"Amo los espacios remotos porque hacen que nos olvidemos de nosotros mismos."

Josep Guijarro
Aliens Ancestrales, página 159


"¿Dónde esta´escrito quiénes somos? O, mejor, ¿dónde está escrito quiénes fuimos? Puede que aún no hayamos dado con la pieza arqueológica definitiva, pero la sensación de que, cuanto más excavamos, en lugar de respuestas, aparecen nuevas preguntas."

Josep Guijarro
Aliens Ancestrales, página 211




"Durante décadas se ha intentado localizar sin éxito las memorias del cerebro. Una teoría actual en el campo de la conciencia sostiene que las memorias no están almacenadas allí. Su propulsor, Simon Berkovich, profesor de la George Washington University, trabaja en la tesis de que, como una unidad de almacenamiento de información, el cerebro no puede guardar todos los datos requeridos para funcionar en el mundo. En consecuencia, considera la teoría alternativa de que el cerebro es, en realidad, una unidad de acceso muy parecida a un receptor de radio. El almacenamiento rea de la información se hace en otro lugar.
En el caso de una ECM (experiencia cercana a la muerte),  es obvio que un momento de flash no puede crearse hasta que la persona vuelva a su cuerpo. Esto corrobora el argumento de que las memorias están almacenadas fuera del cuerpo. Sabemos que cuando alguien muere, las memorias no pueden estar en el cerebro, sin embargo, los recuerdos son muy claros. Y también sabemos que una persona que experimenta una ECM tiene acceso y recuperación total de la información asociada a una vida completa aún cuando no tiene la posibilidad d acceder a su cerebro vivo para tal fin. ¿Prueban estos argumentos la existencia del "alma", de una "supraconciencia" más allá de nuestro cuerpo físico? Es pronto todavía para admitirlo, pero nadie puede negar que los recientes ensayos científicos trabajan en su demostración y solo el tiempo nos ofrecerá la respuesta definitiva."


Josep Guijarro/Gonzalo de Martorell
In-creíble, Scyla Editores S. A., 2013, página 191



"En la actualidad, existen tres clases de movimientos neotemplarios. Primero, aquellos que, aunque siguen ciertos patrones de comportamiento, son sólo estudiosos de la historia de la orden. Segundo, los que se consideran auténticos herederos y poseedores de su tradición y secretos. Y por último, están los sectarios."


Josep Guijarro

Tomada del libro Enigma. De las pirámides de Egipto al asesinato de Kennedy de Bruno Cardeñosa y Juan Antonio Cebrián



"Me sorprende la ligereza con la que la gente -también los escépticos- hablan de alucinaciones, percepciones delirantes, psicosis colectivas, cualquier cosa con tal de no admitir la incapacidad de comprender ciertos fenómenos. lo diré claro: las alucinaciones no pueden explicar las fantasmogénesis. En su importante tesis, Quercy declara que la alucinación es una "imagen-relámpago", brevísima, instantánea y evanescente y subraya otros aspectos de la inestabuilidad de la alucinación, como por ejemplo, su contenido. Los objetos observados durante la alucinación sufren metamorfosis en el sentido onírico. Esto nunca ha sido relatado en las experiencias con fantasmas. Es importante señalar, además, que en muchos casos, el que alucina comprende que experimenta un fenómeno anormal -que no paranormal- y no cree en la realidad de la falsa percepción."


Josep Guijarro
In-creíble, página 158


"Podría decirse que las experiencias están más próximas al éxtasis místico que a cualquier otra clasificación. Precisamente, debido a que las Experiencias de Visitantes de Dormitorio, incluyen factores mentales, sujetos, por supuesto, a influencia personal y cultural, así como propiedades físicas que han sido observadas y registradas, no existe un sistema de conocimiento capaz de comprenderlas totalmente."

