"El internacionalismo proletario está basado en la comunidad de intereses de clase del proletariado de todos los países, en oposición a la competencia capitalista estructurada en mercados y estados separados entre ellos por la lógica de la propiedad privada de los medios de producción. Implica la solidaridad indispensable con toda lucha obrera compatible con el interés de clase. Esto no se puede negar, en la teoría y en la práctica, más que si se niega esta comunidad de intereses, rechazándose así las principales premisas de la teoría marxista sobre la posibilidad de una emancipación socialista de la humanidad. Esta negativa implica, en el mejor de los casos, un repliegue hacia la utopía, hacia un socialismo surgido del adoctrinamiento y la propaganda y no basado en la toma de conciencia de intereses materiales y sociales comunes. En el peor de los casos, implica el abandono de toda perspectiva socialista, es decir, la caída en el pesimismo o la indiferencia en cuanto al destino del género humano."

Ernest Ezra Mandel


"El marxismo es esencialmente la explicación de la historia del desarrollo de las sociedades a través de las relaciones y los conflictos entre los grupos sociales." 

Ernest Ezra Mandel


"El objetivo socialista que queremos alcanzar es la substitución de la sociedad burguesa basada en la lucha de todos contra todos por una sociedad comunitaria sin clases, en la cual la solidaridad social reemplace el deseo de enriquecimiento individual como móvil esencial de actividad, y en la cual la riqueza de la sociedad asegure el armonioso desarrollo de todos los individuos.
Lejos de querer «hacer iguales a todos los hombres», como pretenden los ignorantes adversarios del socialismo, los marxistas desean que sea posible, por primera vez en la historia humana, el desarrollo de toda la infinita gama de diferentes posibilidades de pensamiento y acción presentes en cada individuo. Pero comprenden que la igualdad económica y social, la emancipación del hombre de la necesidad de combatir por su pan de cada día, representa una condición previa para la conquista de esta verdadera realización de la personalidad humana en todos los individuos.
Una sociedad socialista exige, por tanto, una economía desarrollada hasta el punto de que la producción en función de las necesidades suceda a la producción por el beneficio. La humanidad socialista dejará de producir mercancías destinadas a ser intercambiadas por dinero en el mercado. Producirá valores de uso que se distribuirán a todos los miembros de la sociedad, con el fin de satisfacer a todas sus necesidades.

Una sociedad de este tipo liberará al hombre de las cadenas de la división social y económica del trabajo. Los marxistas rechazan la tesis según la cual algunos hombres «han nacido para mandar» y otros «han nacido para obedecer». Ningún hombre, por naturaleza, está predispuesto a ser minero toda su vida, ni fresador, ni conductor de tranvía. En cada hombre dormita el deseo de ejercer un determinado número de diferentes actividades: basta con observar a los trabajadores durante sus ocios para darse cuenta de ello. En la sociedad socialista, el alto nivel de cualificación técnica e intelectual de todo ciudadano le permitirá realizar durante su vida muchas tareas diferentes y útiles a la comunidad. La elección de la «profesión» dejará de ser impuesta a los hombres por fuerzas o condiciones materiales, independientes de su voluntad. Dependerá de su propia necesidad, de su propio desarrollo individual. El trabajo dejará de ser una actividad impuesta de la que se huye, para convertirse simplemente en la realización de la propia personalidad. El hombre será finalmente libre en el sentido real de la palabra. Una sociedad como ésa se esforzará por eliminar todas las fuentes de conflicto entre los hombres. Destinará a la lucha contra las enfermedades, a la formación del carácter del niño, a la educación y a las bellas artes los inmensos recursos que hoy se despilfarran en objetivos de destrucción y de represión. Eliminando todos los antagonismos económicos y sociales entre los hombres, eliminará también todas las causas de guerra o de conflictos violentos. Únicamente el establecimiento en todo mundo de una sociedad socialista puede garantizar a la humanidad esta paz universal que se ha convertido en condición para la simple supervivencia de la especie en esta época de armas atómicas y termonucleares." 

