“... como si todo lo que me pasara fuera una historia, un cuento, a veces redondo, a veces inacabado, pero siempre bajo la forma narrativa. Yo era ese muchacho que llamamos “cuentero”, aquel que no puede dejar de hilvanar los hechos con un ritmo de relato. En ocasiones divertido y en otras exasperante. Con lo cual quiero decir que esta disposición, cuya explicación eludo, nos coloca en la literatura aunque no hayamos escrito ni un renglón. Luego, si hay un buen destino, vendrán los aprendizajes de la artesanía. En efecto, yo he sido por largos años un escritor oral y un lector más o menos dedicado. Lo que no debe entenderse, por supuesto, como si nunca escribiera nada. Ya h contado en otro sitio que el ambiguo padre Furlong me obligaba a redactar unos textos sobre temas cuasiabstractos –una llave, una silla, un sombrero– y cómo el jesuita bravo los corregía con su violento lápiz rojo. Viví, pues, en la literatura, en constante disposición literaria, aun cuando fuese casi virgen de publicaciones.”

Alejandro Rossi

“Esos pensamientos laterales que están ahora en mi cabeza, que debería apuntar y no apunto, que todavía están allí –huéspedes indecisos–, que espero recordar mañana aunque sé que no lo haré , que ya no puedo seguir reteniendo porque quiero escribir otra cosa, que los voy a abandonar, que se van para siempre en el río resbaladizo de las mil circunvoluciones.”

Alejandro Rossi
Diario de guerra
Obras reunidas FCE, México, 2005


"Para sobrevivir entre ese polvo mi carácter ha sufrido modificaciones y es probable que a estas alturas sea inferior a cualquier expectativa. Me clasifico, pues, como un intelectual de corto aliento; me dedico a las intuiciones rápidas, fulgurantes, esas cuya exposición cabe en unas cuantas frases bien pulidas. No hay recetas para provocarlas, salvo quedarse quieto, inmóvil, sin mover un dedo, corriendo el riesgo, si es de noche, de que también lleguen los zancudos. Sé que por ahí han hablado de una anacrónica vocación para el epigrama. Allá ellos. En todo caso creo conocer mis límites: no soy un descubridor, no soy un inventor, Más aún, con el tiempo he logrado una auténtica repugnancia por las grandes figuras, por los héroes culturales; desde hace muchísimos años mis lecturas se nutren de epígonos, de confortables personajes secundarios cuya luz es un reflejo de los astros. Encuentro en ellos más claridad, más orden, menos impertinencia.
[…]
Quienes me conocen estarán perplejos ante esta prosa tensa, nerviosa y hasta indecisa. Extrañarán la virtud mayor de mi oficio, la enigmática concisión que ha sido mi cruz y mi triunfo: una docena de frases memorables por las cuales he renunciado a las glorias del volumen a la rústica con fotografía en la contraportada. Me preocupan algunos muchachos, esos que con toda sencillez llamaré mis discípulos y a quienes he enseñado la dura lección de que en bocas cerradas no entran moscas."

Alejandro Rossi



“Quién nos rige es una pregunta que alegremente se la dejo a los teólogos, esos grandes imaginativos que nos han regalado maravillosas ficciones. Si soy franco, debo admitir que prefiero ver la vida como una trama de imprevistos, de casualidades, de descubrimientos inesperados, de caminos laterales que, de pronto, se vuelven centrales. Prefiero que, inesperadamente, un viento rápido borre las turbias nubes del amanecer. La realidad está, así, más cargada de esperanzas y –según me parece– también es más divertida.”

Alejandro Rossi


“Siempre espero una suerte de iluminación que definitivamente aclare mi vida y ordene, con una tarea precisa y noble, los años que me quedan. Nunca he abandonado la convicción de que esa fórmula está allí, al alcance de la mano, que es cosa de concentrarse, vaciar el alma de imbecilidades y dejar, y dejar que llegue, suave luz redentora.”

Alejandro Rossi




"También protesto contra las explicaciones excesivas. Me refiero al hábito de comenzar desde muy atrás y luego avanzar lentísimamente hacia el único hecho que en realidad nos interesaba. Pienso en esas personas que ante la pregunta más modesta -o más impaciente- quisieran abrumarnos con una crónica complicada y enorme [...] Concedemos que el origen de ciertas situaciones políticas es lejano, pero objetamos que siempre intervengan los visigodos."

Alejandro Francisco Rossi Guerrero
Protestas, en Manual del distraído, Anagrama, Barcelona, página 180