"Creo que la escritura es una herramienta eficaz para que los recuerdos persistan, para que las personas se queden ahí. Siempre se ha dicho que somos un país desmemoriado, que tenemos tendencia a pasar por alto, no sólo momentos de felicidad, sino traumas. La literatura es un vehículo útil, necesario, para que la memoria persista."

 Eduardo Sánchez Rugeles


"Cuando me siento solo, mortificado, enguayabado, me gusta tener el cuaderno a la mano para explorar esa tristeza. Yo nunca he ido al psicólogo. No tengo esa vocación de exponer mis problemas ante otros, pero sí creo que la escritura ayuda a revisar sentimientos oscuros."

 Eduardo Sánchez Rugeles



"El exilio está ensamblado sobre la base de un mito: el resto del mundo es un lugar mejor."

 Eduardo Sánchez Rugeles



"Escribir te permite pasearte por distintas posibilidades de vida. Puedes ser una adolescente de 18 años con un plan irracional, ir a Rumania con un amigo con el que tienes una relación un poco tensa por una mujer, un tipo mortificado, con una psique anegada, melancólico, romántico. Es algo muy sabroso como creador pasearte por esas posibilidades de ser. Y como lector también. Me gusta mucho la novela narrada en primera persona, porque me hace establecer esa simpatía con lo subjetivo. La literatura ayuda a constituir una idea de democracia porque te permite ponerte en el lugar del otro, entender al otro, saber cómo piensa, si estás de acuerdo, a favor, o en contra."

 Eduardo Sánchez Rugeles



"La literatura ayuda a constituir una idea de democracia, porque te permite ponerte en el lugar del otro."

 Eduardo Sánchez Rugeles



Las aguas del Liublianica traían los sonidos de mi casa. Pensé, aturdido por el dolor del pecho, que el desarraigo no era más que una falsa mudanza. Quizás -me dije- aquello que llamamos hogar solo sea una invención de la memoria."

 Eduardo Sánchez Rugeles



"Las noticias eran una invención, una farsa, una burla de Dios; porque yo pensaba que Martín Velásquez era inmortal, que las balas eran objetos extraños e inofensivos, que la muerte violenta era un patrimonio de los otros."

 Eduardo Sánchez Rugeles



"Me fui de Venezuela con la convicción de que hacía lo correcto. Tardé mucho tiempo en darme cuenta de que Caracas, como un cáncer inoperable, estaba enredada en lo más profundo de mi memoria. Mi Caracas, lo sé, es una geografía fragmentaria, incompleta, tendenciosa. Mi centro se ubica al final de la avenida Teresa de la Parra, no tiene plaza ni parlamento. Me costó entender que la tragedia del exilio la escriben las cosas invisibles, los pequeños detalles que pasan desapercibidos. No todo el mundo se da cuenta de que lo que duele, lo que se echa de menos, es la belleza espontánea de lo insignificante."

 Eduardo Sánchez Rugeles



"Me gusta pensar que los recuerdos no mueren con la carne, que todo aquello que hacemos, que todo a lo que atribuimos un valor se queda escrito con tinta indeleble en la memoria del mundo, que los hombres inventaron el concepto de justicia para tener presente la fragilidad del bien, la indolencia del equilibrio y para tratar de corregir los errores de Dios."

 Eduardo Sánchez Rugeles



"Mucha gente me dice que al leerme se imaginan que vengo de una familia disfuncional y que tengo grandes problemas psicológicos; y probablemente sí los tenga, pero no tengo una familia disfuncional para nada."

 Eduardo Sánchez Rugeles





"No sé qué extraño pero extraño, no sé qué echo de menos pero echo de menos."

 Eduardo Sánchez Rugeles



"Soy un lector de temporadas: temporada de novela negra, temporada de novela histórica, etapa postmoderna, etapa de clásicos. Procuro que ese mestizaje se refleje en mi escritura."

 Eduardo Sánchez Rugeles



"Tras el deslave, cambió el curso del Inírida. El mundo se detuvo, comenzó a girar en sentido contrario. La solidaridad de los hombres suele ser tan efímera como la intensidad de un sismo. Pasado el trauma, sepultados los cuerpos en el mar, construidas las trochas de cemento, militarizada Tanaguarena y abierto el acceso al aeropuerto, La Guaira pasó a ser patrimonio del olvido. Los muñecos de lodo solo permanecieron en el recuerdo de sus familiares cercanos."

 Eduardo Sánchez Rugeles