"A partir de este momento, o encontramos nuestras almas o las perdemos."

Michael Ondaatje


"¿Acaso no perdonamos todo a un amante? Perdonamos el egoísmo, el deseo, el engaño, siempre y cuando seamos la causa de ello."

Michael Ondaatje


"Aquella noche me enamoré de una voz. Sólo una voz. No quería oír nada más."

Michael Ondaatje



"Así son las palabras. Tienen poder."

Michael Ondaatje


"Bésame. De tu boca es de lo que estoy más puramente enamorada."

Michael Ondaatje





"Como siempre, los libros eran seres místicos para él."

Michael Ondaatje


"Crees que estoy enfadado contigo, ¿Verdad? , porque te has enamorado. ¿No? Un tío celoso de su sobrina. Me da terror tu situación. Quiero matar al inglés, porque eso es lo único que puede salvarte, sacarte de aquí. Y está empezando a caerme bien. Deserta de tu puesto. ¿Cómo va a poder amarte Kip, si no eres lo bastante lista para hacer que deje de arriesgar la vida?"

Michael Ondaatje



"Creo que es importante que el lector participe y ponga de su parte, que se involucre en el trabajo del escritor. Hay que establecer una conexión que permita que se reconozcan en los ecos y las rimas."

Michael Ondaatje


"Cuando jóvenes, no nos miramos en los espejos. Lo hacemos cuando somos viejos y nos preocupa nuestro nombre, nuestra leyenda, lo que nuestras vidas significarán en el futuro. Nos envanecemos con nuestro nombre, con el derecho a afirmar que nuestros ojos fueron los primeros en ver determinado panorama. Al envejecer es cuando Narciso desea una imagen esculpida de sí mismo.
(...)
Sólo al deseo se debía que la historia errara, vacilase como la aguja sin brújula...Una mente viajando por el Este y el Oeste disfrazada de tormenta de arena.
(...)
Una historia de amor no versa sobre aquellos cuyos corazones se extravían, sino sobre quienes tropiezan con ese hosco personaje interior y comprenden que el cuerpo no puede engañar a nadie ni a nada: ni la sabiduría del sueño ni el hábito de la cortesía. Es un consumirse de uno mismo y del pasado.
(...)
Amor mío te sigo esperando. Cuánto dura un día en la oscuridad...¿Una semana? El fuego se ha apagado y empiezo a sentir un frío espantoso. Debería arrastrarme al exterior pero entonces me abrasaría el sol. Temo malgastar la luz mirando las pinturas y escribiendo estas palabras. Morimos, morimos, morimos ricos en amantes y tribus y sabores que degustamos en cuerpos en que nos sumergimos como si nadáramos en un río. Miedos en los que nos escondimos como esta triste gruta. Quiero todas esas marcas en mi cuerpo. Nosotros somos los países auténticos, no las fronteras marcadas en los mapas con los nombres de hombres poderosos. Sé que vendrás y me llevarás al palacio de los vientos. Solo eso he deseado, recorrer un lugar como ese contigo. Con nuestros amigos, una tierra sin mapas. La lámpara se ha apagado y estoy escribiendo a oscuras"."

Michael Ondaatje
El paciente inglés



"Cuando la había vuelto a ver después de todo ese tiempo, tenía expresión tensa y recursos físicos apenas suficientes para afrontar la situación con eficacia. Su cuerpo había pasado por una guerra y, como en el amor, había usado todo su ser."

Michael Ondaatje





"Cuando me dejes, olvídame."

Michael Ondaatje



"Cuando somos jóvenes no nos miramos en los espejos. Lo hacemos cuando somos viejos y nos preocupa nuestro nombre, nuestra leyenda, lo que nuestras vidas significarán en el futuro."

Michael Ondaatje


"El paciente paseó la mirada por la larga cama, en cuyo extremo se encontraba Hana. Después de haberlo bañado, la muchacha rompió la punta de una ampolla y se volvió hacia él con la morfina. Una efigie, una cama. El inglés bogaba en el barco de morfina. Ésta corría por sus venas e implosionaba el tiempo y la geografía del mismo modo que un mapa comprime el mundo en una hoja de papel de dos dimensiones."

Michael Ondaatje


"(...) El tablero de juego son 300 páginas. Te sientas con los personajes hasta que llega algo; visualizas. Pienso que las imágenes son importantes te colocas en una silla y piensas."

