"A medida que Tarzán fue creciendo, sus zancadas aumentaron en rapidez y, al cumplir los diez años, era un trepador excelente. Además, sobre el suelo, sabía hacer una infinidad de maravillas que sus pequeños hermanos eran incapaces de imitar."

Edgar Rice Burroughs


"Con dinero hubiese podido comprar justicia, ¡Pero sin un penique! ¡Ah!, ¿Qué esperanza podrían tener en aquella tierra los extranjeros sin posibilidades económicas?"

Edgar Rice Burroughs
El hijo de Tarzán


"Con toda su amorosa ternura, Kala crió al huerfanito, sin dejar de sorprenderse en silencio al observar que no desarrollaba la misma agilidad y fuerza física con que los monos de las otras madres se veían agraciados. Había transcurrido cerca de un año desde que el cachorro cayó en su poder y apenas podía caminar solo, y en cuanto a trepar... ¡Qué torpe era, el pobre!"

Edgar Rice Burroughs


"Cuanto más sabe una de su religión, menos fe tiene en ella... Y de mi religión nadie sabe más que yo."

Edgar Rice Burroughs


"Debo de estar soñando y luego me despertaré y veré de nuevo ese aterrador cuchillo descendiendo hacia mi corazón...Bésame, cariño, sólo una vez, antes de que se desvanezca y se pierda mi sueño para siempre."

Edgar Rice Burroughs

"Doscientos cincuenta mil combatientes reunidos desde el helado casquete norte a la glacial zona del polo Sur, y que representan mil tribus diferentes, de cien hordas salvajes y batalladoras, llenarán esta noche la gran ciudad de Thark, dispuestas a invadir la tierra de los Primeros Nacidos cuando reciban la orden, y a pelear hasta que se les diga ¡Basta!"

Edgar Rice Burroughs


"El amor era una ardorosa corriente que fluía por sus jóvenes venas."

Edgar Rice Burroughs


"El cabecilla de los hombres planta cargó contra el pequeño grupo, y su sistema de ataque fue tan curioso como efectivo, debiendo su poderosa eficacia a su propia rareza, ya que la manera de combatir de los guerreros verdes era inútil para defenderles de tan singular agresión. De ello me convencí sin tardar, notando que se preparaban a resistir desorientados y sin saber con quién tenían que enfrentarse. El hombre planta se lanzó contra el grupo y, a unos doce pies de él, dio un salto para pasar exactamente encima de sus cabezas. Llevaba la poderosa cola levantada y erecta hacia un lado, y al pasar sobre los guerreros verdes la dejó caer con un terrible impulso y aplastó el cráneo de un guerrero como si se tratara de una cáscara de huevo. El grueso del horroroso rebaño iba rodeando con decisión y enorme velocidad al reducido grupo de sus víctimas. Sus prodigiosos saltos y el chillido, o mejor dicho, escalofriante alarido de sus extrañas bocas estaba calculado para confundir y aterrorizar a sus contrarios, así que en cuanto dos de ellos saltaron simultáneamente a ambos lados, el tremendo golpe de sus horribles colas no encontró resistencia y otros dos marcianos verdes cayeron, sufriendo una ignominiosa muerte."

Edgar Rice Burroughs


"En las ramas superiores de aquel árbol gigantesco, la mona apretó contra sí el gimoteante chiquillo y el instinto, tan predominante en el ánimo de aquella fiera como lo había sido en el de la tierna y hermosa madre -el instinto del amor materno-, no tardó en transmitir sus ondas tranquilizadoras al cerebro medio formado del cachorro de hombre, que al instante dejó de llorar. Después, el hambre colmó el foso que los separaba y el hijo de un lord inglés y una dama inglesa se amamantó en el pecho de Kala, la gran mona salvaje."

Edgar Rice Burroughs



"En un sentido, al menos, los marcianos eran gente feliz: no tenían abogados."

Edgar Rice Burroughs


"Enséñeme a hablar el lenguaje de los hombres."

Edgar Rice Burroughs


"Es característico de los débiles y de los criminales atribuir a los demás las desgracias resultantes de su propia perversidad."

