"Bajo el capitalismo no se produce para la satisfacción de las necesidades, sino para la ganancia. Aquí se produce la mercancía para venderla, para tener una ganancia, para poder acumular ganancia. Cuanto mayor sea la ganancia, tanto mejor. Esto explica la loca persecución de la ganancia por parte de la clase capitalista. Este apetito insaciable no conoce límites. El es el nervio, la médula de la producción capitalista."

Nikolái Ivánovich Bujarin


"Bajo el reino del capital financiero, el país capitalista se transforma en un enorme trust combinado, a la cabeza del cual están los Bancos, y cuyo Comité Ejecutivo está representado por el poder estatal burgués."

Nikolái Ivánovich Bujarin



"El capitalista introduce nuevas máquinas sólo cuando falta la mano de obra a buen precio; pero cuando ésta está barata, no necesita introducir innovaciones técnicas para aumentar la ganancia. El capitalista recurre a la máquina únicamente cuando le ahorra mano de obra a precios altos. Pero como en la sociedad capitalista la mano de obra, generalmente, está barata, las malas condiciones de la clase obrera se convierten en un obstáculo para el mejoramiento técnico. […] En la sociedad comunista, que no se preocupa de la ganancia, sino del bien de los trabajadores, no se impedirá ninguna innovación técnica. Las invenciones técnicas progresarán en el régimen comunista mejor que en el capitalista, porque todos gozarán de buena cultura y tendrán posibilidad de desarrollar las propias cualidades inventivas, mientras que en la sociedad actual muchos obreros inteligentes se ven obligados a vivir en la ignorancia."

Nikolái Ivánovich Bujarin


"El Estado burgués, además de ser la más poderosa y grande organización de la burguesía, es también la más complicada, pues posee numerosas ramificaciones que extienden en todas direcciones sus tentáculos. Todo ello sirve a un fin primordial: la defensa, la consolidación y expansión de la explotación de la clase obrera. Contra la clase obrera dispone el Estado burgués de los medios de la coacción brutal y de los de la servidumbre mental; estos dos forman los órganos más importantes del Estado capitalista."

Nikolái Ivánovich Bujarin


"El Estado burgués necesita hacer del obrero un animal doméstico que trabaje indefenso y paciente como un caballo. Con esto el Estado capitalista se asegura su propia existencia. La máquina explotadora funciona y extrae continuamente plusvalía de la clase obrera. El Estado, mientras tanto, custodia para que los esclavos del salariado no se rebelen."

Nikolái Ivánovich Bujarin


"El imperialismo es hijo del capital financiero."

Nikolái Ivánovich Bujarin





 "El programa es la cosa más importante para todo partido. Siempre se puede saber del programa de cualquier partido los intereses que representa."

Nikolái Ivánovich Bujarin


"El sistema de producción comunista no presupone la producción para el mercado. Se produce para satisfacer las necesidades de la sociedad. Por tanto, no existen mercancías, sino sólo productos. Estos productos no son recíprocamente cambiados, no son ni vendidos ni comprados, sino simplemente acumulados en los almacenes comunes y distribuidos a los que los necesitan. El dinero será cosa superflua."

Nikolái Ivánovich Bujarin



"En la economía mercantil los hombres trabajan los unos para los otros, pero de modo inorgánico e independiente, sin darse cuenta de que en realidad el uno depende del otro. De aquí que la función de los hombres en la producción mercantil está distribuida de un modo determinado, y los hombres están en relaciones determinadas los unos con los otros."

Nikolái Ivánovich Bujarin


"Es, por lo tanto, comprensible la importancia que tiene la influencia de la naturaleza en el desarrollo total de la sociedad humana. Antes de proceder a estudiar las relaciones existentes entre la naturaleza y el hombre, o las formas en las cuales la naturaleza opera sobre la sociedad, debemos considerar, antes que nada, con qué aspectos de la naturaleza el hombre se pone principalmente en contacto.
Basta lanzar una mirada alrededor nuestro a fin de percibir la dependencia de la sociedad a la naturaleza: “... la tierra (concepto que incluye también, económicamente, el del agua), tal y como en tiempos primitivos surte al hombre de provisiones y de medios de vida aptos para ser consumidos directamente, como el objeto general sobre que versa el trabajo humano. Todas aquellas cosas que el trabajo no hace más que desprender de su contacto directo con la tierra son objetos de trabajo que la naturaleza brinda al hombre. Tal ocurre con los peces que se pescan, arrancándolos de su elemento, el agua; con la madera derribada en las selvas vírgenes; con el cobre separado del filón... La tierra es su despensa primitiva y es, al mismo tiempo su primitivo arsenal de instrumentos de trabajo. Le suministra, por ejemplo, la piedra que lanza, con la que frota, percute, etcétera.” La naturaleza aparece directamente como un objeto de trabajo en ciertas industrias (industria minera, caza, parcialmente en agricultura, etc.). En otras palabras, ella es la que ofrece las materias primas que han de ser elaboradas. Por otra parte, el hombre, como hemos visto, se sirve de la naturaleza en su lucha contra ella. “ El hombre se sirve de las cualidades mecánicas, físicas y químicas de las cosas para utilizarlas, conforme al fin perseguido, como instrumentos de actuación, sobre las otras cosas."

