"Claro que hay algo que ha cambiado. Eso es natural. La música es diferente según el punto donde se escucha. Ahora me encuentro en el bosque, al pie de la montaña. El eco no es el mismo que sobre una cumbre o en el agua...Si esta misión continúa mucho tiempo más, voy a acabar escuchando voces..."

Pierre Boulle


"En cierto momento, Ulises descubrió que para que existiera una civilización no se requerían muchos sujetos geniales, sino más bien uno que otro sujeto al cual alguna vez se le ocurre una idea genial que luego es repetida de modo rutinario y monótono por miles de seres humanos por miles y miles de años. Ulises descubrió que fue así como la civilización simia sustituyó a la humana en el planeta Soror, poco a poco los humanos fueron siendo víctimas de la pereza cerebral y dejaron de consultar libros, y en cambio los simios comenzaron a emplear su cerebro hasta acabar sustituyendo a los humanos. (...) ¿Qué es lo que caracteriza una civilización? ¿Es el genio excepcional? No. Es la vida de cada día, de todos los días... Demos prioridad al espíritu. Hagamos que lo primero sean las artes y, en primer plano, la literatura. ¿Es que la literatura está verdaderamente fuera del alcance de nuestros grandes monos superiores si admitimos que son capaces de juntar las palabras? ¿De qué está hecha nuestra literatura? ¿De obras maestras? La respuesta debe ser negativa. Se escribió un libro original -no se escriben muchos más de uno o dos cada siglo- y los hombres de letras lo imitan, es decir, lo copian, de manera que se publican centenares de miles de obras que tratan exactamente de las mismas materias, con títulos algo distintos y combinaciones de frases modificadas. Esto, los monos, imitadores por naturaleza, pueden ser capaces de realizarlo, siempre a condición de que puedan utilizar la lengua. (...) No es indispensable que los monos comprendan lo que copian para componer cien mil volúmenes partiendo de uno solo. Esto no les es evidentemente más necesario que a nosotros mismos. Igual que a nosotros, les basta con poder repetir las frases después de haberlas oído. Todo el resto del proceso literario es puramente mecánico."

Pierre Boulle
El planeta de los simios


"¡Era esto! Aquellos demonios querían estudiar en nosotros, en mí, que me encontraba mezclado con aquel rebaño por una extravagancia del destino, las prácticas amorosas de los hombres, las formas de acercamiento del macho y de la hembra, la manera de acoplarse en cautividad, para compararlas, tal vez, con observaciones anteriores sobre los hombres en libertad. ¿Acaso pensarían también librarse a prácticas de selección?"

Pierre Boulle


"Es necesario mantener la disciplina. En caso de que algunos de ustedes tengan la intención de proceder como les venga en gana, les recuerdo que tengo el poder de decidir sobre la vida y muerte de todos, y no dudaré en hacer uso de ese derecho para garantizar la correcta ejecución de las obras que me ha confiado Su Majestad Imperial."

Pierre Boulle


"¿Es que la literatura está verdaderamente fuera del alcance de nuestros grandes monos superiores si admitimos que son capaces de juntar las palabras? ¿De qué está hecha nuestra literatura? ¿De obras maestras? La respuesta debe ser negativa. Se escribió un libro original -no se escriben muchos más de uno o dos cada siglo- y los hombres de letras lo imitan, es decir, lo copian, de manera que se publican centenares de miles de obras que tratan exactamente de las mismas materias, con títulos algo distintos y combinaciones de frases modificadas. Éstos, los monos, imitadores" 

Pierre Boulle


"¿Hombres racionales? ¿Hombres detentores de la sabiduría? ¿Hombres inspirados por el espíritu...? No, esto no es posible."

Pierre Boulle


"La ciencia no conoce el amor propio."

Pierre Boulle


"Lo que usted debe saber también es que cuando nos desplazamos a esta velocidad, nuestro tiempo se aparta sensiblemente del tiempo de la Tierra, y esta diferencia se hace tanto mayor cuanto más veloz es el desplazamiento. Ahora mismo, desde que empezamos esta conversación, hemos vivido unos minutos que corresponden a varios meses de tiempo de nuestro planeta. Llegará un momento en que el tiempo ya casi no correrá para nosotros sin que, por otra parte, lleguemos a darnos cuenta de cambio alguno. Para usted y para mí, unos segundos, unos latidos de nuestros corazones corresponderán a varios años terrestres."

