"Al fin, pensó, aun el dolor más profundo se aplaca, la desesperación más intensa se desvanece. La maldición del verdugo: la víctima se acostumbra al látigo."

Richard Burton Matheson


"Allí estaba, sin futuro y sin presente, pero todavía se mantenía en la brecha."

Richard Burton Matheson




"Bueno, entonces, se ordenó a sí mismo, ahora te vas a la cama. No vas a perderte en veinte caminos distintos. No puedes continuar así. Eres una ruina emocional.

Lo primero: conseguir un microscopio. Lo primero, repitió mientras se desvestía, ignorando aquel nudo en el estómago, el deseo de sumergirse sin más en la investigación.

Casi se sentía enfermo, acostado allí en la oscuridad, y planeando un solo paso adelante. Sabía que debía ser así. Un primer paso, un primer paso, maldita sea, un primer paso.

Sonrió forzadamente en las sombras, consolándose con la idea de aquel trabajo definido.

Se permitió sin embargo, antes de dormir, un nuevo pensamiento. Las picaduras, los insectos, la transmisión de hombre a hombre… ¿bastaba eso para explicar la horrible rapidez de la plaga?

Se durmió con la pregunta en la mente. Y, a las tres de la mañana, despertó sintiendo que otra tormenta de arena sacudía la ciudad. Y de pronto, en una fracción de segundo, encontró la relación."

Richard Matheson
Soy Leyenda



"Cada recuerdo volvió a la vida ante mí y dentro de mí. No los pude evitar. Ni tampoco racionalizar o explicar. Solo los experimenté de nuevo con total comprensión, y esta vez la hipocresía no me sirvió de escudo. El autoengaño fue imposible. La verdad me fue expuesta bajo una luz cegadora. No como había pensado que fue. No como había esperado que fuera. Solo como fue, como había sido."

Richard Burton Matheson


"Cielo no sería el Cielo sin ti."

Richard Burton Matheson


"Como el médico le había dicho: "cuanto más enterrado está el estrés, más lo sufre el cuerpo". El sistema digestivo se llevó la peor parte."

Richard Burton Matheson


"¿Cómo protegían la casa? -Interrumpió Neville. -Oh -la joven pensó un momento-. Habíamos atrancado las ventanas, por supuesto. Y usábamos cruces. -No siempre da resultado -dijo Neville serenamente, después de mirarla un momento. (...) ¿No? - ¿Por qué un judío ha de temer la cruz? -Dijo Neville-. ¿Por qué un vampiro que ha sido judío ha de temerla? Casi todos temen convertirse en vampiros. La mayoría acusan ceguera histérica ante los espejos. Pero la cruz...Bueno, no creo que ni un judío, ni un hindú, ni un mahometano, ni un ateo temieran la cruz."

Richard Burton Matheson


"¿Cómo reaccionaría un vampiro mahometano ante la visión de una cruz? Se sorprendió al oír su propia risa: un ronco ladrido en la mañana silenciosa. Dios mío, pensó, hace tiempo que no me río. Ya lo había olvidado. Recordaba la tos de un perro enfermo. Bueno, eso es lo que soy ahora, al fin y al cabo: un perro muy enfermo."

Richard Burton Matheson


"Como un niño aterrado por la oscuridad, me quedé allí, rezando por que desapareciera el monstruo que se escondía en el armario, tiritando en la frontera entre dos tiempos."

Richard Burton Matheson


"Con la música llenaba el terrible vacío del tiempo..."

Richard Burton Matheson




"Cuando duermes, el mundo en el que discurre tu sueño es tan real como la vida para ti, ¿No es cierto?"

Richard Burton Matheson


"Doble corazón -pronunció Johnny, sobrecogido. Y agregó, cerrando el puño-: ¡Todo coincide! La gravedad de Marte equivale a dos quintos de la terrestre. Deben necesitar dos corazones para hacer circular la sangre, o lo que sea que le corra por las venas."

Richard Burton Matheson


"El pasado sólo traía el dolor del recuerdo."

Richard Burton Matheson


"El trauma no lo provoca la muerte, sino la vida. Uno puede morir sin saberlo. El nacimiento implica el trauma de la comprensión."

Richard Burton Matheson




"En ese momento sentía la desesperada necesidad de creer en un dios protector. Aunque, de un momento a otro, comenzaría a burlarse de sí mismo."

Richard Burton Matheson


"En todo este tiempo, pensó, he soñado con tener una compañera. Y ahora, lo primero que hago es desconfiar y la trato con impaciencia y crueldad. Y sin embargo, no estaba preparado para tener otro comportamiento. Había vivido demasiado solo durante este último tiempo."

