Agujero de gusano

"Comparto la misma edad con mi padre.

Él y yo somos de musgos distantes.
Somos del frío.

Venimos

con la canción del otro sucia sobre el pecho,
al unísono
con idéntico rostro hecho pedazos.

Mi padre y yo

nos llevamos amarrados a la sangre
desde un tiempo remoto y terrible.

Yo estuve con él

cuando aún dormía en el vientre de mi abuela,
y soñaba en su sueño, que era el mío,
la sal rosada
de un mundo entonces ignorado.

Grité con él su primer latido

cuando transparente se eclipsó con la vida.

Sus primeros pasos también fueron mis primeras sendas.

Mis primeras palabras soltaron amarras desde su boca.

Y fui con él dentro del tornado de las hojas,

en el dulce resplandecer de los frutos.

Fueron los primeros inviernos de mi padre

los que me dejaron herido el recuerdo de esta lluvia.

Besé con él a todas sus novias.

Todas sus novias fueron mi primer beso en el mundo.
También besé a mi madre en el día de su boda.

Con mi padre entré a las cárceles, a los burdeles

y a los psiquiátricos de todas las ciudades.

Fue la soledad de mi padre mi «primera comunión».


Yo estuve con él

frente a ese espejo sin respuestas
y supe de barcos hundidos, de trenes oxidados.

Estreché las manos que mi padre estrechó en su momento.

Con él probé
las vísceras de la tarde hechas duro hueso de tinieblas
y también le di la espalda a Dios
el día en que rechazó todo cáliz.

Mío fue su primer alcohol

que quemó en ese instante mi garganta para siempre.

Su puño fue mi puño en mi cara de siempre.

Con él era yo, injuriándome siempre.
Conmigo era él, culpándome siempre.

Y fui con él.

Y vine.
Estoy.

Comparto la misma edad con mi padre

y hoy que muere

también la muerte me lleva."


Vladimir Amaya



"Algo nos hizo detener el rostro sobre los helados aguijones del polvo
 y llegar por último a nuestras culpas;

 aprender a ser nosotros sin nosotros."


Vladimir Amaya

Fragmento de Raras aves que fueron del paraíso


"En mi ciudad las calles no son largas.
 Largo sólo el cielo;
 largos los sueños,
 las esperanzas
 y el dolor."

Vladimir Amaya
Fragmento de Otra vez sin monedas





"No hay regreso a la cordillera de lo que fueron su coraje y su ternura."

Vladimir Amaya



No hemos vivido a nuestros muertos lo suficiente

"Pronunciar sus nombres es en vano.

Por muy joven que haya sido su arruga
la vida inconclusa es la nuestra.
He aquí, entre las lágrimas, las fechas cuando sus cruces se erigieron sobre panales oscuros.
Aquí, junto a mi pan, el hambre que les dejó desnudo de migajas.
Pero no hemos vivido demasiado su muerte
aún falta soles más profundos que sus infartos, que sus tumores, que sus asesinos
para aprehender la ceniza que les robó las lámparas del rostro,
y encontrar sus ojos en el joyero, una oreja suya en el portalápices.
Pronunciar sus nombres
sólo es gastar oxígeno que a ellos ya no les sirve,
es construir ataúdes y hacerlos llorar como guitarras.
No hemos vivido suficiente su memoria, su estambre de dolor continuo.
Llevar sus flores, sus argollas,
es poco
y vale menos que la mugre sobre nuestras camisas.
Esto que digo es otra tumba: No hemos vivido a nuestros muertos lo suficiente.
No merecemos caminar a la habitación de su estirpe.
Su oro no es ni será nuestro oro.
Vivimos la vergüenza y la soledad con los ojos cerrados
porque cada mañana, porque cada noche

morimos una vida, y otra, y otra vida sobre su muerte."

Vladimir Amaya







"... porque el humo es cadáver etéreo

 -siempre último grito de las cosas que arden bajo la piel-."

Vladimir Amaya




"Sin entender tu nombre, puse tu nombre sobre las arenas del mundo."

Vladimir Amaya



 "Y hay algo en mi ciudad,

 lo noto desde sus calles llenas de atropellados y protestas,
 algo que la hace tierna y triste como una madre desahuciada.

En sus plazas,

 los novios que aún esperan la luz del primer faro;
 las novias que aún lloran el último beso que jamás recibieron;
 y los masacrados,
 los olvidados de fechas inolvidables
 siguen en el mismo corazón-plaza de todos los siglos."

Vladimir Amaya
Fragmento de Otra vez sin monedas


"Y te oí caer y eras el golpe al final de los besos, el grito al final de los sueños."

Vladimir Amaya