Edgar Rice Burroughs


"- ¿Estoy vivo, esto está sucediendo en realidad o no se trata más que de un sueño?"

Edgar Rice Burroughs



"La desesperación le puso al borde del ataque de nervios. ¿A dónde podrían ir? Por la mañana los descubrirían y los matarían. Con toda la robustez y fortaleza física heredadas de su padre, no era, al fin y al cabo, más que un chiquillo, un chiquillo empavorecido, que echaba de menos terriblemente su casa, un chiquillo al que la falta de experiencia propia de la juventud le impedía razonar como era debido."

Edgar Rice Burroughs


"La supervivencia del hombre depende de la perfección de los sentidos menos de lo que pudiera creerse. Su capacidad de raciocinio le ha liberado de numerosos esfuerzos y obligaciones, por lo que muchas de sus facultades se han aniquilado."

Edgar Rice Burroughs


"La vida sería un tormento horroroso si tuviera que pasármela aterrada por algo que aún no ha sucedido."

Edgar Rice Burroughs



"Lady Greystoke nunca se recuperó de la impresión del ataque del gran gorila, y aunque vivió durante un año después de que su hijo hubiera nacido, jamás pudo salir de nuevo de la cabaña, ni entendió completamente que no estaba en Inglaterra. Algunas veces le preguntaba a Clayton por los extraños sonidos de las noches; la ausencia de la servidumbre y amigos, y la extraña rudeza de los muebles de su habitación, pero, aunque no hacía ningún esfuerzo por engañarla, nunca pudo comprender el significado de todo. En otro aspecto era bastante racional, y el regocijo y felicidad que le dio su hijo y las constantes atenciones de su esposo, hicieron de ese año el más alegre, el más feliz de su joven vida. Eso habría acabado con sus preocupaciones y su aprensión si ella hubiese estado en total control de sus facultades mentales, lo sabía Clayton; así que mientras el sufría terriblemente de verla así, habían momentos en que casi le alegraba, por su bien, que ella no pudiera entenderlo.
(...)
D'Arnot y Tarzan habían acordado que su pasado debería quedar en secreto, y por lo tanto ninguna persona además del oficial francés, sabrían de la familiaridad del hombre-mono con las bestias de la jungla.
-Monsieur Tarzan no ha dicho nada-, dijo uno de los presentes. -Un hombre de su valor que ha estado algún tiempo en Africa, según tengo entendido, tendrá alguna experiencia con los leones verdad?-
-Alguna- contestó Tarzan, secamente. -Suficientes para saber que cada uno de ustedes están en lo correcto en su juicio sobre las características de los leones que han conocido. Pero también podríamos juzgar a todos los negros por el que corrió descontrolado la semana pasada, o decidir que todos los blancos son cobardes porque conocimos a un blanco cobarde. Existe tanta individualidad en el orden inferior, caballeros, como entre nosotros. Hoy podríamos salir y tropezar con un león temeroso y correrá alejándose de nosotros. Mañana podríamos conocer a su tío o su hermano gemelo, y nuestros amigos podrían extrañarse de porque no regresamos de la selva. En mi caso, yo siempre asumo que un leon es feroz, y por lo tanto nunca me encontrará desprevenido.-
-Habría poco placer en cazar- replicó el primer cazador, -si tuviera miedo de lo que caza-.
D'Arnot sonrió. -Tarzan con miedo!-.
-Yo no entiendo exactamente a lo que usted se refiere con miedo-, dijo Tarzan. -Como los leones, el miedo es una cosa distinta en hombres diferentes, pero para mi el único placer en la caza es el conocimiento de que lo que se caza tiene tanto poder de hacerme daño, como yo tengo de hacerle daño a él. Si salgo con un par de rifles y un cargador de pistola, y veinte o treinta batidores para cazar un león, no podría sentir que el león tiene mucha oportunidad, y por lo tanto el placer de la caza disminuiría en proporción a la incrementada seguridad que sentiría-."

Edgar Rice Burroughs
Tarzán de los monos


"Lo que necesita usted para su hijo no es un preceptor..., sino un domador de animales salvajes."

