"(...) Dejó caer la pregunta como si no le diera importancia; yo conocía a timadores que hacían lo mismo, lanzaban un chelín auténtico entre una pila de falsos para que todas las monedas pareciesen buenas."

Sarah Waters


"El Hall había perdido su ritmo rutinario, y había un consuelo -yo lo había advertido en otros hogares en duelo- en las pequeñas tareas domésticas, realizadas a conciencia."

Sarah Waters


"Él le subió la falda y le pasó la mano por la parte desnuda de la pierna, debajo de la nalga. Ella pensó que su vestido de crespón se estaría arrugando, que se le estaría enganchando las primorosas medias zurcidas por las hadas, pero ahuyentó el pensamiento. Al volver la cabeza, las campanillas se le cayeron del pelo y se le aplastaron, pero a ella no le importó. Percibió el olor a polvo, el olor repulsivo de la moqueta del hotel; se imaginó a todos los hombres y mujeres que quizá se hubieran abrazado encima o que acaso estaban tendidos así ahora, en otras habitaciones, en otras casas..., unos desconocidos para ellos...La idea, de pronto, le pareció encantadora. Reggie se abatió sobre su cuerpo, como tenía que ser, y ella dejó que sus miembros se ablandaran, cediendo al peso del otro cuerpo, pero siguió moviendo las caderas. Se olvidó de su padre, de su hermano, de la guerra; se sintió expulsada fuera de sí misma, liberada."

Sarah Waters



"El mundo lo llama placer. Mi tío lo colecciona -lo mantiene limpio y ordenado, en estantes protegidos, pero lo conserva de un modo extraño no para su propio deleite, no, eso nunca; más bien, porque proporciona combustible para la satisfacción de una curiosa lujuria. Me refiero a la concupiscencia del bibliotecario."

Sarah Waters


"El puente es más alto de lo que me imaginaba. ¡Nunca he estado en un lugar tan alto! Pensarlo me aturde. Toco mi calzado roto. ¿Puede una mujer curarse un pie en un puente público? No lo sé. El tráfico fluye rápido y continuo, como agua rugiente."

Sarah Waters



"Era como si algo se hubiese interpuesto entra las dos, sin que yo lo supiera: una especie de hilo. Me atraía hacia ella, dondequiera que estuviese. Era como...Es como si la amases, pensé."

Sarah Waters


"Era la cosa más horripilante que he visto en mi vida -dijo Rod, al describírmela con la voz temblorosa, y al recordarlo se enjugaba el sudor que le había rebrotado en los labios y la frente-. Y lo más espeluznante era que el espejo fuese un objeto tan corriente. Si..., no sé, pero si de repente hubiera aparecido alguna fiera en la habitación, un fantasma o una aparición, creo que habría soportado mejor el sobresalto. Pero aquello...Era odioso, era impropio. Era como si todas las cosas de la vida cotidiana pudiesen empezar a moverse de aquel modo en cualquier momento y...Te acosaran."

Sarah Waters



"Es lo que sé de la crueldad de la paciencia. No hay paciencia más terrible que la paciencia de las trastornadas. He visto a dementes afanarse en tareas interminables: trasvasar arena de una taza perforada a otra, contar las puntadas de un vestido raído o las motas en un rayo de sol, rellenar con las sumas resultantes libros invisibles de contabilidad."

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"¿Eso es el sentido de esta guerra? -preguntó Julia. -¿Tú cuál crees que es? Creo que es nuestro amor a la barbarie, más que nuestro amor a la belleza. Creo que el espíritu que se le infundió al edificio de St. Paul ha demostrado ser flaco: es como pan de oro y ahora se está levantando, se descascarilla. Si no nos pudo librar de la última guerra y no ha podido librarnos de esta..., de Hitler y el nazismo, del odio a los judíos, del bombardeo de mujeres y niños en capitales y ciudades... ¿De qué sirve? Si tenemos que combatir con tanto ahínco para conservarlo, ¡Si unos ancianos tienen que patrullar por los tejados de las iglesias para barrer de ellas las bombas incendiarias con unos cepillos! , ¿Qué valor tiene? ¿Qué lugar ocupa en el centro del corazón humano?"

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"Estar enamorada no es como tener un canario en una jaula -dijo-. Cuando pierdes a tu novia no sales a buscar otra que la sustituya."

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"Estas cartas muestran su pasado. Giré las dos primeras. Eran la reina de corazones, seguida del tres de picas. Las recuerdo porque en el momento que ella había estado con los ojos cerrados, yo, naturalmente, había manipulado la baraja, como cualquiera habría hecho de haber estado en mi lugar. Las examiné y dije: -Hummm...Son cartas tristes. Mire, aquí hay una mujer guapa, y aquí hay una separación y el comienzo de conflictos. Me clavó la mirada y se llevó la mano a la garganta."