Nikolái Bujarin
Teoría del materialismo histórico




"La burguesía comprende muy bien su negocio. Llama en nombre de la patria a todos los ciudadanos para que le defiendan el poder burgués y condena por alta traición a los que no lo hacen, pero no siente ningún escrúpulo si se trata de combatir la patria proletaria."

Nikolái Ivánovich Bujarin


"La burguesía comprende que no puede someter a la clase obrera con la sola fuerza bruta. Sabe que es necesario nublar también el cerebro."

Nikolái Ivánovich Bujarin


"La concurrencia ha sido lentamente destruida por la concentración y centralización del capital. La concurrencia se devoró a sí misma. A medida que se acentuaba progresaba la centralización. Hasta que, finalmente, la concentración del capital, provocada por la concurrencia, mató a la concurrencia misma. En lugar de la libre concurrencia apareció el dominio de las asociaciones de monopolio, de los sindicatos y de los trusts."

Nikolái Ivánovich Bujarin


"La esencia del orden capitalista se deduce de las tres características siguientes: producción para el mercado (producción de mercancías); monopolio de los medios de producción en provecho de la clase capitalista; trabajo asalariado, o sea el trabajo basado en la venta de la mano de obra."

Nikolái Ivánovich Bujarin



"La lucha entre los grandes grupos capitalistas se manifiesta en el antagonismo entre los diversos grupos de Estados capitalistas, antagonismos que llevan de la guerra comercial a la guerra armada. La concurrencia disminuye con el desarrollo del capitalismo sólo si se considera el número de concurrentes, pero se acentúa en cuanto a su encarnizamiento y a sus consecuencias desastrosas."

Nikolái Ivánovich Bujarin




"La sociedad capitalista está basada en la explotación de la clase obrera. Una pequeña minoría de hombres domina todo; la mayoría de los obreros no posee nada. Los capitalistas mandan, los trabajadores obedecen. Los capitalistas explotan, los obreros son explotados. Toda la naturaleza de la sociedad capitalista consiste en esta implacable y siempre creciente explotación."

Nikolái Ivánovich Bujarin



"La sociedad capitalista sólo puede mantenerse, en tanto el obrero industrial obedece las órdenes del director, que percibe un sueldo fabuloso, o las del propietario, que se embolsa la plusvalía. Pero en el momento que las masas trabajadoras se empiezan a dar cuenta de que no son más que pies en las manos de sus enemigos, comienzan también a romperse los hilos que atan al soldado con el general, al obrero con el patrono. Los obreros cesan de obedecer a sus patronos, los soldados a los oficiales y los empleados a sus superiores, dando principio así al período de la disolución de la vieja disciplina, de la que se servían los ricos para dominar a los pobres."

Nikolái Ivánovich Bujarin




"La sociedad comunista no sólo organiza la producción sino que también libra al hombre de la opresión del hombre."

Nikolái Ivánovich Bujarin



"Lo que al obrero conviene es mortal para el capitalista."

Nikolái Ivánovich Bujarin


"Me estoy yendo de la vida. Indefenso ante una máquina infernal que usa métodos medievales pero posee un poder gigantesco, inventa calumnias, actúa con descaro e impunidad. (…) Me declaro culpable de nada. (…) La futura generación de dirigentes tendrán a su cargo la misión histórica de aclarar la monstruosa nube de crímenes que se extiende cada vez más en estos días terribles. (…) ¡Sepan, camaradas, que la bandera que en marcha triunfal llevan al comunismo también tiene una gota de mi sangre!"