Richard Burton Matheson


"Esta invasión tiene muchos puntos sin resolver. La célula marciana, por ley genética, provocará ciertas características marcianas en la criatura: doble corazón, oído muy fino, necesidad de sal (no sé por qué), y de frío. A su debido tiempo, y si el experimento resulta, pueden allanar esas dificultades y crear un niño con todas las características físicas de un terráqueo, pero con mente marciana. No lo sé, pero creo que el marciano es también telepático."

Richard Burton Matheson



"Gracias por impulsarme a hablar de mis problemas, sobre todo a medida que pasaban los años. Nuestra capacidad para comunicarnos hizo de nuestro matrimonio una experiencia mejor. Gracias por ayudarme a combinar mis ideas y mis sentimientos y comunicártelos como un todo. Gracias por no solo amarme, sino también por apreciarme, por ser, además de esposa y amante, amiga."

Richard Burton Matheson


"Gracias por la imaginación con la que aderezaste nuestra vida. Por ayudarme a apreciar cada vez más nuevas actividades e ideas. Por hacer de mis gustos algo más atrevido."

Richard Burton Matheson


"Gracias (...) Por recompensarme con tu encantadora presencia, por añadir la dulce mesura de tu alma a mi existencia."

Richard Burton Matheson


"Gracias por recordarme con actos, y no con palabras, el hacer en cada momento lo correcto. Por enseñarme, por ejemplo, que el sacrificio es un gesto positivo y gentil. Gracias por darme la oportunidad de madurar."

Richard Burton Matheson


"Gracias por tolerar mis fracasos. Por no machacar mi ego ni tampoco alentarlo para que se descontrolara. Por hacerme recordar que era un ser humano con responsabilidades. Gracias por rehacerme de una manera inconsciente. Por ayudarme a comprenderme a mí mismo mejor. Por ayudarme a conseguir cosas que nunca habría conseguido de estar solo."

Richard Burton Matheson


"Gracias por tu dependencia. Por estar siempre ahí cuando te necesitaba. Gracias por tu honestidad, tus valores, tu moral y tu compasión. Gracias incluso por los malos tiempos, porque con ellos aprendí a crecer."

Richard Burton Matheson



"Había estado a punto de decir que era imposible. Pero no era imposible, porque ahora que la palabra había sido pronunciada, cristalizó todos los secretos temores que ella experimentara desde el inicio de todo aquello, un mes antes."

Richard Burton Matheson


"La fantasía me había empujado a enamorarme de una fotografía y a viajar en el tiempo para reunirme con ella. La imaginación quizá incluso podría haber predicho mi encuentro con ella."

Richard Burton Matheson


" "La fuerza del vampiro reside en que nadie cree en él". Gracias, doctor Van Helsing, pensó Neville dejando a un lado su ejemplar de Drácula."

Richard Burton Matheson


"La inseguridad financiera siempre me había asustado, creo que por algo de nuestro pasado: la separación de papá y mamá, los años de la depresión."

Richard Burton Matheson


"Lo único que puedo esperar en el futuro es la desintegración. Seguiré así, día tras día, cada vez seré más pequeño... y estaré más solo. No hay nadie en el mundo que pueda comprenderme."

Richard Burton Matheson




"Los vampiros arrastrados por antiguos temores se repugnaban a sí mismas, corriendo un tupido velo en la mente. Se convertían, pues, en esclavos solitarios de la noche, almas perdidas y agobiadas, que buscaban descanso en la tierra nativa para sentirse unidos a algo, a cualquier cosa."

Richard Burton Matheson

"Me quedé mirando la puerta, esforzándome todo lo posible por encontrar la menor posibilidad de que mi relación con Elise saliera a flote. Pero fracasé. Su pasado y su estilo de vida se alzaban como una muralla entre los dos."

Richard Burton Matheson




"Mi vida no es más que un traspié en la oscuridad."


Richard Burton Matheson


"Mis fallos me asaltaron. Las cosas que había omitido o ignorado, las que había dejado a un lado. Lo que debería haber dado y no hice..."

Richard Burton Matheson




"Neville la miró sorprendido. ¿Horrible? Era curioso. No había pensado eso durante años. Para él la palabra "horrible" no tenía sentido. Un horror acumulado termina por ser una costumbre. Para Neville ión se reducía a simples hechos, nada más. No había adjetivos."

Richard Burton Matheson



"(...) No pudo contener la risa. Más tarde se dio cuenta de que sólo un mundo sin humor justificaba esa risa."

Richard Burton Matheson


"Podría morirme ahora, pensó, así, dulcemente, sin llantos ni temblores. Si pudiese estar con ella. Si tuviera la certeza de que estaré con ella."

Richard Burton Matheson


"¡Oh, dios, ya era un prisionero! Un monstruo, que la gente buena y decente encerraba en el sótano a fin de que el mundo no conociera el horrible secreto."

