"¡A mí me dan asco estas cosas! ¿Entiendes? ¡Este trasto es un horror que no debería existir! No debería haber armas de fuego. ¡Ninguna! Que todavía se sigan fabricando y todo tipo de gente las tenga guardadas en sus armarios y en los cajones de sus escritorios, o salga con ellas a la calle, es una prueba de que el orden social en su conjunto está pervertido y trastornado."

Maj Sjowall


"Al hecho de que beban los de la clase alta, se le llama "cultura"; los ciudadanos de las otras clases, que tienen necesidades similares, son calificados inmediatamente de alcohólicos, o como casos que necesitan cuidado y protección. De donde se deduce que no reciben ni cuidado ni protección."

Maj Sjöwall


"En el mundo actual, la más peligrosa es la criminalidad oculta, la que da origen al dinero negro, por ejemplo."

Maj Sjöwall


"Era un tacaño patológico..."

Maj Sjowall



"¿Especial? Claro que había algo especial. (...) No había nadie que supiera zafarse del trabajo tan bien como él."

Maj Sjowall



"Había empezado a sospechar que necesitaría mucho más que salarios más altos y condiciones agradables de trabajo, antes de que tuviera sentido participar en el sistema industrial - capitalista."

Maj Sjowall



"Hay cabrones que se forran fabricando y vendiendo armas, lo mismo que otros se forran produciendo droga y pastillas, que son un peligro para la vida."

Maj Sjowall



"Hay un odio latente contra la policía extendido por todas las clases sociales...Y basta un leve impulso para que se desencadene."

Maj Sjowall


"La escena resultaba irreal y tan estática como un cuadro de la cámara de los horrores de Madame Tussaud. Parecía petrificada como una fotografía sobrexpuesta, bañada en una fluida luz blanca. Fue registrando cada uno de los macabros detalles."

Maj Sjowall



"La experiencia le había enseñado que ayudar a la gente suele tener buenas consecuencias."

Maj Sjowall





"La oscuridad caía cuando se encendían las luces de las calles."

Maj Sjowall



"La sociedad de consumo y sus agobiados ciudadanos tenían otras cosas en las que pensar. Aunque todavía faltaba más de un mes hasta Navidad, la orgía publicitaria había comenzado ya y la histeria consumista se extendía rauda e inexorable como la peste negra por las calles comerciales engalanadas. La epidemia resultaba irresistible y no había lugar alguno al que huir. Invadía casas y pisos, envenenando y sometiendo todo a su paso. Los niños lloraban de hartazgo y los padres de familia estaban ya endeudados hasta el verano siguiente. Venía a ser una especie de tocomocho legal que alcanzaba en estos momentos su pleno apogeo.
(...)
El hombre se retiró y Martin Beck pasó por encima del acordonamiento. Advirtió que se había realizado otro acordonamiento parecido en dirección Torsplan, un poco más arriba. En la zona acotada pululaban los coches blanquinegros de la policía y figuras irreconocibles en chubasqueros relucientes. La tierra en torno al autobús rojo de dos pisos se hallaba descompuesta y resbaladiza.
En el autobús había luz y los faros estaban encendidos, pero la fuerte lluvia impedía que la luz se proyectase demasiado lejos. Detrás del vehículo se había estacionado el autobús de guardia del Laboratorio Nacional de Investigaciones Forenses, con el radiador mirando hacia Karlbergsvägen, También estaba el coche del médico forense. Tras la verja golpeada, varios operarios instalaban reflectores. Todos estos detalles ponían de manifiesto que acababa de ocurrir algo muy por encima de lo común.
Martin Beck levantó la vista a los desangelados bloques de pisos situados al otro lado de la calle. En muchas de las ventanas iluminadas se perfilaban siluetas, y al otro lado de los cristales, golpeados por la lluvia, aparecían rostros apretados, como borrosas manchas blancas. Una mujer con las piernas desnudas, tras colocarse sus botas altas y el chubasquero directamente sobre el camisón, salió de un portal situado casi en frente del autobús. Tuvo tiempo de cruzar media calle antes de ser interceptada por un policía que la agarró del brazo y la condujo de vuelta al portal. El policía daba grandes zancadas y ella seguía su paso a trompicones, al tiempo que el camisón blanco, mojado, se le enredaba entre las piernas."

Maj Sjowall
El policía que ríe



"Las cavilaciones son la madre de la ineficacia."

Maj Sjowall



"Lo que sí sé es que no parecía muy contenta. Si estaba enamorada de alguien, debería haberse mostrado feliz, pero no, se encontraba más bien triste y nerviosa."

Maj Sjowall


"No sabemos quién es, no tenemos ni lugar del crimen ni sospechoso. No hemos encontrado ni una sola pista que pudiera tener alguna relación razonable con ella."

Maj Sjowall


"(...) Palabras como detestable, horror o crueldad pertenecen a los periódicos, no al mundo de tus pensamientos. Los asesinos son gente completamente normal, sólo que más infelices e inadaptados."

Maj Sjowall
Roseanna


"Quería que creciera en un medio cálido, seguro y humano, donde la carrera de ratas por el poder, el dinero y la categoría social no convirtieran a todo el mundo en enemigo, y donde las palabras "comprar" y "propiedad" no fueran consideradas sinónimo de felicidad."

Maj Sjowall


"Recuerda que posees tres de las principales virtudes de un policía -pensó para sí mismo-. Eres tozudo y lógico. Y muy sereno."

Maj Sjowall


"Se quedó dormido en el tren y se despertó cuando se detuvo en la estación central de Estocolmo, pero no se espabiló del todo hasta que se acostó en su propia cama."

Maj Sjowall



"Simplemente, era imposible evitar los accidentes."

Maj Sjowall


"Sintió el afán de ser rígido y formalista, un deseo tan intenso que tuvo que emplear todas sus fuerzas para reprimirlo."

Maj Sjowall



"Supongo que resulta fácil sobrestimar las cosas cuando se lleva mucho tiempo trabajando como un perro sin resultado."

Maj Sjowall



"(...) Todos evitan cuidadosamente hablar, o de lo que, cuando sale al candelera, se intenta ocultar por medio de falsas estadísticas diversamente manipuladas."

Maj Sjowall




"(...) Una ruina humana, desarraigada, errante y cuya condición de excluida social resultaba tan evidente como agravante el contenido de su bolso."

Maj Sjowall