Nikolái Ivánovich Bujarin


“Me parece verosímil pensar que cada uno de los que estamos ahora sentados en este banquillo de los acusados tenía un extraño desdoblamiento de conciencia, una fe incompleta en su tarea contrarrevolucionaria. No digo que no existiera esta conciencia, sino que estaba incompleta. De ahí esa especie de semiparálisis de la voluntad, esa lentitud de reflejos. Me parece que somos unas personas cuyos reflejos son hasta cierto punto lentos. Esto no proviene de la ausencia de ideas consecuentes, sino de la grandeza objetiva de la edificación socialista. La contradicción entre la aceleración de nuestra degeneración y esa lentitud de reflejos traduce la situación del contrarrevolucionario, o, con más precisión, del contrarrevolucionario que se desenvuelve en el marco de la edificación socialista en progreso. Se crea entonces una doble psicología. Cada uno de nosotros puede comprobarlo en su fuero interno, pero no quiero entregarme aquí a profundos análisis psicológicos.

A veces, yo mismo me entusiasmaba al glorificar en mis escritos la edificación del socialismo; pero poco después cambiaba de actitud debido a mis acciones prácticas de carácter criminal. Se formó en mí lo que, en la filosofía de Hegel, se llama una conciencia desgraciada. Esta conciencia desgraciada difería de la conciencia ordinaria porque era al mismo tiempo una conciencia criminal.

Lo que constituye el poder del Estado proletario no es solamente el haber aplastado a las bandas contrarrevolucionarias, sino también el haber descompuesto interiormente a sus enemigos, el haber desorganizado su voluntad. Esto no ocurre en ningún otro sitio, y no podría existir en ningún país capitalista.

Me parece que cuando empiezan a manifestarse dudas y vacilaciones en ciertos sectores intelectuales de Occidente y América, a propósito de los procesos que han tenido lugar en la URSS, es debido, en primer lugar, a que estas personas no tienen en cuenta una diferencia radical: en nuestro país, el adversario, el enemigo, posee al mismo tiempo esa doble conciencia, esa conciencia desdoblada. Y me parece que esto es lo que hay que comprender ante todo.

Si me permito detenerme en estos problemas es a causa de que yo tenía en el extranjero considerables relaciones entre calificados intelectuales, principalmente con científicos. Y debo explicarles lo que cada pionero sabe en nuestro país, en la URSS.

A menudo se justifica el arrepentimiento mediante toda una serie de cosas absurdas como, por ejemplo, el polvo del Tíbet, etcétera. En mi caso particular, diré que en la cárcel, donde permanecí casi un año, trabajé, estuve ocupado, conservé la lucidez de espíritu. He aquí el mentís práctico a todas las tonterías, a todos los chismes contrarrevolucionarios.

Se habla asimismo de hipnosis. Pero en este proceso he asumido mi defensa jurídica, me he orientado sobre el terreno y he polemizado con el fiscal. Y cualquier persona, aunque no tenga mucha experiencia en las diferentes especialidades de la medicina, tendrá que reconocer que no ha existido hipnosis.

A menudo se explica el arrepentimiento por un estado de espíritu a lo Dostoievski, por las cualidades físicas del alma (el “alma eslava”). Esto es cierto, por ejemplo, para personajes como Aliocha Karamazov, para los personajes de novelas tales como El idiota y otros tipos de Dostoievski. Ellos están dispuestos a exclamar en público: “Pegadme, ortodoxos, soy un criminal”.

Pero, no es esta la cuestión. En nuestro país, el “alma eslava” y la psicología de los héroes de Dostoievski son cosas extinguidas desde hace tiempo: pertenecen al pluscuamperfecto. Estos tipos ya no existen en nuestro país, como no sea en los patios de las casas provincianas, ¡o quizá ni ahí! En cambio, esta psicología subsiste en Europa occidental.

