempo, eso significa que ha aprendido a hacer chanchullos y por eso hay que exterminarlo."

Seweryna Szmaglewska



"En los rostros de los SS hay siempre una risa silenciosa, muda, que a mKramer en Bergen Belsenenudo no va acompañada de gestos de la cara, una risa que se percibe sólo en el movimiento de los párpados. A veces, un grito que nace en el interior del vientre también puede ser una carcajada. Los SS no han parado de reír desde que empezaron las gasificaciones en masa, desde que se pasan el día entero borrachos y como narcotizados. (...) Cuando tiran los cuerpos al fuego se alegran al ver que se mueven, que se contorsionan y serpentean entre las llamas. Entonces el SS estalla en una risotada estruendosa, dispara una salva al aire o al fuego, se monta de un salto en su moto y, conduciendo como un loco, se acerca a alguno de los campos para seguir entreteniéndose."

Seweryna Szmaglewska



"(...) Entre los barracones hay gente atareada, gente de aspecto sano, están ocupados, están en activo: comen, se lavan, hacen una vida normal. Eso les llena de fe. Piensas ilusamente que en este espacio edificado con barracones también ellos, los recién llegados, encontrarán su sitio. Sólo esperan una palabra de confirmación por parte de las personas que llegan a la rampa desde los barracones. Pero los prisioneros les responden con su silencio. No pueden hacer otra cosa, porque no están solos ni siquiera durante una fracción de segundo; los observan sin cesar los ojos de los SS del Departamento Político, de los comandantes, de los médicos de las SS que se encargan de distribuir la muerte. Aunque estén borrachos, sus ojos son a veces muy eficaces. En medio de la tensión que se vive en la rampa no te puedes permitir ninguna infracción: de lo contrario, lo que te espera es una bala de revólver."

Seweryna Szmaglewska


"Este año el verano es excepcionalmente caluroso. Pero los SS, que están borrachos día y noche, y los del Sonderkommando, que también lo están, no son sensibles al calor ni se preocupan por el peligro de las enfermedades. El hedor de los cuerpos putrefactos flota en el aire a cada soplo de viento."

Seweryna Szmaglewska





"¿Has sentido un deseo más fuerte que el que motivan el hambre y la sed? ¿Sabes que la necesidad de soñar puede ser más fuerte que la de dormir?"

Seweryna Szmaglewska



"La locomotora va dejando los vagones en la vía que hay entre el campo de mujeres y el de los gitanos. Cuando las mujeres se acercan a la alambrada a la hora de comer ven que los vagones del tren tapan la vista del campo como un muro inmóvil. Pero en el campo de concentración los prisioneros han aprendido a ser más fuertes que los obstáculos. Hablan con los vagones de por medio. Algunos se agachan y se hacen señales por debajo de las ruedas del tren que está aparcado en la rampa elevada, otros están justo uno enfrente de tal modo que se pueden ver en el espacio que media entre un vagón y el siguiente. El tren es un obstáculo fuerte para la voz. Además, aunque grites, el viento que hoy sopla con mucha fuerza frena las palabras y se las lleva. Las palabras no se oyen. Los prisioneros se ponen las manos alrededor de la boca y gritan las palabras despacio; pero es inútil: unos brazos abiertos de par en par es la única respuesta que reciben. Se quedan sólo con la posibilidad de mirar a la persona querida a través de ese mismo tren de mercancías que pronto los separará. Sólo pueden comunicarse con gestos."

Seweryna Szmaglewska


"Las cámaras de gas trabajan mucho más deprisa que los hornos de los crematorios. A pesar de que están encendidos día y noche, de que llegan continuamente camiones cargados de briqueta y leña, a pesar de las fosas provisionales que se excavan en el bosque, donde se queman muchos cuerpos a la vez, los hornos no consiguen ir al mismo ritmo que la gasificación. Así que cerca del crematorio se apilan montones de cuerpos hinchados, cuerpos que se hinchan aún más con el paso del tiempo y que se van incinerando, a medida que es posible hacerlo."

Seweryna Szmaglewska




"Los ataques aéreos son cada vez más frecuentes. Las sirenas de Oswiecim y de Birkenau, y de toda la región de Silesia, aúllan asustadas. Para los prisioneros su sonido es una música alegre. Al oírlas, los SS corren a toda prisa hacia la puerta y se tumban en las trincheras y allí se quedan mientras dura el ataque. Es un anticipo de la libertad. Los presos saben que durante los bombardeos los SS no aparecerán. Así que dejan de trabajar y contemplan el espectáculo. No están obligados a ponerse a cubierto en las trincheras y en esos momentos se pueden permitir expresar sus sentimientos sin tapujos. Ahora, entre el azul del cielo, muy arriba, aparece una escuadrilla. Brilla junto al sol, a veces desaparece para después emerger de nuevo en el cielo. En la puerta de un barracón hay un grupo de prisioneros de pie que miran hacia arriba. Es imposible describir la emoción que sientes cuando recuperas la fe."