Michael Ondaatje



"Ellos vivían bien; una intensa vida social en la que yo participaba de vez en cuando: cenas, recepciones, actos que normalmente no me habrían interesado, pero a los que ahora asistía porque ella estaba presente. Soy un hombre que ayuna hasta que ve lo que desea."

Michael Ondaatje


"En el aire hay siempre millones de toneladas de polvo, como también hay millones de metros cúbicos de aire en la Tierra y más seres vivos dentro del suelo (gusanos, escarabajos, criaturas subterráneas) que pastando y viviendo sobre él. Herodoto registra la muerte de diversos ejércitos envueltos en el simoom, a los que no se volvió a ver. Una nación "se enfureció tanto con ese perverso viento, que le declaró la guerra y avanzó en perfecto orden de batalla para resultar rápida y completamente sepultada"."

Michael Ondaatje


"En la guerra hay traiciones que, comparadas con nuestras traiciones humanas en época de paz, resultan infantiles."

Michael Ondaatje



"En la mayor parte de mis libros los personajes se encuentran en situaciones extremas y lo que hacen es tratar de encontrar la salida a la crisis. Eso es lo que les da profundidad psicológica, como se la da también el hecho de que yo haya estado conviviendo con ellos durante cinco años."

Michael Ondaatje


"Estoy convencido de que, cuando conocemos a las personas de las que nos enamoramos, hay un aspecto de nuestro espíritu que hace de historiador, un poquito pedante, que imagina o recuerda una ocasión en que el otro pasó por delante con total inocencia.... Pero todas las partes del cuerpo deben estar preparadas para el otro, todos los átomos deben saltar en una dirección para que se produzca el deseo."

Michael Ondaatje



"Fue la época de su vida en que se volcó en los libros como única vía de salvación."

Michael Ondaatje




"He hecho un viaje muy extraño para encontrarte."

Michael Ondaatje


"Hoy día la literatura se ha quedado algo anticuada. El arte y la música contemporáneos son extraordinarios. Ahí se han desarrollado estructuras nuevas, otras líneas narrativas, otras formas de contar."

Michael Ondaatje



"Invernio forcejeó para situarse encima del animal y le gruñó al oído. Luego empezó a besar al perro, que respondió como una mujer enamorada pero que no quiere que la besen. Rodaron entrelazados varias veces. Sólo tardamos un segundo en reconocer el afecto mutuo. Estaba claro que se adoraban. Se enseñaron mutuamente los dientes. Rieron y ladraron. Invernio le sopló al perro en la nariz. Todos los perros en las jaulas habían dejado de ladrar, mirando envidiosos cómo aquellos dos se enzarzaban entre el polvo.

Los paseos nocturnos del preso se reanudaron. No lo habíamos visto desde la noche antes de atracar en Adén hasta que dejamos la ciudad. Debió de haber alguna razón para no sacarlo de la celda. Ahora, mientras nos dirigíamos hacia el norte por el Mar Rojo, vimos que le habían añadido una cadena más, que unía el collar metálico del cuello a una abrazadera atornillada a la cubierta a unos doce metros de distancia. Lo vimos caminar arriba y abajo arrastrando los pies. En paseos anteriores se había movido con gran agilidad, pero ahora parecía dubitativo y cauto. Quizás sentía la presencia de un mundo diferente, porque se distinguían las orillas del desierto a ambos lados del buque: Arabia a nuestra derecha y Egipto a la izquierda.
Emily me había susurrado que el apellido del preso era Niemeyer, o algo parecido. Sonaba demasiado europeo, porque era claramente asiático. Parecía una mezcla de ceilandés y de alguna otra cosa. Le oímos cuando hablaba con uno de sus guardianes. Su voz era grave, tranquila, y las frases le salían despacio de la boca. A Ramadhin le pareció una voz capaz de hipnotizarte si te quedabas a solas en una habitación con él. Mi amigo imaginaba toda clase de peligros."

Michael Ondaatje
El viaje de Mina



"La literatura se ha vuelto muy conservadora, sigue una estructura narrativa como de guion televisivo. Todo esto impregna de pereza a escritores y lectores."

Michael Ondaatje


"La mitad de los días no soporto no poder tocarte. El resto del tiempo tengo la sensación de que no me importaría no volver a verte. No es cosa de moralidad sino de capacidad de resistencia."