Richard Burton Matheson




"¿Qué condena sería más dura que la impuesta por cada uno cuando la autojustificación ya no es posible?"

Richard Burton Matheson



"Que este infierno sea nuestro cielo."

Richard Burton Matheson


"Quiero mirarte, quiero conocerte. Del mismo modo que quiero que tú me mires y me conozcas...Tal como soy, sin fantasías. No sé si piensas igual. Sé que me ves con la misma fascinación con que yo te miro a ti. Somos personas de verdad, Richard. Vivimos en el mundo real y debemos afrontar nuestras vidas tal como son si queremos compartirlas."

Richard Burton Matheson


"Realmente eres el único. Cuando desaparezcas, no quedará nadie como tú en nuestro mundo."

Richard Burton Matheson


"Recé para que Ann y los niños no lo oyeran. Los aterrorizaría. Le pedí a Dios que no los dejara escuchar aquel horrible ruido, que los protegiera de él.
El pensamiento que acudió a mi mente fue: «Chris, te mueres». Luché para tomar aire, pero los fluidos de mi tráquea evitaron que el aire pasara a su través. Me noté perezoso y lento, atrapado en una masa densa.
Había alguien al lado de la cama. Esa forma otra vez. «No luches contra ello, Chris», me decía. Aquellas palabras me enfurecían. Quienquiera que fuese, deseaba que muriera. Yo pugnaba contra ello. No quería marcharme. «¡Ann!», la llamé en mis pensamientos. «¡Sostenme! ¡No dejes que me vaya!»
Aun así, me deslicé. El cuerpo me dolía como mil demonios. Advertí mi debilidad. Luego hizo presa en mí una extraña sensación. Como si me hicieran cosquillas. Extraño, lo sé. Ridículo. Pero así fue. Cosquillas, por todas partes de mi cuerpo.
Otro cambio. No estaba en una cama, sino en una cuna. Sentía el balanceo adelante y atrás, adelante y atrás. Poco a poco, caí en la cuenta. No estaba en una cuna, seguía en la cama. Mi cuerpo era el que se movía. Pequeños ruiditos crujían en el interior de mi cuerpo. Los sonidos que escuchas cuando quitas un vendaje con cuidado. Menos dolor. El dolor iba desvaneciéndose.
Asustado, traté de recuperar el dolor. Volvió en segundos, y esta vez peor que nunca. Agonizando, me aferré a él. Me hacía sentir vivo. No quería marcharme. «¡Ann!» Mi mente gritó y suplicó. «¡Sostenme!»
No sirvió de nada. Sentí la vida escurrirse entre mis dedos, volví a escuchar los mismos sonidos, aunque mucho más altos; el rasgar de un ciento de hilos diminutos. Se me durmieron las piernas. Perdí el sentido del olfato y el del tacto. Los dedos y los pies se me entumecieron. Pugné por volver a sentir algo, pero fui incapaz. Una cosa fría reptaba por mi estómago, por mi pecho. Se paró en torno a mi corazón, que latía despacio, muy despacio, como el tambor de una marcha fúnebre.
De repente, supe lo que ocurría en la habitación de al lado. Vi una mujer de bastante edad yacer allí; hebras de cabello gris recorrían su almohada. Tenía la piel amarilla y sus manos se asemejaban a garras de pájaro. Cáncer de estómago. Alguien se sentaba a su lado, y le hablaba con suavidad. La hija. Decidí que no quería verlo.
De inmediato, abandoné la habitación y volví a la mía. El dolor casi había desaparecido. No pude recuperarlo a pesar de lo mucho que lo intenté. Escuché un zumbido; sí, un zumbido. Los hilos seguían rompiéndose. Sentí los extremos rotos de los hilos retorcerse.
Ese frío de antes se movió de nuevo. Se movió hasta situarse en mi cabeza. Todo lo demás lo notaba insensibilizado. ¡Por favor!, grité en busca de ayuda. Pero no dije nada: tenía la lengua paralizada. Mi ser mismo se retrotraía, se refugiaba en mi cabeza. Las membranas se contraían... No, espera. M-e-m-b-r-a-n-a-s. Sí. Hacia fuera y hacia el centro a la vez.
Empecé a moverme a través de una abertura de mi cabeza. Había un ruido similar a un ronroneo, un repique, algo que se deslizaba muy deprisa, como una corriente de agua a través de un curso muy estrecho. Me sentí alzarme. Era una burbuja que oscilaba de uno a otro lado. Creí ver un túnel sobre mí, oscuro y sin fin. Me giré y me quedé anonadado al ver mi cuerpo tirado en la cama. Vendado e inmóvil. Alimentado mediante tubos de plástico. Estaba conectado al cuerpo merced a un cordel que brillaba con luz plateada. El cordón, muy fino, salía de arriba de mi cabeza. «El cordel de plata --pensé--. Dios mío, el cordel de plata». Sabía que era lo que mantenía mi cuerpo con vida.
Me inundó el aborrecimiento cuando vi mis brazos y piernas sufrir espasmos. Casi no respiraba. Había una expresión agónica en mi cara. De nuevo, luché para descender y unirme a mi cuerpo.
«¡No, no me iré! --chillaba mi mente--. ¡Ann, ayúdame! ¡Por favor! ¡Tenemos que estar juntos!»
Me obligué a bajar y observar mi rostro. Los labios se habían vuelto púrpuras y el sudor perlaba mi piel. Contemplé las venas del cuello hincharse. Los músculos comenzaron a contraerse de forma espasmódica. Intenté con todas mis fuerzas volver al cuerpo.
«¡Ann! ¡Llámame a tu lado para que pueda seguir junto a ti!»
Ocurrió un milagro. La vida llenó mi cuerpo, un saludable color recorrió mi piel y una mirada de paz se acomodó en mi rostro. Le di gracias a Dios. Ann y los niños no me vieron de la misma forma que yo. Pensé que volvería a mi cuerpo.
Pero no fue así. Mi cuerpo fue envuelto por un saco de muchos colores, un saco tejido por el cordel de plata. Sentí una sensación de desvanecimiento, escuché un restallido (como si una enorme goma elástica se rompiera) y comencé a alzarme.
Entonces tuve un flashback. Sí, eso es. Un flashback; como en las películas, pero mucho más rápido. Has leído y escuchado la frase un millar de veces: «su vida entera pasó ante sus ojos». Robert, es verdad. Tan rápido que apenas pude seguirla... y hacia atrás. Los días antes del accidente, las vidas de los niños, mi matrimonio con Ann, mi carrera de escritor. La universidad, la Segunda Guerra Mundial, el instituto, la escuela, mi infancia. 1974--1927, hasta el último segundo de esos años. Cada movimiento, pensamiento, emoción, cada palabra hablada. Lo vi todo. Un borrón de imágenes fugaces."