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"Estoy pensando en las heridas de Rod. Me parece que se está castigando. Está claro que se siente culpable (... ). Quizá esté intentando hacerse daño, casi de un modo inconsciente. Por otro lado, quizá nos esté pidiendo ayuda. Conoce mis aptitudes como médico. Podría ser que se esté lastimando justamente con la esperanza de que yo intervenga y tome una decisión drástica..."

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"La cena era picadillo de cordero y pan con mantequilla; como podrán imaginar, con el hambre que tenía enseguida di buena cuenta del refrigerio. Mientras comía, se oyeron las lentas campanadas del reloj que yo había oído antes, dando las nueve y media."

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"La mala sangre circuló por mis venas, como un vino."

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"La noche anterior, el cuarto había sido tan irreal como un escenario: un espacio de luz y sombras, colores y aromas de un fulgor inverosímil, en el cual nos habían otorgado la licencia de no ser nosotras mismas, o de ser algo más que nosotras mismas, como los actores."

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"La rareza del artículo se mide por el deseo del corazón que lo busca."

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"La sala contigua estaba muy oscura. Los pocos muebles grandes se arracimaban como bultos, como las cestas con los ladrones dentro en Alí Baba. Pensé en lo triste que sería haber recorrido todo el trayecto desde el barrio hasta Briar para que me asesinasen unos ladrones. ¿Y si uno de ellos resultaba ser alguien conocido, uno de los sobrinos de Ibbs? Ocurren cosas así de raras."

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"Lo peor fue limpiar las arañas de cristal. La semana pasada, la señorita Caroline le hizo limpiar cada maldita lágrima. Disculpe mi lenguaje, doctor. Pero esas arañas habría que echarlas abajo."

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"Me alegro de que me llevaras -dije-. Creo que no he pasado una noche tan agradable desde..., no sé. - ¿No lo sabes? -No, porque la mitad de mi placer ha sido verte contenta."

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"Mi nombre, en aquel entonces, era Susan Trinder. La gente me llamaba Sue. Sé en qué año nací, pero durante muchos años no supe la fecha, y celebraba mi cumpleaños en Navidad. Creo que soy huérfana. Sé que mi madre ha muerto. Pero nunca la vi, no era nadie para mí."

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"Nunca corría riesgos: por eso le iban tan bien las cosas. Todo lo que entraba en nuestra cocina con una apariencia era transformado en algo completamente distinto. Y aunque entraba por la fachada -por la tienda, en Lant Street-, también salía por otro sitio. Salía por la parte trasera."

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"Pensábamos en secretos. Auténticos secretos, e insidiosos. Tantos que eran incontables. Cuando ahora trato de dilucidar quién sabía qué y quién no sabía nada, quién lo sabía todo y quién era un farsante, tengo que parar y desistir, porque la cabeza me da vueltas."

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"Pero ella, por supuesto, me veía tumbada en la cama; y como dirá cualquiera que haya estado enamorado, es en la cama donde uno sueña; en la cama, a oscuras, cuando nadie ve que se te ponen coloradas las mejillas, aflojas el manto de represión que mantiene tu pasión atenuada a lo largo del día, y la dejas brillar un poco."

Sarah Waters




"Produce un horror especial la apariencia de un ahorcado, y el cuerpo de la señora Ayres tenía un aspecto atroz, abotargado y oscuro. Era evidente que llevaba muerta algún tiempo -su cuerpo ya estaba frío- y sin embargo, según testimonio de Betty cuando aquel día hablé con ella más tarde, Caroline se inclinó para zarandearla y reprenderla, hablando no con suavidad o tristeza, sino diciéndole, casi como en broma, que debía despertar, recomponerse."

Sarah Waters


"Todos los actores se visten en sintonía con su escenario."

Sarah Waters


"Una noche oscura, una noche de perros, llena de una niebla que era más o menos lluvia, y una lluvia que era más o menos nieve. Las noches oscuras son buenas para ladrones y peristas; las noches oscuras de invierno son las mejores de todas, porque la gente normal se queda en su casa, y todos los ricachones se quedan en el campo, y las grandes mansiones de Londres permanecen cerradas y vacías y suplicando que las desvalijen."

Sarah Waters


"(...) Yo sabía algo de esa clase de amor. Sabía lo que era desnudar tu corazón palpitante y temer, cuando lo hacías, que los latidos se oyeran demasiado y te delatasen."

Sarah Waters