Apuntes para una letanía

"El sur es mi amor, están los aradores
a la sombra de las encinas o sobre los campos,
duermen atados a la soga
de las yeguas bayas.
Tienen la cara quemada,
una crosta de pan.

Y mujeres suben barrancos,
aprietan a los hijos en el viento,
van buscando llenas de espanto
al hombre que puede no retornar.

El sur es chicos que lloran
en las bocas de los callejones abandonados.
La música es la cínica risa
de la lechuza espía de cada casa.
Por esto en las grandes fiestas
nos encolumnamos detrás de los santos,
rogamos por el sol y por el agua,
tenemos la piel de los maldecidos
cuando los dones nos son negados.

El sur es el amor condenado:
los tábanos nos pican,
nos llega el perfume de la ortiga
cuando el sol toca la lluvia.
El sur es mi amor más extraño:
la bella campesina en medio de las flores
a la que puedes pisotear.

El sur es la canción de los comienzos,
se mueven los dedos
sobre la red de los recuerdos.

El sur es mi abuelo
mi padre y mi madre
y sur es el soldado en Nueva York
que da vueltas con el casco en la espalda,
el hijo bobo de la casa nativa,
y sur también soy yo
que canto la letanía..."

Rocco Scotellaro


Lucania

"Me acompaña el silbo de los grillos
y el son de la campana en el cuello
de una inquieta cabrita.
El viento me envuelve
con sutilísimas cintas de plata
y allá, en la sombra de las nubes perdido
yace hecho pedazos un pueblito lucano."

Rocco Scotellaro