"A mí dadme dulces mentiras y guardaos vuestras amargas verdades."

George Raymond Richard Martin


"¿Acaso la muerte hace que un hombre sea más sincero, o siquiera más listo? Seguro que los muertos son muy aburridos, siempre quejándose de tonterías...Que si el suelo está muy duro, que si me merecía una lápida más grande, que por qué ése tiene más gusanos que yo..."

George R. R. Martin



"Aguja era demasiado pequeña, no era una espada de verdad, en realidad se trataba de poco más que un juguete. Ella no era más que una niñita idiota cuando Jon se la regaló.
—No es más que una espada —dijo con determinación.
Pero sí que era algo más.
Aguja era Robb, Bran, Rickon, su madre y su padre, hasta Sansa. Aguja era los muros grises de Invernalia y las risas de sus habitantes. Aguja era las nieves de verano, los cuentos de la Vieja Tata, el árbol corazón con sus hojas rojas y su rostro aterrador, el cálido olor a tierra de los jardines de cristal, el sonido del viento del norte contra los postigos de su habitación. Aguja era la sonrisa de Jon Nieve.
“Me revolvía el pelo y me llamaba hermanita”, recordó, y de repente se le llenaron los ojos de lágrimas."

George R.R. Martin
Festín de cuervos


"Aunque le pinten rayas a un sapo no se convierte en tigre."

George R. R. Martin




"Casi todos los hombres prefieren negar la verdad antes que tener que enfrentarse a ella."

George R. R. Martin
Tomada del libro La mente parasitaria de Gad Saad, página 157



"¿Cuánto vale una corona si un cuervo puede cenar carne de rey?"

George R. R. Martin




"El amor es un veneno. Un veneno dulce, sí, pero un veneno que mata."

George R. R. Martin


"El conocimiento es un arma, Jon. Aseguraos de ir bien armado antes de entrar en combate."

George R. R. Martin



"El guerrero que lucha por dinero sólo es leal a su bolsillo."

George R. R. Martin


"El mundo no es sino una gran telaraña, y basta con tocar un hilo para que los demás vibren."

George R. R. Martin



"El pasado sigue en el pasado. Podemos aprender de él, pero no cambiarlo."

George R. R. Martin



"El poder reside donde los hombres creen que reside. Ni más ni menos."

George R. R. Martin



"El veneno es arma de cobardes."

George R. R. Martin



"En la horca, todos los hombres son hermanos."

George R. R. Martin



"Hasta un niño feo y deforme puede mirar el mundo desde arriba si va a lomos de un dragón."

George R. R. Martin



"La brujería es la salsa que los idiotas vierten sobre el fracaso para ocultar el sabor de su incompetencia."

George R. R. Martin


"La brujería es una espada sin empuñadura. No hay manera segura de agarrarla."

George R. R. Martin



"La llama más brillante proyecta la sombra más oscura."

George R. R. Martin



"Lo que no entiendo es de qué sirve una vela que no da luz. -Es una lección -explicó Armen-. La última lección que tenemos que aprender antes de ponernos la cadena de maestre. La vela de cristal representa la verdad y el aprendizaje, dos cosas infrecuentes, hermosas y frágiles. Tiene forma de vela, para recordarnos que un maestre debe proyectar luz allá donde preste sus servicios, y es afilada para recordarnos que el conocimiento también puede ser peligroso. Los sabios pueden volverse arrogantes en su sabiduría; un maestre, en cambio, debe ser humilde siempre. La vela de cristal también nos recuerda eso. Así, mucho después de pronunciar los votos, ponerse la cadena y marcharse a servir, el maestre recordará la oscuridad de su vigilia, recordará que no pudo hacer nada para encender la vela...Porque, incluso con conocimientos, hay cosas que no son posibles."

George R. R. Martin



"Los caballeros de la Guardia Real tienen prohibido casarse, tener hijos y poseer tierras; eso lo sabes tan bien como yo. El día en que Jaime vistió esa capa blanca renunció a sus derechos sobre Roca Casterly, pero no lo has reconocido nunca. El tiempo ha pasado. Quiero que, en presencia del reino, proclames que soy tu hijo y tu heredero legítimo.
Los ojos de Lord Tywin eran de un verde claro con puntitos dorados, tan luminosos como implacables.
—Roca Casterly —declaró con una voz llana, fría y apagada. Y añadió—: Nunca.
La palabra quedó colgando entre ambos, enorme, hiriente, emponzoñada…
“Sabía la respuesta antes de pedirlo —pensó Tyrion—. Han pasado dieciocho años desde que Jaime se unió a la Guardia Real, pero no he mencionado nunca el tema. Debí haberlo sabido. Debí haberlo sabido desde siempre.”
—¿Por qué? —se obligó a preguntar, aunque sabía que se arrepentiría.
—¿Aún lo preguntas? ¿Tú, que mataste a tu madre para venir al mundo? Eres una criatura deforme, taimada, desobediente, dañina, llena de envidia, lujuria y malos instintos. Las leyes de los hombres te dan derecho a llevar mi nombre y lucir mis colores, ya que no puedo demostrar que no seas mío. Para darme lecciones de humildad, los dioses me han condenado a ver cómo te contoneas, mientras exhibes ese orgulloso león que fue blasón de mi padre, y de su padre antes que suyo. Pero ni los dioses ni los hombres podrán obligarme a permitir que conviertas Roca Casterly en tu lupanar."

