"Como poeta contengo los valores más arcaicos de la tierra. Se remontan al paleolítico superior: la fertilidad del suelo, la magia de los animales, el poder-visión en la soledad, las terribles iniciaciones y renacimientos, el amor y el éxtasis de la danza, el trabajo común de la tribu."

Gary Snyder


DISFRUTA DEL DÍA


Una mañana en lo alto del precipicio al este de Loowit
después del café en el campamento 

mirando al joven y antiguo volcán
respirando vapor y azufre
lava al amanecer
cuencos de nieve

subí tras la cicuta de montaña
pregunté a mis viejos consejeros dónde yacían 

¿qué está pasando?

dicen 

“Nuevos amigos y queridos espíritus de los antiguos árboles
     aquí estamos otra vez. Disfruta del día”.

Gary Snyder





"La naturaleza no es poesía, es una performance."

Gary Snyder



"La naturaleza no es un lugar para visitar, es nuestro hogar."

Gary Snyder


PIUTE CREEK


Un precipicio de granito
un árbol, sería suficiente,
o incluso una roca, un pequeño arroyo,
un trozo de corteza en un estanque.
Colina tras colina, plegadas y retorcidas
robustos árboles apilados
en delgadas fracturas de la piedra
una enorme luna sobre todo, es demasiado.
La mente vaga. Un millón
de veranos, el tranquilo aire nocturno y las tibias
rocas. El cielo sobre montañas interminables.
Toda la porquería que viene con el ser humano
disminuye, la roca firme ahora tiembla,
incluso el intenso presente parece obviar
este espejismo de corazón.
Libros y palabras
como el pequeño arroyo de una alta cornisa
desapareciendo en el aire seco.


Una mente clara, atenta,
sólo tiene sentido si
lo que ve es realmente visto.
Nadie ama a la piedra, pero aquí estamos.
Los fríos de la noche. Algo que se mueve
rápido a la luz de la luna
se desliza en la sombra del Enebro:
allí atrás invisibles
orgullosos ojos fríos
de un Puma o Coyote
me observan levantarme y partir.

Gary Snyder




Toji

Hombres durmiendo en paños menores
con diarios debajo de sus cabezas
bajo los aleros de Toji,
Kobo Daishi de sólido hierro y diez pies de alto
que se alarga en el medio, con una paloma sobre
su sombrero.

Atisbando a través de las rejas de un gallinero
en polvorientas estatuas laminadas de oro
un cínico curvo vientre
de frío Bodhisatva—quizás Avalokita—,
bisexual y experimentado en todo, aplastado
sobre su pierna, con un nimbo de oro cobra
hace brillar en la sombra
una antigua sonrisa de sabiduría
donde repican la India y el Tíbet.

Joven madre de seno descubierto
con sus chicos a la sombra
del viejo árbol del Templo,
nadie te molesta en Toji;
afuera rechina el tranvía.

Gary Sherman Snyder