Michael Ondaatje


"La poesía permite más intimidad y capacidad de sugerencia. Me esfuerzo por llevar esas cualidades a la prosa."

Michael Ondaatje


"La vida de ella con otros ya no le interesaba. Sólo quería su majestuosa belleza, el teatro de sus expresiones. Quería la diminuta y secreta imagen que había entre ellos, la profundidad de campo mínima, su intimidad de extraños, como dos páginas de un libro cerrado."

Michael Ondaatje


"Las tormentas de polvo revisten tres formas: el remolino, la columna y la cortina. En el primero desaparece el horizonte. En la segunda te ves rodeado de "djinns danzantes". La tercera, la cortina, "aparece teñida de cobre": la naturaleza parece arder."

Michael Ondaatje




"Los conversadores seducen, las palabras nos arrinconan."

Michael Ondaatje


"Me gusta mucho la música. Si hubiera podido elegir mi carrera ideal, habría sido pianista de jazz como Fats Waller. De manera que la música es un acicate en mis libros. Todas sus tonalidades. Sus estructuras."

Michael Ondaatje


"Miraré a la luna, pero te veré a ti."

Michael Ondaatje


"Morimos con un rico bagaje de amantes y tribus, sabores que hemos gustado, cuerpos en los que nos hemos zambullido y que hemos recorrido a nado, como si fueran ríos de sabiduría, personajes a los que hemos trepado como si fuesen árboles, miedos en los que nos hemos ocultado, como en cuevas."

Michael Ondaatje


"No escribo con símbolos, ni con metáforas. Eso llega después, crecen de una forma natural a partir de la historia."

Michael Ondaatje


"Nos vemos en el reloj de luna. Lugar en el que los débiles pueden codearse con los ricos."

Michael Ondaatje


"Permanece en nosotros una presencia de los demás, aunque los hayamos conocido durante un breve espacio de tiempo. Les llevamos dentro el resto de nuestras vidas sean cuales sean la fronteras que crucemos."

Michael Ondaatje


"Siempre había querido palabras, le encantaban, se había criado con ellas. Las palabras le daban claridad, le aportaban razón y forma. En cambio, yo pensaba que las palabras deformaban los sentimientos, como ocurre con los bastones, al introducirlos en el agua."

Michael Ondaatje


"Que Dios te conceda la seguridad por compañía."

Michael Ondaatje


"¿Qué había sido nuestra relación? ¿Una traición a quienes nos rodeaban o del deseo de otra vida?"

Michael Ondaatje




"Si los mares se alejan, ¿Por qué no habrían de hacerlo los amantes?"

Michael Ondaatje


"Si te ofreciera mi vida, la rechazarías, ¿Verdad?"

Michael Ondaatje




"Si te tomas el veneno de otro, por creer que compartiéndolo puedes curarlo, lo único que conseguirás es almacenarlo dentro de ti."

Michael Ondaatje


"Soy un hombre que ayuna hasta que ve lo que desea."

Michael Ondaatje


"Te prometí contarte cómo se enamora uno."

Michael Ondaatje



"Tienes que protegerte de la tristeza. La tristeza está muy próxima al odio."

Michael Ondaatje


"Una historia de amor no versa sobre aquellos cuyos corazones se extravían, sino sobre quienes tropiezan con ese hosco personaje interior y comprenden que el cuerpo no puede engañar a nadie ni nada: ni la sabiduría del sueño ni el hábito de la cortesía. Es un consumirse de un mismo y del pasado."