George R. R. Martin
Tormenta de espadas



"Los dioses dan con una mano y quitan con la otra."

George R. R. Martin


"Los hombres pequeños maldicen lo que no alcanzan a comprender"

George R. R. Martin



"Me desperté solo.
El cuarto estaba oscuro. Lya yacía en el otro costado de la cama, en un ovillo, durmiendo todavía. Era tarde, casi el amanecer, pensé. Pero no estaba seguro. Estaba inquieto.
Me levanté y me vestí en silencio. Necesitaba caminar, pensar, elaborar las cosas. ¿A dónde ir?
Había una llave en mi bolsillo. La toqué cuando me puse la túnica encima, y recordé. La oficina de Valcarenghi. Estaría cerrada y desierta a esta hora de la noche. Y la vista me ayudaría a pensar.
Me fui, llegué a los tubos y subí, subí, subí hasta la cumbre de la Torre, el tope del desafío de acero humano a los shkeen. La oficina tenía las luces apagadas, y los muebles dibujaban formas oscuras en las sombras. Sólo había la luz de las estrellas. Shkea está más cerca del centro galáctico que la Antigua Tierra, o que Baldur. Las estrellas eran como un dosel ardiente a lo largo del cielo nocturno. Algunas de ellas están muy próximas, y arden como fuegos rojos y azules en la impresionante oscuridad celeste. En la oficina de Valcarenghi, todas las paredes eran de vidrio. Fui hacia una de ellas, y miré. No pensaba. Sólo sentía. Me sentía frío, perdido y pequeño.
Entonces escuché una voz suave que me saludaba. Apenas la escuché.
Me di vuelta, alejándome de la ventana, pero otras estrellas saltaron hacia mí desde las otras ventanas. Laurie Blackburn estaba sentada en una de las sillas bajas, oculta por la oscuridad."

George R. R. Martin
Una canción para Lya



"Ningún hombre es libre. Eso solo se lo creen los niños y los idiotas."

George R. R. Martin




"Nunca ha existido un esclavo que no escogiera ser esclavo. Puede que la elección fuera entre los grilletes y la muerte, pero la elección estaba siempre allí."

George R. R. Martin



"Nunca olvides qué eres, porque, desde luego, el mundo no lo va a olvidar. Conviértelo en tu mejor arma, así nunca será tu punto débil. Úsalo como armadura y nadie podrá utilizarlo para herirte."

George R. R. Martin



"Para ser el rey de los conejos hay que ponerse las orejas largas."

George R. R. Martin



"Por cierto, si me sigues tratando con tanta formalidad, haré que te corten la cabeza y la claven en una pica. Entre nosotros hay mucho más que esas tonterías."

George R. R. Martin



"¿Por qué será que, en cuanto un hombre construye un muro, inmediatamente su vecino quiere saber qué hay al otro lado?"

George R. R. Martin


"¿Qué dios loco y cruel le daría ojos a un hombre y luego le diría que los tuviera siempre cerrados, que no contemplara nunca toda la belleza que hay en el mundo? Solo un dios monstruoso, un demonio de la oscuridad."

George R. R. Martin





"Quien hace una pregunta debe ser capaz de soportar la respuesta."

George R. R. Martin


"Quiero vivir eternamente en unas tierras donde el verano dure al menos mil años. Quiero un castillo en las nubes desde donde contemplar el mundo. Quiero volver a tener veintiséis años, cuando podía luchar todo el día y follar toda la noche. Lo que quieran los hombres no tienen importancia.
Ya tenemos el invierno casi encima, muchacho, y el invierno es la muerte. Prefiero que mis hombres mueran luchando por la hijita de Ned, y no solos y hambrientos en medio de la nieve, llorando lágrimas que se les congelan en las mejillas. Sobre los hombres que mueren así nadie canta canciones. En cuanto a mí, soy viejo y éste será mi último invierno. Quiero bañarme en la sangre de los Bolton antes de morir; quiero sentir las salpicaduras en la cara cuando mi hacha hienda el cráneo de un Bolton. Quiero lamérmela de los labios y morir con ese sabor en la boca."

George R.R. Martin
Danza de dragones


"Recuerdo la justicia. Tenía un sabor grato. La justicia era nuestra meta cuando nos mandaba Beric, o al menos eso nos decíamos. Éramos hombres del rey, caballeros, héroes...Pero algunos caballeros son oscuros y están poblados de terrores, mi señora. La guerra nos convierte a todos en monstruos."

George R. R. Martin



" "Sabes demasiado, viejo pirata". Un contrabandista tenía que conocer a los hombres tan bien como las mareas o no duraba mucho tiempo en el negocio."

George R. R. Martin



"Se puede luchar contra los muertos, pero cuando llegan sus amos, cuando empieza a levantarse esa neblina blanca... ¿Cómo se lucha contra la niebla, cuervo? Sombras con dientes...Un aire tan frío que duele hasta respirar, como un cuchillo que atraviesa el pecho...No sabes nada, no puedes saberlo. ¿Tu espada puede atravesar el frío?"