Edgar Rice Burroughs


"Lo que sea que haga por ti será solamente por motivos egoístas, ya que me brinda más placer el servirte que el no hacerlo."

Edgar Rice Burroughs



"Mientras recorrían el mar interior dejando atrás la isla de Oo-oh, volvieron a contar las historias de sus aventuras, y Bradley se enteró de que Bowen Tyler y su esposa habían dejado el país galu hacía apenas quince días, y que era posible que el Toreador estuviera todavía anclado en el Pacífico, no muy lejos de la desembocadura subterránea del río que volcaba las aguas calientes de Caprona en el océano.
A finales del segundo día, después de atravesar manadas de horribles reptiles, se sumergieron en el punto donde el río entraba bajo los acantilados y poco después ascendieron a la superficie iluminada del Pacífico; pero no pudieron ver por ninguna parte rastro del otro barco. Siguieron costa abajo hasta la playa donde Billings había cruzado en su hidroavión y al anochecer el vigía anunció que veía luz delante. Resultó ser el Toreador, y media hora más tarde hubo una reunión en la cubierta del esbelto yate como nadie había imaginado que fuera posible. De los aliados sólo había que lamentar las muertes de Tippet y James, y nadie lamentó las muertes de los alemanes ni la de Benson, el traidor, cuya fea historia fue narrada en el manuscrito de Bowen Tyler.
Tyler y el grupo de rescate habían llegado al yate esa misma tarde. Habían oído, levemente, las salvas disparadas por el U-33 pero no habían podido localizar su dirección, y por eso habían supuesto que el sonido procedía de los cañones del Toreador.
Fue un grupo feliz el que navegó hacia el soleado sur de California, el viejo U-33 siguiendo la estela del Toreador, haciendo ondear la gloriosa bandera de las Barras y Estrellas bajo la que había nacido en el muelle de Santa Mónica. Tres parejas recién casadas, sus lazos ahora debidamente solemnizados por el capitán del barco, disfrutaban de la paz y la seguridad de las aguas despejadas del Pacífico sur y la luna de miel única que, de no ser por los recios deberes que los esperaban, podrían haber prolongado hasta el final de los tiempos.
Y así atracaron un día en el muelle que ahora controlaba Bowen Tyler, y allí se encuentra todavía el U-33 mientras quienes pasaron tantos días en él y a causa de él, continuaron sus diversos caminos."

Edgar Rice Burroughs
Desde el abismo del tiempo



"Nunca había sido un hombre enamoradizo, siendo más aficionado a las empresas bélicas y a las luchas que al coqueteo, y según mi opinión era ridículo que uno suspirase apretando en su mano un guante perfumado, cuatro tallas más pequeño que los suyos, o besando una flor marchita que ya empezaba a oler como un repollo. Por eso no supe qué hacer en aquella ocasión. Realmente hubiera preferido afrontar mil veces la furia de las hordas salvajes, que habitan en las simas del mar muerto, a sostener la mirada de la hermosa joven y decirle lo que le debía decir."

Edgar Rice Burroughs


"Pero incluso las dos mejores espadas de un mundo de guerreros no pueden luchar incansablemente contra una inacabable turba de bestias feroces y salvajes que ignoran el significado de la derrota hasta que el acero clavado en sus corazones les arranca la vida, y así, paso a paso fuimos forzados a retirarnos."

Edgar Rice Burroughs


"¡Realmente, los hombres eran más estúpidos y crueles que las fieras de la selva!"

