"Arte y orden, parientes enemistados."

Elfriede Jelinek



"Así, en el transcurso de los años, se creó un círculo natural: nacer y empezar y casarse y salir y tener a la hija, la ama de casa o vendedora, generalmente ama de casa, la hija empieza, madre estira las patas, hija se casa, sale, se lanza del estribo, ella da a luz a la siguiente hija, la tienda de subsistencias populares es el centro del círculo natural de la naturaleza, en sus frutas y verduras se reflejan las estaciones del año, se refleja la vida humana en sus múltiples formas de expresión, en su único escaparate se reflejan las caras atentas de las vendedoras reunidas aquí para esperar el matrimonio y la vida. Pero el matrimonio siempre llega solo, sin la vida. Terrible, esta agonía lenta. Los hombres y las mujeres agonizan juntos, el hombre siquiera tiene un poco de diversión, vigila a su esposa como mastín desde fuera, la vigila en su agonía. La mujer vigila desde dentro al hombre, a las turistas en verano, a su hija y el dinero para el gasto, no dedicado a la borrachera. Y el hombre vigila desde fuera a su esposa, a los turistas, a la hija y el dinero para el gasto para apartar algo para emborracharse. Y así agonizan mutuamente. La hija ya no puede esperar poder agonizar también, y los padres hacen sus compras para la muerte de la hija: sábanas y toallas y trapos y un refrigerador usado, se conservará muerta pero fresca."

Elfriede Jelinek
Las amantes



"Busca alguien que no lo contradiga. Por eso busca a alguien que no lo entienda."

Elfriede Jelinek


"De camino a la escuela Erika ve inevitablemente por todos lados la destrucción de individuos y comestibles, pocas veces ve que algo crece y florece. Tan sólo en el parque del ayuntamiento o en el parque público, donde las rosas y los tulipanes brotan carnosos. Pero incluso éstos se precipitan, porque llevan en sí mismos el proceso de descomposición. Es lo que piensa Erika. En sólo el arte tiene una existencia más duradera. Erika lo cuida, lo poda, lo ata a una guía, lo desmaleza y finalmente cosecha. Pero, ¿quién sabe todo lo que se ha perdido o ha sido acallado injustamente? Cada día muere una pieza musical, una novela o un poema porque ya no posee razón de existencia en nuestro tiempo. Y lo que parecía eterno ha perecido, ya nadie lo conoce. Aun cuando habría merecido seguir existiendo. En el curso de piano de Erika ya hay niños que machacan a Mozart o a Haydn, los más avanzados se deslizan sobre los patines de Brahms y Schumann, cubriendo el bosque de la literatura musical con sus babas de caracol."

Elfriede Jelinek
La profesora de piano



"(...) Desprecia a dos clases de personas: en primer lugar aquel que tiene su casa, su coche y su familia, y en segundo lugar, a todas los demás."



Elfriede Jelinek

"El instinto de la manada siempre lleva a valorar muy alto lo mediocre. Lo aprecia como algo valioso. Creen que son fuertes porque representan a la mayoría. En las capas medias no existen la sorpresa ni el temor. Se empujan unos contra otros para sentir la ilusión del calor. En la mediocridad nadie puede encontrarse a solas con algo, mucho menos consigo mismo. ¡Y cuan felices parecen!"



Elfriede Jelinek



"El poeta es un rey en su reino. Su imperio es la imaginación, en la que hay mansiones ilimitadas."



Elfriede Jelinek

"El tiempo es una terrible planta devoradora.




Elfriede Jelinek


"El valor femenino disminuye de forma irrevocable en la misma medida que aumentan los años y la inteligencia."




Elfriede Jelinek



"En esta nueva era, lo que te hace libre es el conocimiento, no el trabajo."

Elfriede Jelinek



"Esos muertos de los que se desconoce la causa de su muerte. Todos parecen sanos y salvos, e incluso visten elegantemente y se mueven como si estuviesen bailando en una antigua piscina. Y en esa carne casi desmayada debe entrar el empuje, la energía, como si de un reloj de música se tratara, que siempre hay que darle cuerda hasta que se rompe. Es sorprendente ese estímulo, sin cuerpo, como la llama de una cerilla que se mantiene en el celuloide y consigue que las denominadas personas, es decir, los vivos en la película, aparezcan como quemadas, como si tuvieran un contorno oscurecido por el hollín que les hace más irreales que los fantasmas que salen en escena. Ese contorno, en que los vivos parecen sujetos y los muertos muestran gran vitalidad, no cuadra. ¿O hemos sido nosotros, con nuestra mirada, los que hemos hecho los agujeros en la película? El espacio del celuloide, un espacio técnico, se transforma en uno abstracto, en el que los muertos tienen más fuerza que los vivos, encerrados juntos en ese lugar, y cuya limitación/estrechez nos transmiten a los espectadores, subyugándonos. No importa el que estemos o no: los genuinos, los reales, han rodado y descansan, y existen también sin nosotros. Y especialmente aquellos que no existen, los fantasmas, y sobre todo la joven protagonista de la cinta, su luminosidad, esa piel que aún le queda, parece presionarla como si fuera una gabardina transparente bajo una lluvia torrencial a su huida en la oscuridad. También podemos cerrar los ojos. Y los vivos, al igual que el erizo ante el conejo, no tienen ningún refugio a dónde ir, a pesar de estar allí. A pesar de que sólo se contienen a sí mismos sin poder determinar nada."

Elfriede Jelinek
Misterio y cine


"Estos bellos ejemplares del género humano en el cine del centro de la ciudad actúan sin ningún tipo de dolor y sin la posibilidad de sentir dolor. Todo es plástico. En sí mismo el dolor no es más que una consecuencia del deseo de placer, de destrucción, de aniquilamiento y, en su forma más sublime, una forma de placer."