Seweryna Szmaglewska




"Los diagnósticos son contradictorios. No se sabe si es meningitis o viruela, y algunas doctoras afirman que es una variedad de peste. La enfermedad dura poco, sus síntomas son la lividez del cuerpo, los labios oscuros, a menudo el vientre hinchado y grandes manchas en el cuerpo. La muerte sobreviene veinticuatro horas después de la aparición de estos síntomas. El hospital nunca ha estado tan lleno como ahora. Se compone de una decena de barracones, y en cada cama hay tres o cuatro enfermas. El infortunio tiene muchas caras y no para de acecharnos por todos los lados."


Seweryna Szmaglewska


"Los judíos que durante la selección son enviados a la derecha van directamente a la muerte. Mientras la mano de un SS borracho dicta la sentencia, se abren las ventilaciones y las puertas de las cámaras de gas de par en par para que entre aire fresco. Están preparando el lugar para los siguientes. Dentro de muy poco esos nuevos seleccionados entrarán en las cámaras de gas. No tendrán que esperar mucho para que se cumpla su destino; como mucho unas cuantas horas, mientras se llevan de las cámaras a sus predecesores."

Seweryna Szmaglewska



"Los transportes que llegan sin cesar dan tanto trabajo que el Sonderkommando no da abasto ni tampoco las prisioneras que están empleadas en el almacén de ropa del Kapo Schimidt. A cada rato entra en la cocina algún SS de rango superior y se lleva a un grupo de cocineras para transportar la comida o a algún otro grupo que encuentre para cargar unas cajas. Si te toca, tienes que enfrentarte cara a cara con la gente que va a la muerte."

Seweryna Szmaglewska


"No puedes comportarte como un hermano, pero sí te dejan actuar como una hiena. Por cada mano que decide no participar en el botín, hay diez manos, cientos y miles de ellas que buscarán hasta el objeto más nimio. Algunos dicen que es mejor coger lo que se pueda antes de dejárselo a los alemanes. Pero sólo es una excusa más para tu avaricia. Una vez que has dado el primer paso comienzas poco a poco a cambiar de actitud. La idea de apropiarse de lo ajeno, aunque sea por un tiempo breve, seduce a muchos. Birkenau se ha convertido en una selva en la que resulta fácil perder el rumbo. Aquí caen los caparazones de los principios, los moldes de las buenas conductas que a veces en una vida normal pueden ayudar a un hombre, a un don nadie, a atravesar muchas situaciones de manera ejemplar sin que se dé cuenta de que es un cero a la izquierda."

Seweryna Szmaglewska






"Para ahorrar gas queman a los niños vivos. Por eso los apartan y se los llevan a ellos solos. Un día, un niño pequeño, de unos cinco años, se les escapó a los SS cuando ya estaba en el mismísimo crematorio y con todo el esfuerzo de sus pies pequeños corrió de vuelta a la rampa. ¿Hacia dónde si no podía ir, dónde podía esconderse? Las posibilidades de escaparse de este lugar son mínimas."

Seweryna Szmaglewska


"Probablemente todas las prisioneras empiezan el día con la misma pregunta: "¿Cuántos días como éste me quedan?". Como el tiempo pasa y nada cambia, los días de la pregunta se sustituyen por semanas, después por meses. Y pasan los años, y el sol naciente continúa dando la bienvenida a las filas de mujeres que se dirigen al trabajo con sus uniformes de rayas. Y entonces nadie tiene valor ya en el corazón para preguntar: ¿Cuándo?"

Seweryna Szmaglewska


"Qué liviano se hace entonces tu esfuerzo cuando acabas de oír por ti mismo que la línea del frente se está moviendo. Ahora ya no se trata de un relato infundado que alguien te ha contado. De todos modos es difícil saber de dónde proceden las detonaciones. ¿Acaso llegan desde Tarnow? ¿O quizá desde las montañas? Cada noche un rumor lejano te arrulla. Te quedas dormido confiando en que tu liberación está cada día más cerca."

Seweryna Szmaglewska




"Se piensa que en las grandes ciudades es donde mejor se pueden apreciar las diferencias económicas. Pero el campo de concentración ha creado contrastes aún más llamativos, más dramáticos, a pesar de que se viven en una situación que, se diría, es para todo el mundo igual, es decir, próxima a la muerte."

Seweryna Szmaglewska