"Con respecto a cualquier grupo de hombres que haya conocido a lo largo de mi vida, en lo que concierne al punto de vista del carácter y no de la apariencia física, Peter descollaría por ser deliciosa e irrefutablemente singular. En medio del gran desperdicio de la monotonía intelectual americana él era un verdadero oasis, un verdadero manantial en el desierto. Comprendía la vida. Conocía a los hombres. Era libre-espiritualmente, moralmente, de muy diversos modos, eso me parecía.
A medida que uno se arrastra a lo largo de esta inexplicable existencia, distingue el hallazgo de este tipo de cualidades, no la pseudo libertad de los hombres fuertes, financiera o físicamente, sino la real, la interior, la libertad espiritual, donde la mente, por así decirlo, se yergue y se mira a sí misma, se enfrenta a la naturaleza sin miedo, es consciente de su propio despertar, sus puntos fuertes; examina sus propios y creativos impulsos, los del universo y la humanidad con una mirada amable y no dogmática, de hecho repudia los dogmas y elige deliberadamente sendas mucho más sencillas y humanas en la vida de manera natural, valiente y saludable.
La primera vez que vi a Peter fue en St. Louis en 1892; Había venido de Chicago para trabajar en el rotativo St. Louis Globe Democrat y él formaba parte del departamento de arte de ese periódico. Entonces-y me parece que en lo sucesivo apenas cambió hasta que sobrevino su muerte en 1908-era de baja estatura, robusto y ágil e incluso un tanto nervioso en sus maneras, llevando el cabello y la barba espesa de forma asombrosamente dispuesta, mientras crecía la de los demás y siempre, e intencionadamente, estoy seguro de ello, para que fuera más divertido contemplarlo. Aparte de todo esto, tenía además un aire de bienestar, fortaleza que desmentían las características superficiales como algo más que una genial pose o una alegría artificial."

Theodore Dreiser
Doce hombres


"Creo en el poder cautivador del amor. No lo comprendo. Creo que es la flor más fragante de toda esta existencia espinosa."

Theodore Herman Albert Dreiser


"Cuando Clyde atravesó la primera puerta sintió diversas voces gritando: Adiós Clyde. Y Clyde todavía tuvo fuerzas para contestar:
-Adiós a todos- Pero su voz era extraña y débil, hasta a él mismo le pareció, era distante, como si hubiera emergido de otro ser que caminaba a su lado, pero no era él mismo. Sus pies avanzaban mecánicamente. Y era consciente de aquel ruido que producían arrastrándose por el suelo mientras le empujaban hacia la puerta. Ya estaba allí, ahora abrían. Y allí estaba, finalmente, la silla que tan a menudo había percibido en sueños, la silla tan temida dónde ahora le obligaban a sentarse. Le dieron un empujón para entrar al interior, a través de la puerta que ya estaba abierta para recibirlo y que enseguida volverían a cerrar, y detrás quedaría toda la vida terrenal que había conocido."

Theodore Dreiser
Una tragedia americana



"El arte es la miel almacenada del alma humana, reunido en alas de la miseria y esfuerzo."

Theodore Dreiser


"Era evidente que no le importaba mucho lo referente al éxito del piso. Estaba irritado a causa de la sombra que le había impedido alcanzar una fortuna que satisficiera a Carrie.
Minnie trabajaba con menos euforia que la que tenía justo antes de que Carrie llegara. El chisporroteo de la carne en la sartén no sonaba tan agradable ahora que Carrie había hablado de su descontento. Para Carrie, un hogar alegre, una acogida amable, una espléndida mesa de cena y alguien que dijera: "Bueno, quédate un poco más", habría sido un enorme alivio, pero ahora todo eso eran cenizas. Comenzó a ver que la miraban con quejas injustificadas y que tenía que trabajar sin decir nada. Sabía que pagaría unos cuatro dólares por el mantenimiento y la habitación, y ahora sentía que sería una experiencia muy triste vivir con estas personas.
Minnie no era una verdadera compañía para su hermana-era demasiado mayor. Sus pensamientos eran formal y solemnemente adaptados a su condición. Si Hanson tenía pensamientos agradables o sentimientos felices, tendía a ocultarlos. Parecía realizar todas sus disquisiciones mentales sin ayuda de la expresión física. Permanecía tan hierático como una cámara desierta. Carrie, por otro lado, tenía sangre joven y mucha imaginación. El misterio del amor y de la pareja estaban presentes. No podía pensar en las cosas que le gustaría hacer, la ropa que le gustaría llevar y los lugares que querría visitar. Eran estas cosas en las que su mente se perdía ante la permanente dificultad para encontrar a alguien que pudiera suscitar o responder a sus sentimientos.
Al considerar todo lo acaecido, había olvidado que Drouet podría llegar. Ahora, al ver lo poco receptivas que estas personas eran, esperaba que no lo hiciera.
No sabía exactamente lo que iba a hacer, o cómo se lo iba a explicar a Drouet, si venía. Después de la cena, se cambió de ropa. Cuando estuvo vestida, semejaba un ser pequeño y dulce, de grandes ojos y triste boca. Su faz expresaba una mezcla de la esperanza, insatisfacción y depresión que sentía.
Después de que los platos de la cena fueron retirados, estuvo vagando por la habitación, hablando un poco con Minnie, y luego decidió quedarse junto a la puerta, al pie de las escaleras. Si Drouet viniera, podría encontrarse con él allí. Su rostro adquirió la apariencia de una mirada de felicidad cuando se puso el sombrero."

Theodore Dreiser
Nuestra hermana Carrie


"Nuestra civilización está todavía en una etapa intermedia, apenas bestia, en que ya no es completamente guiada por el instinto; apenas humana, en la que no está todavía completamente guiada por la razón."

Theodore Dreiser



"Para tener la sabiduría, debemos tener la ignorancia."

Theodore Dreiser