Elfriede Jelinek



"Gratis es solo la muerte y esta cuesta la vida; y todo tiene un final y sólo las salchichas tienen dos."



Elfriede Jelinek



"Hay en él un heroísmo solitario. Solitario porque nadie lo advierte y hasta el heroísmo más evidente pierde su valor si pasa inadvertido."

Elfriede Jelinek



"La montaña dirige a nosotros un ojo enigmático, y a aquél a quien le echa el ojo, a ése enseguida le echa mucho más, para darle énfasis a su mirada. ¿Quién habla ahí abajo? Sólo somos nosotros. Entonces yo, la montaña, hago que desaparezcáis ahora mismo. El valle, que también fue atravesado de galerías, no quiere ser menos y amenaza con que, en primer lugar, se formará una zona de hundimiento, y a continuación se formarán enseguida taponamientos y el agua filtrada cada vez será menos. Y entonces, dice la vaguada, mofándose por todas las grietas, ¡entonces os vais a enterar!, porque debido a lo pronunciado del desnivel no se puede esperar de ese tapón ningún efecto de apuntalamiento suficiente. Por eso no se puede, habla el valle y su voz cada vez es más fuerte porque debe acallarse a sí mismo, a su propio lamento de vientos subterráneos, es por eso que no se puede deducir, a partir del hecho de que el primer desprendimiento de agua y lodo que se produzca llegue a calmarse, que, suponiendo que se llegue a intentar extraer agua con bombas y levantar tabiques día y noche, que así se consiga entonces una obturación estable, de ningún modo. Ni rastro. Miren. Exactamente eso es lo que quedará de los seres humanos allí abajo.
El señor Janisch prefiere mudarse a una de las casas que ya hay ahí, así tendría dos, el hijo también tendría la suya (todavía no del todo, pues la vieja a quien pertenece vive todavía, por favor, ¡no se olviden de no traerle flores! Hasta el día de su entierro no se la va a obsequiar con algunas, por supuesto, del jardín, ¿para qué si no lo tenemos?), el señor Janisch jr. querrá entonces hacer reformas, pero todo se andará. Todavía vive un ser humano extraño en su interior, no, claro que no en él, un ser humano que no se puede sacar tan fácilmente como la mermelada de un tarro. Incontables horas desagradables le deben las personas de aquí a la montaña, que, en lo relativo a vilezas, le hace continuamente la competencia al lago. Algo se vierte en el lago que no le hace bien, la montaña ha arrojado el bosque protector y se ha convertido en una amenaza para personas, asentamientos e instalaciones; es un bosque con un efecto benéfico preferencial, formemos pues un comité de beneficencia, no para la tala, sino para la retención del agua y de las piedras y para la extracción de dolomía y otras porquerías, pero este bosque no ha cumplido lo prometido. No ha retenido las piedras en su interior, claro, eso hubiese sido magia, dada la enorme cantidad. Y bajo él también se suceden escenas horripilantes, una casa se desprende hacia las profundidades y tan sólo los balcones adornados con flores miran hacia fuera, nos embelesan, ¡tanta belleza en un espacio tan pequeño! Se le hacen unas fotos antes de que desaparezca. Observen ustedes, ese árbol de ahí arriba también es interesante: sus radicelas se mueven desesperadas en el aire para ver si pillan el trozo de tierra que baja rodando hacia el valle, pero el árbol se cae por completo, y en el aire en el que tiemblan sus pequeñas raíces no va a cazar ya ni una mosca, en el aire ya no hay sujeción ninguna."

Elfriede Jelinek
Obsesión



"La mujer espera y espera, todo en vano. Y no pregunta por qué espera, ya que teme más la respuesta que la espera."

Elfriede Jelinek




"Lo inmensurable, lo invaluable son para mí los criterios para enfrentarse al arte."

Elfriede Jelinek


"Miente como un libro. Y él lee muchos libros."

Elfriede Jelinek


"No tiene historia y tampoco hace historias."



Elfriede Jelinek


"Quien no habla puede pensar."



Elfriede Jelinek


"Quieren golpes y mucha pasión; todo eso debió vivirlo el compositor en lugar de ellos y tuvo que anotarlo minuciosamente. Quieren oír los gritos, de lo contrario tendrían que gritar constantemente ellos mismos. De aburrimiento. Los tonos grises, las diferenciaciones sutiles no están al alcance de su percepción. Y, de hecho, tanto en la música como en general en el reino de las artes, es tanto más fácil crear contrastes estridentes, oposiciones brutales. Pero esas cosas no son más que baratijas, nada más."

Elfriede Jelinek



"(...) Tengo la sensación de que usted desprecia su cuerpo, que sólo da paso al arte, señora profesora. Dice Klemmer. Sólo le permite satisfacer sus necesidades primordiales, pero no basta sólo con comer y dormir. Señorita Kohut, usted piensa que su exterior es su enemigo y que sólo la música es su amiga. Sí, mírese en el espejo, ahí puede verse: jamás tendrá un mejor amigo que usted misma."



Elfriede Jelinek


"Todo hombre desea poseer a todas las mujeres del mundo, pero la mujer sólo quiere al hombre que ama y al que le es fiel."



Elfriede Jelinek


"(...) Todo propietario aprende ya desde un comienzo y con sufrimientos: la confianza es buena, pero ha de haber control."



Elfriede Jelinek


"Si alguien tiene un destino, entonces es un hombre. Si a alguien se le impone un destino, entonces es una mujer."



Elfriede Jelinek

"Un escritor nunca debe comprometerse con los poderosos, con los gobernantes. Debe criticarles. Ese es su deber."



Elfriede Jelinek