Edgar Rice Burroughs


"Recuerdo que Perry se entusiasmó considerablemente cuando le hablé acerca de ese Mundo Muerto, pues parecía pensar que podía explicar el hasta entonces no resuelto enigma de la rotación y precesión de los equinoccios.
Cuando los dos jinetes de los lidia se hubieron aproximado más, pudimos distinguir que uno era una mujer y el otro un hombre. Este último levantó las manos, con las palmas abiertas hacia nosotros en señal de paz, y yo le respondí de igual forma. Repentinamente lanzó un grito de asombro y de júbilo y, deslizándose de su enorme montura, corrió al encuentro de Dian y la abrazó.
Durante un segundo palidecí de celos, pero sólo fue un segundo, pues Dian rápidamente atrajo al hombre hacia mí diciéndole que yo era su esposo.
-Y éste es mi hermano Dacor el Poderoso, David -me dijo.
Parecía ser que la mujer era la esposa de Dacor. No había encontrado ninguna de su agrado entre los Sari, ni más allá, hasta que llegó a la tierra de Toria, donde había encontrado y luchado por esa hermosa mujer que llevaba consigo a su propia tribu. Cuando hubieron escuchado nuestro plan, decidieron acompañarnos a sari, donde Dacor y Ghak concretarían la alianza. Dacor parecía tan entusiasmado con la idea de aniquilar a los Mahars y a los Ságotas como Dian y yo.
Después de un viaje que, por ser Pelucidar, fue tranquilo, llegamos a las primeras aldeas de los Sari que consisten en uno o dos centenares de cuevas artificiales abiertas en la ladera de un gran precipicio. Allí, para nuestra inmensa alegría, nos encontramos con Perry y Ghak. El viejo se quedó embelesado al verme, pues hacía ya tiempo que me había dado por muerto.
Cuando le presenté a Dian como mi esposa, no supo qué decir, pero después me comentó que entre ambos mundos no podía haber hecho mejor elección. Ghak y Dacor llegaron a un acuerdo muy amistoso, y en un consejo celebrado entre diversos jefes de tribus de Sari se trazó un plan aproximado de la forma de gobierno que se debía adoptar. Los distintos reinos debían permanecer separados e independientes, pero tenía que existir un regente supremo, un emperador. Se decidió que yo fuera el primero de la dinastía de los emperadores de Pelucidar. Nos dispusimos a enseñarles a las mujeres a hacer arcos y flechas y bolsas de veneno. Los jóvenes cazaban las serpientes que proporcionaban la ponzoña y también extraían el hierro para hacer espadas bajo la dirección de Perry. El entusiasmo se propagó velozmente de una tribu a la otra, hasta que comenzaron a llegar representantes de países tan lejanos que los Sari ni siquiera los habían oído nombrar, para prestar juramento de lealtad y aprender el arte de construir y manejar nuevas armas. Enviamos hombres como instructores a todas las naciones de la federación, y el movimiento ya había adquirido proporciones gigantescas antes de que los Mahars lo descubrieran. El primer indicio que tuvieron fue cuando tres de sus caravanas de cazadores de esclavos fueron exterminados en rápida sucesión. No podían entender cómo las especies inferiores habían adquirido repentinamente un poderío tan formidable y eficaz."

Edgar Rice Burroughs
Aventura en el centro de la tierra



"Sólo hablo el lenguaje de mi tribu, los grandes monos que pertenecieron a Kerchak; también hablo un poco de las lenguas de Tantor, el elefante, Numa, el león, y algunos otros animales de la selva. No he hablado nunca con ningún ser humano."

Edgar Rice Burroughs



"Soy Tarzán de los Monos. Te quiero. Soy tuyo. Tú eres mía. Viviremos aquí juntos siempre en mi casa. Te traeré las mejores frutas, la carne de ciervo más tierna, las mejores viandas de la selva. Cazaré para ti. Soy el mejor luchador de la jungla. Lucharé para ti. Soy el más poderoso de los luchadores de la selva. Tú eres Jane Porter, vi tu nombre en la carta. Cuando veas este escrito sabrás que es para ti y que Tarzán de los Monos te quiere."

Edgar Rice Burroughs


" - ¡Soy Tarzán! -proclamó-. ¡Un gran luchador que mata! ¡Todos habéis de respetar a Tarzán de los Monos y a Kala, su madre! ¡Entre vosotros no hay nadie tan poderoso como Tarzán! ¡Que sus enemigos se anden con cuidado!"

Edgar Rice Burroughs
Tarzán de los monos


"Un guerrero puede cambiar sus armas, pero no su corazón."

Edgar Rice Burroughs


"(...) Una idea absurda, un descabellado y ridículo asomo de esperanza..."

Edgar Rice Burroughs


"(...) Y la sonrisa es la base de la belleza."

Edgar Rice Burroughs