George R. R. Martin


"Si le cortas la lengua a un hombre, no demuestras que estuviera mintiendo: demuestras que no quieres que el mundo oiga lo que pueda decir."

George R. R. Martin


"Si le vas a quitar la vida a un hombre, tienes un deber para con él, y es mirarlo a los ojos y escuchar sus últimas palabras. Si no soportas eso, quizá es que ese hombre no debe morir. El gobernante que se esconde tras ejecutores a sueldo olvida pronto lo que es la muerte."

George R. R. Martin


"Si le vas a quitar la vida a un hombre, tienes un deber para con él, y es mirarlo a los ojos y escuchar sus últimas palabras. Si no soportas eso, quizá es que ese hombre no debe morir. El gobernante que se esconde tras ejecutores a sueldo olvida pronto lo que es la muerte."

George R. R. Martin


"Silenciosa como una sombra. Tranquila como las aguas en calma. Rápida como una serpiente. Veloz como un ciervo. Fiera como un carcayú. El hombre que teme la derrota ya ha sido derrotado. El miedo hiere más que las espadas."

George R. R. Martin


"Sólo te dicen esas cosas para ganarse el favor de tu señor padre -le dijo-. La verdad la encontrarás en el espejo, no en la lengua de los hombres."

George R. R. Martin



"Todo castillo debe tener una torre allí donde se encuentran dos muros, es necesario para defenderlo. Los valyrios dieron forma de dragones a esas torres para que la fortaleza pareciera aún más temible, y también por eso coronaron los muros con un millar de gárgolas, y no con simples almenas."

George R. R. Martin


"Un bastardo tiene que aprender a fijarse en todo, a descubrir las verdades que la gente oculta tras los ojos."

George R. R. Martin



"-¿Un hombre puede ser valiente cuando tiene miedo? –oyó que preguntaba su voz, tenue y lejana.
-Es el único momento en que puede ser valiente, Bran –le respondió la voz de su padre.
-Ahora, Bran –lo apremió el cuervo-. Elige: vuela o muere.
La muerte trató de asirlo mientras gritaba.
Bran abrió los brazos y voló.
Unas alas invisibles atraparon el viento, se hincharon y lo elevaron. Las espantosas agujas de hielo se alejaron, a sus pies, y el cielo se abrió ante él. Bran remontó el vuelo. Aquello era mejor que trepar. Era mejor que nada. El mundo se empequeñeció abajo.
-¡Vuelo! –gritó, emocionado.
-Ya me he dado cuenta –dijo el cuervo de tres ojos. Echó a volar y aleteó ante su rostro, demorándolo, cegándolo. Cuando las plumas le golpearon las mejillas, Bran se tambaleó. El cuervo le asestó un picotazo terrible en la frente, entre los ojos, que lo cegó de dolor.
-¿Qué haces? –gritó.
El cuervo abrió el pico y graznó; fue un chillido agudo de miedo, y los jirones de niebla gris que se arremolinaban a su alrededor se desgarraron como un velo, y vio que el cuervo no era tal, sino una mujer, una criada de larga cabellera negra a la que había visto antes. ¿Dónde? En Invernalia, claro, la recordaba bien; y entonces se dio cuenta de que estaba en Invernalia, en una cama, en una habitación helada en la cima de una torre, y la mujer de pelo negro dejó caer la palangana de agua, que se estrelló contra el suelo, y corrió escaleras abajo gritando: «Está despierto, está despierto, está despierto».
Bran se tocó la frente, entre los ojos. Aún le quemaba la zona que el cuervo le había picoteado, pero no tenía nada, ni sangre ni herida alguna. Se sentía débil y mareado. Trató de salir de la cama, pero no pudo.
En aquel momento percibió que algo se movía junto al lecho, justo antes de caer con agilidad sobre sus piernas. No sintió nada. Un par de ojos amarillos, brillantes como el sol, se clavaron en los suyos. La ventana estaba abierta y en la habitación hacía frío, pero la calidez que emanaba el lobo lo envolvió como un baño caliente. Bran se dio cuenta de que era su cachorro… ¿o no? ¡Le parecía tan grande…! Extendió un brazo para acariciarlo; la mano le temblaba como una hoja.
Cuando su hermano Robb irrumpió en la habitación, jadeante tras subir a toda velocidad los peldaños de la torre, el lobo huargo lamía el rostro de Bran. El niño alzó la vista, con calma."

George R. R. Martin
Juego de tronos



"Un hombre tiene que saber mirar antes de aspirar a ver."

George R. R. Martin




"Un lector vive mil vidas antes de morir. Aquel que nunca lee vive solo una."

George R. R. Martin



"Una bolsa de dragones compra el silencio de cualquiera por un tiempo, pero un dardo disparado con puntería lo compra para siempre."

George R. R. Martin


"Una buena acción no lava la mala, ni una mala lava la buena. Cada una debe tener su recompensa."

George R. R. Martin


"Una mente necesita de los libros igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo."

George R. R. Martin