Richard Matheson
Más allá de los sueños



"Respiró hondo. Bien, se dirigió a sí mismo, ¿Hay algo que se oponga a los gérmenes? Se alejó del bar como si dejara el problema allí. Fue a la cocina y se sentó mirando la cafetera humeante. Gérmenes. Bacterias. Virus, vampiros. ¿Por qué me niego? Pensó. ¿Es sólo una terquedad reaccionaria, o quizás es que la tarea excede mis límites? No sabría decirlo. Podría intentar un nuevo camino: el del compromiso. Una teoría no era necesariamente contraria a la otra. Las bacterias podían explicar la existencia de los vampiros. Y de pronto todo pareció aclararse."

Richard Burton Matheson


"Se estrecha el círculo. Un nuevo terror nacido de la muerte, una nueva superstición que invade la fortaleza del tiempo."

Richard Burton Matheson


"Si la gente se diera cuenta... Creen que el suicidio es una solución rápida, una forma sencilla de evadirse. Nada más lejos de la verdad. Solo cambia su forma. Nada puede destruir el espíritu. El suicidio solo deviene en una oscura continuación de las mismas condiciones que alentaron la huida. Una continuación en circunstancias mucho más dolorosas..."

Richard Burton Matheson



"Sí, seguía luchando para conseguir comida y agua, pero ¿no era eso inevitable si quería seguir viviendo? Lo que él quería saber era esto: ¿era una persona; era un individuo? ¿Tenía alguna importancia? ¿Acaso sobrevivir era suficiente? No lo sabía. Se durmió, acurrucado y tembloroso, ocupando el mismo espacio que una perla, y no pudo contestar a sus preguntas. (...) Aquella araña era inmortal. Era más que una araña; era todos los terrores desconocidos del mundo unidos en un horror provisto de fauces venenosas. Era cada ansiedad, cada inseguridad y cada miedo de su vida que habían adoptado una forma espeluznante y oscura."

Richard Matheson
El increíble hombre menguante



"Su mirada inexpresiva hacía estremecer a la gente. Y ese modo de hablar, áspero, gutural, no parecía normal en cuerpo tan frágil. La palidez de su piel asustaba a más de una criatura; Parecía pender suelta por sobre la carne."

Richard Burton Matheson


"Tan pronto como se pusiera el sol, aparecerían."

Richard Burton Matheson




"Todo depende del camino que te labres -me aseguró-. Del trabajo que lleves a cabo."

Richard Burton Matheson


"Y antes de que la ciencia hubiese destruido la leyenda, la leyenda devoraría la ciencia y todo lo demás."

Richard Burton Matheson


"Yo soy el anormal ahora. La normalidad es un concepto mayoritario. Norma de muchos, no de un solo hombre."

Richard Burton Matheson