Josep Guijarro
Tomada del libro DISTORSIÓN. Ovnis, apariciones marianas, bigfoots, hadas, fantasmas y extrañas criaturas ¿una teoría explicativa? de José Antonio Caravaca




"-¿Por qué llaman a esta gruta la Cueva del Duende?
El patrón sonrió.
-Eso sí sé responderlo -me contestó-. Los niños decían que aquí jugaban con unos hombrecitos pequeñitos."

Josep Guijarro
Aliens Ancestrales, página 23



"Quiero pensar que, en el fondo, lo que mueve a los pseudoescépticos -entendiendo por pseudoescépticos a quienes nunca dudan de los fenómenos porque ni siquiera los toman en consideración- en su cruzada contra las paraciencias es el miedo a revestir de "científico" lo paranormal y que ello alimente a las alimañas -que las hay- que se lucran de vender "verdades trascendentes", "remedios-milagro" y "rituales de magia"."

Josep Guijarro
In-creíble

"Siempre he mantenido que los fenómenos no son una cuestión de fe sino de información, solo que hay que contrastarla y contextualizarla adecuadamente (...) Siempre he dicho que a los periodistas del misterio no nos corresponde hacer ciencia sino denunciar hechos asombrosos para despertar la curiosidad de los científicos, para que encuentren explicación a lo que, de otro modo, serían simples leyendas. Y no lo hacemos bien porque son pocos los científicos que se aproximan al mundo de lo insólito.
La razón reside, probablemente, en la diversidad de "fauna" (y no criptozoológica) que converge en estos temas y que invita a abandonar a quien llegar con proyectos serios. Ojo, no siempre es así...)


Josep Guijarro
In-creíble, página 324





"Siempre he sido curioso. De pequeño husmeaba entre los ejemplares de las Selecciones Rearders & Digest de mi padre temas sugestivos, tanto a nivel histórico como astronómico y heterodoxo, como el triángulo de las Bermudas.

Creo que fue allí donde vi impreso, por primera vez, el acrónimo ovni, hoy sustantivo, por cierto.

Aquel misterio resonó en mi interior. A diferencia de los fenómenos parapsicológicos que dependían únicamente de testimonios, de la percepción subjetiva, en el asunto de los ovnis había fotos, huellas y elementos racionales que permitían acercarse objetivamente al asunto.

Solo faltó que mi vecina, que ocasionalmente nos cuidaba a mi hermano y a mí, viera en esa curiosidad una forma de hacer proselitismo para su causa. Ella era médium espiritista y solía hechizarme con narraciones de incorporaciones, mensajes y libros. El primero que me dejó me impactaría sobremanera. Se titulaba No es terrestre, de Peter Kolosimo, que, como el libro que tienes en tus manos, abordaba sin pudor enigmas de la historia desde la perspectiva de visitas extraterrestres. Kolosimo sostenía que el ser humano era un eslabón de una cadena evolutiva que se inició en algún remoto lugar del universo que continuó posteriormente en el planeta Tierra, y a través de excitantes viajes por el mundo, el autor había reunido evidencias a favor de la existencia de lo que denominaba como nuestros «antepasados y hermanos».

Como puedes ver, no hubo un momento eureka que determinara mi vinculación a la ufología, sino que el tema llegó a mí de forma insidiosa y gradual a lo largo de los años.

De hecho, al empezar el bachillerato encontré amigos con inquietudes parecidas, y juntos decidimos crear una asociación para investigar y compartir el fruto de nuestras pesquisas. Creo que se puede considerar el principio porque la Unión Autónoma de Investigadores Parapsicológicas (UAIP) no solo salía a encuestar casos, también íbamos de alerta ovni, practicábamos escritura automática, hipnosis, telepatía..., y publicábamos nuestros trabajos en un boletín que llamamos humildemente «Nuestra Opinión».