Ahora quiero hablar de mí mismo, de los motivos que me llevaron a arrepentirme. Ciertamente, hay que decir que las pruebas de mi culpabilidad juegan también un importante papel. Durante tres meses permanecí encerrado en mis negativas. Después inicié el camino de la confesión. ¿Por qué? El motivo estriba en que, durante mi encarcelamiento, pasé revista a todo mi pasado. En el momento en que uno se pregunta: “Si mueres, ¿en nombre de qué morirás?”, aparece de repente y con sorprendente claridad un abismo profundamente oscuro. No había nada por lo que mereciese la pena morir, si pretendía hacerlo sin confesar mis errores. Por el contrario, todos los hechos positivos que resplandecían en la Unión Soviética tomaban proporciones diferentes en mi conciencia. Esto fue lo que en definitiva me desarmó, lo que me obligó a doblar mis rodillas ante el Partido y ante el país. Cuando me pregunto: “Bien, no vas a morir. Si por cualquier milagro quedas con vida, ¿cuál será, entonces, tu objetivo? Aislado de todo el mundo, enemigo del pueblo, en una situación que no tiene nada de humana, totalmente alejado de lo que constituye la esencia de la vida...”. Y en seguida recibo la misma contestación a esta pregunta. En estos momentos, ciudadanos jueces, todo personalismo, todo rencor, los restos de irritación, de amor propio y otras muchas cosas caen por sí mismas, todo desaparece. Y cuando llegan a nuestros oídos los ecos de la vasta lucha emprendida por el pueblo soviético, todo esto ejerce su acción, y nos encontramos ante la completa victoria moral de la URSS sobre sus adversarios arrodillados. Una casualidad puso en mis manos un libro de la biblioteca de la cárcel, el de Feuchtwanger, donde se hablaba de los procesos de los trotskistas. Me produjo una gran impresión. Pero debo decir que Feuchtwanger no llegó al fondo de la cuestión, se detuvo a mitad de camino. Para él no todo está claro, mientras que en la realidad todo lo está. La historia mundial es un tribunal universal. Los líderes trotskistas han fracasado y han sido arrojados al foso. Es justo. Pero no se puede proceder como lo hace Feuchtwanger, principalmente en lo relativo a Trotsky, cuando lo coloca en el mismo plano que Stalin. En este punto, sus planteamientos son totalmente erróneos, puesto que, en realidad, todo el país está detrás de Stalin. Él es la esperanza del mundo, es el creador. Napoleón dijo en una ocasión: “el destino es la política”. El destino de Trotsky es la política contrarrevolucionaria.

Voy a acabar pronto. Estoy hablando, quizás, por última vez en mi vida.

Quiero explicar cómo llegué a la necesidad de capitular ante el poder judicial y ante vosotros, ciudadanos jueces. Nos alzamos contra la alegría de la nueva vida con métodos de lucha completamente criminales. Rechazo la acusación de haber atentado contra la vida de Vladimir Ilich, pero reconozco que mis cómplices de la contrarrevolución, conmigo al frente, intentaron acabar con la obra de Lenin, continuada por Stalin con un éxito prodigioso. La lógica de esta lucha, bajo una capa ideológica, nos hacía descender paso a paso hasta el más oscuro cenagal. Una vez más se ha probado que el abandono de la posición bolchevique señala el paso al bandidismo político contrarrevolucionario. Hoy el bandidismo contrarrevolucionario ha sido aplastado; hemos sido derrotados, nos hemos arrepentido de nuestros horribles crímenes.

En realidad, no se trata de arrepentirse, ni tampoco de mi arrepentimiento. Incluso sin esto, el Tribunal puede dar su veredicto. Las confesiones de los acusados no son obligatorias. La confesión de los acusados es un principio jurídico medieval. Pero se ha producido la derrota interior de las fuerzas contrarrevolucionarias; y hay que ser Trotsky para no rendirse. Mi deber es demostrar aquí que, en el paralelogramo de fuerzas que ha trazado la táctica contrarrevolucionaria, Trotsky ha sido el primer motor del movimiento. Y sus más violentas manifestaciones –el terrorismo, el espionaje, el desmembramiento de la URSS, el sabotaje– provenían ante todo de esta fuente.”

Nikolái Ivánovich Bujarin


Querida, dulce Annushka, mi adorada:

