A la bien amada

"Tú eres mi palacio, mi noche y mi otoño,
y mi vela de seda y mi jardín de lirios,
mi pebetero de oro y mi blanca columna,
mi parque y mi estanque de cañas e iris.

Tú eres mi perfume de ámbar y miel, mi palma,
mis frondas, mi canto de cigarras en el aire,
mi nieve que se muere de tan altiva y calma,
y mis algas y mis paisajes marinos.

Y eres mi campana de monótono sollozo,
mi isla fresca y mi oasis compasivo…
Tú eres mi palacio, mi noche y mi otoño,
y mi vela de seda y mi jardín de lirios."

Renée Vivien, nacida con el nombre de Pauline Mary Tarn
Traducción de Luis Antonio de Villena


La ofrenda

"Para probar que aun más que a mí misma la amo,
A la mujer que quiero le ofreceré mis ojos.

Le diré en tono tierno, jubiloso y humilde:
-He aquí, amada mía, la ofrenda de mis ojos.

Te entregaré mis ojos que tantas cosas vieron.
Tantísimos crepúsculos, tanto mar, tantas rosas.

Estos ojos -los míos- se posaron antaño
En el altar terrible de la remota Eleusis,

En la belleza sacra y pagana de Sevilla,
En la Arabia indolente y en sus mil caravanas.

Vi Granada, cautiva vana de sus grandezas
Muertas entre cantares y perfumes muy densos.

La pálida Venecia, Dogaresa muriente,
Y Florencia que fuera la maestra de Dante.

La Hélade y sus ecos de un llanto de siringa
Y Egipto acurrucado frente a la gran Esfinge.

Junto a las olas sordas que sosiega la noche
Vi tupidos vergeles, orgullo en Mitilene.

He visto islas de oro en templos perfumados,
Y ese Yeddo y sus frágiles voces de japonesas.

Al azar de los climas, las corrientes, las zonas
Incluso vi la China y sus rostros amarillos.

He visto islas de oro donde el aire se endulza
Y sagrados estanques en los templos hindúes,

Templos donde perduran inútiles saberes...
¡Te regalo, mi Amada, todo lo que he mirado!

Y regreso trayéndote cielos grises y alegres,

A ti que te amo tanto, la ofrenda de mis ojos."

Renée Vivien


Ondina

"Tu risa es clara, tu caricia profunda,
Tus fríos besos disfrutan el mal que hacen;
Tus ojos son azules como lotos sobre el agua,
Y los lirios impuros comparados con tu frente.

 Tu forma huye, tu andar flota,
Y tus cabellos son finas enredaderas;
Tu voz se derrama como una pérfida corriente;
Tus flexibles brazos asemejan juncos,

Largos juncos de río, la abrazan,
Estrechan, ahogan, ahorcan con delicadeza,
En el fondo de las olas, una agonía apagada

En un nocturno desvanecimiento."


Renée Vivien




Palabras a la amiga 

"Soy mujer, y no tengo ningún derecho a la belleza.
Me habían condenado a la fealdad masculina.

Y tuve la inexcusable audacia de buscar
el amor sororal hecho de suaves blancuras (…).

Me habían prohibido tus cabellos, tus pupilas
porque tus cabellos son largos y llenos de aroma
y porque tienen tus ojos extraños ardores
y se turban igual que las ondas rebeldes.

Con el dedo me han señalado en irritado gesto,
porque buscaba mi mirada tu mirada tierna,
y viéndonos pasar nadie quiso comprender
que solo con sencillez yo te había elegido.

Considera la ley vil que transgredo
y juzga mi amor que no conoce daño alguno,
tan cándido, tan necesario y fatal
como el deseo que junta al amante y la amada (…)"

Renée Vivien
Traducción de Luis Antonio de Villena


"Y en la sombra florece, como un sueño perverso,
el abrazo armonioso de la amante a la amante."



Renée Vivien