Ernest Ezra Mandel


"El socialismo no es y no puede ser una sociedad que mantenga o incluso aumente las profundas desigualdades existentes en las rentas y en los bienes de consumo, en la educación superior, en la información y en las posiciones de poder político y social. El socialismo no puede ser una sociedad en la que las decisiones que atañen a las prioridades sociales y a las tendencias generales del desarrollo económico son tomadas por un pequeño grupo de personas, en vez de por el conjunto de la población tras debate público y democrático sobre las distintas alternativas y soluciones. El socialismo no puede ser una sociedad en la que la producción de mercancías y el dinero siguen influenciando de forma decisiva gran parte de la conducta individual y colectiva —con todas las consecuencias que se desprenden de ello. El socialismo no es ni puede ser una sociedad en la que las posibilidades de publicación de las obras literarias, de crear arte, de desarrollar libremente la investigación científica y de ejercer las libertades democráticas en general, son más restringidas y no incomparablemente mayores que en la sociedad burguesa. El socialismo no es y no puede ser una sociedad en la que la represión de los individuos que se desvían de “la norma social establecida” es más dura que bajo el capitalismo avanzado."

Ernest Ezra Mandel


"Los movimientos de ascenso y descenso de la acumulación capitalista en el curso del ciclo industrial pueden ser caracterizados de la siguiente manera. En el periodo de auge, hay un aumento en la masa y en la tasa de ganancia y un ascenso tanto del volumen como del ritmo de la acumulación. Inversamente, en una crisis y en el periodo subsecuente de depresión, tanto la masa como la tasa de ganancia declinarán, del mismo modo que lo harán el volumen y el ritmo de la acumulación. El ciclo industrial consiste por tanto en la aceleración y desaceleración sucesivas de la acumulación.
Durante la fase de ascenso se acelera la acumulación de capital. Pero cuando este movimiento llega a cierto punto se hace cada vez más difícil lograr la valorización de la masa total del capital acumulado. La señal que anuncia que se ha llegado a este límite es la caída de la tasa de ganancia. La noción de sobreacumulación indica una situación en la que una porción del capital acumulado sólo se puede invertir con una tasa de ganancia inadecuada y sólo logrando una tasa de interés cada vez más baja. El concepto de sobreacumulación nunca es absoluto, sino que siempre es relativo: nunca hay “en forma absoluta” mucho capital, pero sí hay mucho en disponibilidad para lograr la tasa de ganancia social media.
Por el contrario, en la fase de la crisis y la consecuente depresión el capital se desvaloriza y parcialmente se destruye. Se produce así la subinversión o, en otras palabras, se invierte menos capital del que se podría acumular en un nivel dado de la producción de plusvalía y a una tasa de ganancia (ascendente) también dada. Como sabemos, estos periodos en que se desvaloriza y se subinvierte capital, tienen precisamente la función de elevar una vez más la tasa general de ganancia de toda la masa de capital acumulado, que a su vez permite la intensificación de la producción y la acumulación de capital. El ciclo industrial en su totalidad surge así como el resultado de la acumulación acelerada de capital, la sobreacumulación, la desaceleración de la acumulación de capital y la subinversión. El ascenso, la caída y la revitalización de la tasa de ganancia corresponden y determinan, al mismo tiempo, los movimientos sucesivos de la acumulación de capital."

Ernest Ezra Mandel
El capitalismo tardío



"Nunca podrá hacerse temblar el poder de la burguesía mediante una sucesión de pequeñas conquistas. Si no se da un cambio brusco y brutal de las relaciones de fuerzas, el capital encuentra, y siempre encontrará, los medios para integrar tales conquistas en el funcionamiento del sistema. Y cuando se produce un cambio radical de las relaciones de fuerzas, el movimiento de las masas se dirige espontáneamente hacia una conmoción fundamental del poder burgués. La dualidad de poder refleja una situación en que la conquista del poder es ya objetivamente posible debido al debilitamiento de la burguesía, pero en la que sólo la falta de preparación política de las masas, la preponderancia de tendencias reformistas y semirreformistas en su seno, detienen momentáneamente su acción en un nivel dado. […] Toda la historia del capitalismo atestigua su capacidad para ceder en cuanto a reivindicaciones inmediatas cuando su poder está amenazado. Sabe perfectamente que, si conserva el poder, podrá recobrar en parte lo que ha dado (mediante el alza de precios, los impuestos, el paro, etc.), y, en parte, digerirlo con un aumento de la productividad. Además, toda burguesía enervada y asustada por una huelga de amplitud excepcional, pero que conserve su poder de estado, tenderá a pasar a la contraofensiva y a la represión en cuanto refluya el movimiento de masas. La historia del movimiento obrero así lo demuestra."

Ernest Ezra Mandel