Pierre Boulle


"Me sentía aniquilado. Los acontecimientos de los días últimos habían destrozado mi cuerpo y sumido mi espíritu en un desorden tan absoluto que hasta entonces no había sido capaz de deplorar la pérdida de mis compañeros e incluso de darme cuenta, de una forma concreta, de lo que representaba para mí la destrucción de la chalupa."

Pierre Boulle


"No era nada genial, pero fui el único en demostrar mi ingeniosidad."

Pierre Boulle


"Por otra parte, ellos mismos, los soldados ingleses, se habían hartado ya de mostrar una actitud y una conducta que chocaban con su tendencia instintiva al trabajo bien hecho. Incluso antes de la intervención del coronel, las maniobras subversivas, para muchos, se habían convertido en un incómodo deber, y algunos no habían aguardado sus órdenes para comenzar a emplear de manera concienzuda sus brazos y herramientas. Prestar lealmente un esfuerzo considerable a cambio del pan de cada día formaba parte de su naturaleza occidental, al tiempo que su sangre anglosajona les llevaba a orientar dicho esfuerzo hacia lo constructivo y lo sólidamente estable. El coronel no se había equivocado con respecto a ellos: su nueva política les aportó un alivio de carácter moral.
Puesto que el soldado japonés es también disciplinado y entregado al trabajo y, además, Saíto había amenazado a sus hombres con cortarles la cabeza si no demostraban que eran mejores obreros que los ingleses, ambas secciones de vía fueron terminadas rápidamente, al mismo tiempo que se edificaban y habilitaban los alojamientos del nuevo campamento. En torno a ese mismo período, Reeves finalizó su plano y se lo entregó al comandante Hughes, que de esa manera entraba en juego y podía demostrar de lo que era capaz. Gracias a su talento organizativo, al conocimiento de sus hombres y a su experiencia de las múltiples combinaciones que pueden determinar una mayor o menor eficacia en la asociación de éstos, el técnico industrial obtuvo, ya desde los primeros días, resultados tangibles.
La primera medida de Hughes fue la división de su mano de obra en diferentes grupos, y la atribución de una actividad particular a cada uno de ellos: uno continuaría abatiendo árboles, otro realizaría el desbaste inicial de los troncos, un tercero tallaría las vigas, uno de los más numerosos clavaría los pilares y muchos otros se encargarían de la superestructura y el tablero. Varios equipos, y no precisamente de menor importancia a los ojos de Hughes, se especializarían en trabajos diversos, como la edificación de andamios, el acarreo de materiales y el afilado de las herramientas, actividades complementarias a la obra propiamente dicha, a las que, no obstante, la previsión occidental concede, con toda razón, tanta atención como a las operaciones directamente productivas.
Estas disposiciones destacaban por su sensatez y acabarían revelándose eficaces, como ocurre siempre que no son llevadas al extremo. Tras la preparación de un lote de maderos y la construcción de los primeros andamios, Hughes puso en acción al equipo encargado de los pilares. La misión de este grupo era ardua; la más dura e ingrata de toda la empresa. Los neófitos constructores de puentes, privados de valiosos accesorios mecánicos, se veían obligados a emplear aquí los mismos procedimientos que los japoneses; a saber, dejar caer sobre la cabeza de los pilares una pesada maza, repitiendo esta operación hasta que quedaran sólidamente implantados en el fondo del río. El «martinete» se precipitaba de una altura de ocho a diez pies, y luego había que izarlo de nuevo por un sistema de cuerdas y poleas, para volver a percutir, una y otra vez, interminablemente. Por cada golpe el pilar se hundía una ínfima fracción de pulgada, puesto que el suelo era muy duro. Era una tarea agotadora y desesperante. El resultado no era perceptible de un minuto al otro y la imagen de un grupo de hombres semidesnudos, tirando de una cuerda, evocaba indefectiblemente una sombría atmósfera de esclavitud. Hughes había otorgado la dirección de este equipo a uno de sus mejores tenientes, Harper, un hombre enérgico, verdadero maestro en incentivar a los prisioneros con el acompasamiento del ritmo de trabajo mediante su voz sonora. Gracias al brío de Harper, esa labor propia de galeras fue realizada con entusiasmo. Ante las miradas atónitas de los japoneses, pronto se alzaron las cuatro líneas paralelas, cortando la corriente hacia la orilla izquierda."