Te escribo ya en la víspera del juicio y te escribo con un fin determinado, que subrayo tres veces: a pesar del0 que puedas leer o escuchar, no importa lo terribles que sean las circunstancias, a pesar de todo lo que me dirán y de lo que yo podré decir, sobrelleva todo con valor y tranquilidad.
Prepara a nuestros seres queridos, ayúdales a todos. Temo por ti y por los demás, pero especialmente por ti. No te enfurezcas por ningún motivo. Recuerda que la gran causa de la URSS está viva y esto es lo que es importante, mientras que los destinos individuales son transitorios y miserables en comparación. Una gran prueba te espera. Te ruego, querida mía, que hagas todo lo que puedas, aprieta los cordones de tu alma, pero no permitas que los rompan. .
No hables con nadie de nada. Entiende mi situación. Eres la persona más preciosa para mí, la más próxima, la única. y te ruego, en nombre de la belleza que haya habido entre nosotros, que hagas un tremendo esfuerzo y te ayudes a ti misma ya nuestros seres queridos a sobrellevar este paso terrible con almas acorazadas. No creo que sea una buena idea que leas los periódicos a tu padreo a Nadia en estos días (Ios del juicio), déjales vivir como si fuera en un sueño durante un tiempo. En cualquier caso, tú sabes mejor que yo lo que hacer: tomar decisiones, seguir tu propia opinión sobre esto a fin de evitar que ocurra un trastorno inesperado y terrible.
Si te pido esto, créeme, es porque ya he soportado todo lo que puedo padecer, incluida esta petición, y también porque todo ocurrirá como quieran los grandes y grandísimos poderes que ocurra.
Sabes lo que me está costando escribir esta carta, pero te escribo con la pro funda convicción de que no puedo comportarme de otra manera. Esto es lo más importante, decisivo, fundamental. El volumen de lo que estas líneas hablan lo entenderás por ti misma. Haz lo que te digo y contrólate: sé de piedra, como una estatua.
Estoy muy preocupado por ti y al menos me quitarían un peso de encima sí me permitieran escribirte o me dijeran unas palabras tranquilizadoras sobre lo que se ha dicho.
Te ruego esto, mi querida amiga, te lo suplico.
Tengo otro deseo, mucho más pequeño, pero muy importante para mí personalmente.
Te enviarán tres manuscritos:

a) Un gigantesco tratado filosófico de 320 páginas (Arabescos Filosóficos);
b) Un pequeño volumen de poesía;
c) Los siete primeros capítulos de una novela.

Hay que volverlos a mecanografiar en tres copias. Tu padre te echará una mano para poner en orden los poemas y la novela (se adjunta un plan a los poemas: a primera vista el manuscrito parece caótico, pero puede hacerte con él. Cada poema debe mecanografiarse en hoja separada).
Lo más importante es que el tratado filosófico no se pierda. He trabajado mucho en él y he puesto gran parte de mí mismo en él: es muy maduro en comparación a lo que he hecho en el pasado y, a diferencia de mis otros trabajos, dialéctico de principio a fin. Todavía está ese libro (La crisis de la cultura capitalista y del socialismo) cuya primera parte escribí en casa. Ayuda a salvarlo: no lo tengo y sería una pena que se perdiera.
Si recibes los manuscritos (muchos de los poemas tienen que ver contigo y al leerlos te darás cuenta de lo cerca que estoy de ti) y, si te permiten que reciba unas líneas o palabras tuyas, no olvides mencionar mis manuscritos.
No es buena idea que ahora me extienda sobre mis sentimientos. Pero estas líneas también te demostrarán lo desesperadamente que te amo. En estas horas, tan difíciles para mí, ayúdame concediéndome mi primer deseo. En cualquier caso, y cualquiera que sea el veredicto del juicio, te veré después del juicio y podré coger tus manos y besarlas.
Adiós, cariño. Tu Kolke.15-1-1938.
P.S. Tengo tu fotografía con el niño. Dale a Jurka un beso de mi parte. Es una bendición que no sepa leer. También estoy muy asustado por la niña. Por lo menos cuéntame algo del pequeñito: probablemente ha crecido, el pequeñín, y ni siquiera me conoce. Abrázale fuerte y acaríciale el cabello por mí.

Nikolái Ivánovich Bujarin
Carta de Nikolái Bujarin a Anna Larina



"Si no existiese la propiedad privada, sino que todo fuera propiedad de todos, el mundo tendría un aspecto bien distinto. Los hombres reducirían las horas de trabajo, restaurarían sus fuerzas y tendrían mayor libertad. Pero el capitalista que introduce una máquina piensa sólo en la ganancia; no reduce las horas de trabajo porque en tal caso reduciría también su ganancia. En el régimen capitalista la máquina no libera al hombre, sino que lo esclaviza más."

Nikolái Ivánovich Bujarin


"Sólo la confianza recíproca, la solidaridad fraternal y la unidad de la acción revolucionaria pueden asegurar la victoria de la clase trabajadora. El movimiento obrero comunista sólo puede vencer como movimiento comunista internacional."

Nikolái Ivánovich Bujarin


"Todo el mundo comprenderá que lo que al capitalista le conviene es hacer trabajar al obrero lo más posible y pagarlo lo menos posible. En cambio, el obrero tiene por interés el trabajar lo menos posible y cobrar cuanto más mejor. Está, pues, claro que desde que surgió la clase obrera tenía que iniciarse la lucha por el aumento del salario y la reducción de las horas de trabajo."

Nikolái Ivánovich Bujarin


"Todo partido comprende la parte más consciente de aquella clase cuyos intereses representa."

Nikolái Ivánovich Bujarin