Fue al hacer el boletín de la asociación y constatar la buena acogida que tuvo el fanzine cuando supe que quería ser periodista. Bueno, eso y que el decano de los ufólogos españoles, don Antoni Ribera i Jordà, me dijo que, si quería seguir vinculado a ese tema, lo mejor era estudiar Ciencias de la Información. Dicho y hecho. Entonces fue cuando me «hice» ufólogo. Investigando y dando a conocer mis casos, primero en el fanzine, después en la radio, como amateur y en la revista Karma 7. Todo sin cobrar un duro.

Recuerdo con emoción cuando el director de Karma 7, que, a la sazón, era Josep María Armengou, terminó de leer el primer reportaje de aquel imberbe y exclamó: «Esto es lo que busco». Supe en aquel momento que seguiría en la senda de la información paracientífica para siempre.

Han pasado más de 35 años y, desde entonces, he escrito libros, he publicado cientos de artículos y he participado en miles de programas de radio y televisión, siendo referencia para mis contemporáneos y también para las nuevas generaciones.

En ese camino he conocido a cientos de testigos, tanto de ovnis como de otros acontecimientos extraños. Con algunos he desarrollado una fuerte empatía que, con el tiempo, se ha transformado en una sólida amistad, a pesar de las distancias geográficas y la falta de tiempo.

Uno de los casos que, seguramente, más me han impresionado tuvo lugar en la Base Aérea de Talavera la Real, Badajoz, el 12 de noviembre de 1976. Tres soldados que se encontraban de guardia en el acuartelamiento militar vieron, alrededor de las dos menos cuarto de la madrugada, como un objeto no identificado se posaba tras una arboleda que intenta ocultar de miradas indiscretas las pistas de aterrizaje pacenses. Aquella noche estaba de cabo de guardia el que ahora es mi amigo y hermano, José Manuel Trejo. Junto a dos compañeros y un perro pastor alemán, salió a hacer la ronda y, cuando estaban a punto de hacer el relevo escucharon una serie de misteriosos ruidos, como una especie de siseo. A los pocos segundos, en dirección al ruido percibieron una explosión de luz cegadora que iluminó por un instante como si fuera de día.

La luz estaba detrás de los depósitos de combustible, así que Trejo y su compañero José Hidalgo se encaminaron con Nerón, así se llamaba el perro, hasta ese punto para ver qué sucedía.

Entonces todo ocurrió muy rápido. El perro empujaba hacia los eucaliptos, a un punto en el que se estaba generando un remolino de viento. Fue entonces cuando divisaron junto a la pared la presencia de una figura de unos tres metros de altura de color verde. Era como un holograma que permanecía suspendido en el aire, pero aquello tenía consistencia física, sombras y contornos. Asustados cargaron sus ametralladoras y, tras dar el alto, empezaron a disparar. Trejo se tiró al suelo antes de apretar el gatillo y eso —me asegura— le salvó la vida, porque las balas le hubieran alcanzado de estar adelantado.

Al día siguiente, unos cincuenta militares peinaron la zona, pero no encontraron ni los casquillos utilizados ni impactos de bala en la tapia situada tras el supuesto gigante verde. José Manuel, que se desmayó durante el suceso, estuvo trece días en coma en un hospital militar de Madrid. Sus problemas, curiosamente, fueron calificados de «desajustes nerviosos» y no volvieron a producirse con posterioridad, aunque él relata otra cosa, tan fascinante como increíble.

El suceso fue investigado por los militares y, cuando llegó la desclasificación de informes ovni del Ejército del Aire español, la decepción fue máxima, pues el expediente no se hizo público por cuestiones de seguridad nacional.

Como muchos otros testigos de lo imposible, José Manuel desarrolló a partir de la experiencia una transformación espiritual."

Josep Guijarro
Tomada del libro Las piedras de los dioses de Miguel Labrador, página 139


"-Yo creo que nuestros ancestros trataron de reproducir aquello que veían -afirmé convencido."

Josep Guijarro
Aliens Ancestrales, página 86