"A veces los sueños son más sabios que el despertar."

Black Elk



"Abuelo, Gran Espíritu, una vez más contémplame en la tierra e inclínate para oír mi débil voz."

Hehaka Sapa, Black Elk, Alce Negro




"Curé con el poder que vino a través de mí."

Black Elk


“Era un día luminoso y despejado. El cielo, llegados ya a la cima, estaba raso. Se sufría una de las peores sequías que recordaban los hombres más ancianos. El cielo siguió claro hasta el término de la ceremonia… Después de arreglarse y pintarse como en su gran visión, Alce Negro se encaró con el Oeste, manteniendo la pipa delante de él con la mano derecha. Alzó luego la voz, una voz débil, patética, perdida en el vasto espacio que nos circundaba:

-Gran Espíritu, contémplame una vez más en la tierra e inclínate para oír mi tenue voz… El camino bueno y el camino de las dificultades dispusiste de manera que se atravesasen; y es sagrado el lugar en que se cruzan. Me dijiste, cuando era joven y podía alimentar esperanzas, que en las pruebas te enviase una voz cuatro veces, una por cada una de las regiones de la tierra, porque me escucharías… Me concediste el poder de dar vida y el de destruir. Me concediste la facultad de purificar y curar. Me llevaste al centro del mundo. En el centro de este aro aseveraste que yo haría florecer el árbol… Con lágrimas en los ojos he de decir que el árbol jamás floreció. Heme aquí, siendo un viejo despreciable; he fracasado, nada conseguí… Una vez más, acaso la última, rememoro la gran visión que me enviaste. Tal vez viva aún una raícilla del árbol sagrado. Nútrela si así fuese. ¡Atiéndeme a fin de que mi gente logre entrar de nuevo… Y halle el buen camino rojo…!

Quienes escuchábamos, advertimos que finas nubes se habían ido acumulando sobre nosotros. Empezó a caer lluvia, menuda y fría y resonó sordo, murmurante, un trueno sin relámpagos. Con el rostro arrasado de lágrimas, el anciano esforzó su voz hasta transformarla en una quejumbre a la vez aguda y quebradiza, y cantó: “¡Haced que mi pueblo viva!”

Black Elk
invocación de Alce Negro de la que fue testigo Joseph Epes Brown




"La paz entra en las almas de los hombres cuando ellos se dan cuenta de su relación, su unidad, con el universo y todos sus poderes, y cuando se dan cuenta que en el centro del Universo mora Wakan-Tanka y que este centro está realmente en todas partes, está dentro de cada uno de nosotros."

Black Elk


"No existirá la paz entre las naciones hasta que se conozca la verdadera paz que está dentro de las almas de los hombres."

Black Elk


“¿Qué es un hombre para que dé tanta importancia a sus inviernos, aunque le encorven como una recia nevada? Muchos otros vivieron y muchos vivirán para ser hierba en las colinas.”



Black Elk


"Si vas a leer otra vez lo que está escrito, usted verá cómo era."

Black Elk


"Una buena nación es lo que traeré a la vida."

Black Elk


“Y allí estaba yo, de pie, en la cumbre de la más alta de las montañas, y abajo, a mi alrededor, se encontraba el círculo del mundo. Y mientras allí estaba contemplé más de lo que puedo describir. Y comprendí mucho más de lo comprendido hasta entonces; pues veía de un modo sagrado la forma de todas las cosas en el Espíritu, y la Forma de todas las formas, como si todo estuviera unido, cual si fuera un único Ser.
Y contemplé cómo el círculo sagrado de mi pueblo era uno de los muchos que componen el Gran Circulo, amplio como la luz del día y como el fulgor de las estrellas en la noche;
y en su centro crecía un árbol majestuoso y florecido, para cobijar a todos los hijos de una misma Madre y de un mismo Padre,y vi que todo aquello era sagrado.”

Black Elk, Alce Negro


"Y cuando respiraba, mi respiración era un relámpago."

Black Elk