Michael Ondaatje


"Vine a Francia a los treinta y cuatro años para investigar sobre la vida y la obra de Lucien Segura. Viajé en avión hasta Orly, mi amiga Branka me recogió con su coche en el aeropuerto y atravesamos los alrededores —en donde ya caía la noche— dejando atrás las pequeñas poblaciones que eran como guiños de luz mientras nos dirigíamos hacia el sur. Llevábamos más de un año sin vernos, y nos pusimos al día, charlando sin parar. Branka había preparado una cesta con fruta, pan y queso y nos lo comimos casi todo, además de beber vino tinto de un vaso que llenábamos una y otra vez y que compartíamos.
Llegamos a Toulouse hacia medianoche. No había nada abierto, y aún nos quedaba otra hora más para llegar a Dému. Branka propuso que nos desviásemos a Barran, un pueblo donde su empresa de arquitectura participaba en la restauración del campanario de una iglesia antigua, y cuarenta minutos después recorríamos las estrechas calles de aquella población. Estacionamos el coche junto al cementerio.
Por supuesto Branka llevaba una lámpara de arco en el maletero del coche, y procedió a enfocarla hacia la extraña torre que se alzaba en la oscuridad como una lanza, o un rodrigón gigante, aunque me recordó sobre todo la desgarbada torre del agua a la que solíamos trepar de pequeñas. Pero aquello era más extraño. Construido en el siglo XIII, el campanario había sido diseñado como un muelle o un tornillo. Tenía una de esas formas inesperadas, helicoidales —la superficie como una hélice—, de manera que a medida que se curvaba hacia arriba reflejaba todos los puntos cardinales del paisaje. Dimos la vuelta a la iglesia en la oscuridad. ¿Quién había concebido y edificado aquello? Branka aseguró que, según los primeros cronistas, los constructores se habían inspirado en la concha de un caracol. Otros afirmaban que los carpinteros habían usado madera demasiado verde, de manera que a la larga se había alabeado, o que un viento muy fuerte había creado la torsión. Mi amiga no daba ningún crédito ni a la teoría de la madera verde ni a la de los vientos huracanados. Para ella el campanario era un ejemplo de arte visionario, y su altura, de cincuenta metros, lo hacía semejante a «un fuego en el cielo». Añadió que se había producido allí una pelea durante la reciente restauración y que un hombre casi había perdido la vida.
Volvimos al coche y nos dirigimos a Dému.
Siempre me ha gustado viajar de noche, con un acompañante, los dos analizando y compartiendo el conocido y familiar comportamiento de la otra persona. Es como una villanela, esta inclinación a volver sobre sucesos de nuestro pasado, de la manera en que la estructura de la villanela se niega a seguir un desarrollo lineal, dando vueltas alrededor de esos familiares momentos de emoción. «Sólo cuentan las relecturas», dijo en su momento Nabokov. De manera que la extraña forma de aquel campanario, girando sobre sí mismo una y otra vez, me resultó familiar. Porque vivimos con esas recuperaciones de la infancia que se fusionan y se repiten como un eco a lo largo de nuestra vida, a la manera en que los fragmentos de cristal de un caleidoscopio reaparecen con formas nuevas y son semejantes a canciones en sus estribillos y rimas, conformando así un único monólogo. Vivimos permanentemente en la repetición de nuestras propias historias, contemos lo que contemos.
No había un solo farol encendido en los pueblos que atravesábamos, sólo nuestros faros que barrían, al tomar las curvas, las estrechas calzadas. Estábamos solas en el mundo, en un país invisible y sin nombre. Me encantan esos viajes nocturnos. Llevas la mayor parte de la vida colgada a la espalda. En la radio la música suena débil e intermitente. Al final te quedas sin palabras. La mano de la amiga en la rodilla para asegurarse de que no te vas a la deriva. La negrura de los setos te obliga a volver.  
Siempre que oigo truenos pienso en Claire. La imagino satisfecha en su soledad, aunque, por lo que se me alcanza, podría estar cómodamente casada. Hay un poema de Henry Vaughan que describe la manera en que «el interés se mueve disfrazado». No sé si es eso lo que hago yo, desde tanta distancia, al imaginarme la vida de mi hermana y el futuro de Coop. Soy una persona que descubre subtextos archivísticos en la historia y en el arte, subtextos en los que la evolución en espiral de un puñado de desconocidos se enmaraña hasta crear una historia. En la mía, la persona por la que siempre empiezo es Claire.
La cojera de Claire, que la hacía parecer seria a quienes no la conocían bien, era consecuencia de la poliomielitis que tuvo de pequeña, y recuerdo a nuestro padre llevándola constantemente de una habitación a otra durante aquel período. La cojera siempre desembocaba en ardientes gestos de cortesía hacia ella. Hombres en un tranvía o en el transbordador de Larkspur se ponían en pie y le cedían el asiento. Pero Claire nunca sintió esa seriedad en sí misma. De hecho soy yo, Anna, a quien hay que identificar como la hermana seria, la que siempre insistía en que tomáramos un camino concreto. Claire era, desde muchos puntos de vista, la atrevida, y había un algo de desenfreno en ella. Los diarios sobre sus viajes —a caballo, por supuesto— incluían una diversidad de amigos que eran desconocidos para el resto de nosotros..."

Michael Ondaatje
Divisadero