Pierre Boulle
El puente sobre el río Kwai



"(...) Si es necesario, les haré fusilar a todos, antes que seguir alimentando a unos haraganes. La enfermedad no será motivo de dispensa. Un hombre enfermo siempre puede contribuir con su esfuerzo. Construiré el puente sobre los huesos de los prisioneros, si me obligan a ello."

Pierre Boulle


"Su proyecto era simple y clásico. Es la primera operación que se enseña a los alumno escuela especial de "Explosivos Plásticos y Destrucciones S. L. " de Calcuta. (...) Se fija un detonador en el plástico (es tan fácil introducirlo como clavar un cuchillo en la mantequilla). Un cordón, conocido como "instantáneo", lo conecta a un pequeño artefacto de asombrosa simplicidad, también oculto en un boquete excavado bajo el raíl. Dicho objeto está compuesto básicamente por dos láminas, separadas por un robusto resorte. Entre ambas se sitúa el cebo. Una de las láminas hace contacto con el metal, mientras que la o se inmoviliza con una sólida piedra. El cordón detonador se entierra. Un equipo de dos expertos puede instalar el dispositivo en media hora. Si el trabajo se realiza con cuidado, el mecanismo es invisible. Cuando la rueda de una locomotora pasa por encima del aparato, la lámina superior queda aplastada contra la otra. El cebo encendido activa el detonador por medio del cordón, y el plástico explota. Una sección de acero queda pulverizada y el tren descarrila. Con un poco de suerte y una carga un poco más fuerte, se puede derribar la locomotora. Una de las ventajas de este sistema es que la activación la realiza el propio tren, por lo que el agente encargado de instalarlo puede hallarse a varios kilómetros del lugar. Otra ventaja: no se activa intempestivamente por la pisada de un animal, sino que se precisa un peso muy considerable, como el de una locomotora o un vagón."

Pierre Boulle


"Torturaba mi cerebro para buscar un sentido a los acontecimientos de que había sido testigo. Tenía necesidad de este esfuerzo intelectual para poder huir de la desesperación que me estaba acechando, para probarme a mí mismo que era un hombre, quiero decir un hombre de la tierra, una criatura racional, acostumbrada a buscar una explicación lógica a todos los caprichos de la naturaleza, incluso a los de apariencia milagrosa, y no una bestia acorralada por unos monos extrañamente civilizados."

Pierre Boulle


"Un puente de madera no es fácil de destruir desde el aire. Las bombas, cuando alcanzan su objetivo, derriban dos o tres tramos del puente, mientras que los demás permanecen intactos. Los japoneses harían u reparación improvisada, y ya han demostrado ser unos maestros en ese arte. Nosotros podemos no sólo hacer estallar los pilares a ras del agua, sino también activar la explosión al paso de un tren. De esa manera, provocaremos el desplome de todo el convoy en el río, causando daños irreparables y dejando inutilizable hasta la última viga. Lo he visto ya una vez en mi carrera. El tráfico fue interrumpido durante varias semanas, y eso que el ataque se produjo en un país civilizado, donde el enemigo tenía la posibilidad de desplazar tornos elevadores. Aquí les aseguro que tendrán que desviar el trazado y reconstruir el puente en su totalidad... Sin contar la pérdida de un tren y de su cargamento. ¡Un espectáculo infernal! Ya lo puedo ver ante mis ojos."

Pierre Boulle




"(...) Un reflejo imposible de describir en el que me parece ver una curiosidad despierta, una emoción insólita, sombras de recuerdos ancestrales que buscan emerger de la bestialidad y quizás... El destello incierto de la esperanza. Estoy convencido de que esta esperanza la estoy alimentando inconscientemente desde hace algún tiempo. ¿No será ella la que me mantiene en esta excitación febril?"

Pierre Boulle