"Lo que nos fascina de Satanás es su forma de expresar cualidades que van más allá de lo que habitualmente reconocemos como humano. Satanás evoca algo más que la avaricia, la envidia, la lujuria y la cólera que identificamos con nuestros peores impulsos, y algo más que lo que llamamos brutalidad, que atribuye a los seres humanos una semejanza con los animales («brutos»). Por lo tanto, el mal, en su peor especie, parece tocar lo sobrenatural, lo que reconocemos, con un estremecimiento, como el inverso diabólico de la caracterización que Martin Buber hace de Dios como "totalmente otro"."

Elaine Pagels
Tomado del libro de Philip Zimbardo, El efecto Lucifer, página 16