"Abríamos los libros, pero pasaban ante nosotros más palabras de amor que de la lección. Había más besos que palabras. Mis manos se dirigían más fácilmente a sus pechos que a los libros. Con mucha más frecuencia el amor dirigía nuestras miradas hacia nosotros mismos que la lectura las fijaba en las páginas."

Pierre Abélard


"Dudar nos lleva a cuestionar, cuestionando se llega a la verdad."

Pierre Abélard o Pierre Abailard, Petrus Abelardus en latín, Pedro Abelardo


"Entonces me verás, no para derramar lágrimas, que ya no será tiempo: viértelas ahora para apagar en ellas ardores criminales: entonces me verás, para fortificar tu piedad con el horror de un cadáver, y mi muerte, más elocuente que yo, te dirá qué es lo que se ama cuando se ama a un hombre... Dudo que alguien pueda leer o escuchar tu historia sin que las lágrimas afloren a sus ojos. Ella ha renovado mis dolores, y la exactitud de cada uno de los detalles que aportas les devuelve toda su violencia pasada."

Pierre Abélard



"Es al dudar que investigamos, y al investigar que reconocemos la verdad."

Pierre Abélard



"FILÓSOFO: “Por cierto, estoy de acuerdo y esto es necesario más que cualquier otra cosa. Pero justamente por eso debemos esforzarnos hasta donde podamos e intentar profundizar continuamente la ley natural con las enseñanzas de la moral más verdadera. Creemos que esto se puede lograr con orden y correctamente si discutimos siguiendo los puntos esenciales de esta ética, aquellos que tú has expuesto antes, o sea, qué es el sumo bien y por qué camino se lo debe alcanzar. Nuestro tratamiento de la ética resultará así dividido en dos partes”
CRISTIANO: “Estamos perfectamente de acuerdo. Pero, ya que hemos establecido confrontar nuestras y vuestras posiciones para elegir las mejor fundadas y tú, sobre la base de la prioridad en el tiempo de la ley natural, has reivindicado el derecho de hablar primero, es tu deber -justamente porque te conformas con la ley natural que se manifestó primero y te vales solamente de ella- exponer tus afirmaciones y las de los tuyos sobre el tema y, luego, si no estamos de acuerdo sobre algún punto, escuchar nuestras razones".
FILÓSOFO: “El sumo bien o el fin del bien, es decir, su consumación y perfección, ha sido definido, como muchos de los nuestros recuerdan, como aquello cuya posesión nos hace felices; el sumo mal, por el contrario, es aquello que, cuando se lo sigue, nos hace desdichados. Merecemos una cosa u otra por nuestras costumbres que, como es sabido, son llamadas virtudes o, por el contrario, vicios. Algunos de los nuestros, como recuerda el mismo Agustín en el octavo libro de De civitate Dei, llamaron ‘sumo bien’ a la misma virtud, otros lo identificaron con el placer."

Pierre Abélard



"La clave de la sabiduría es esta: constante y frecuente cuestionamiento, dudar nos conduce a la pregunta y el cuestionamiento nos lleva a la verdad."

Pierre Abélard


"La pregunta es si Dios nos prohíbe todo pecado. Responder afirmativamente parecería que Dios actúa contra razón, puesto que en esta vida no se puede pasar sin cometer pecados, al menos, veniales. Ahora bien, si nos mandó evitar todos los pecados -y en realidad no podemos evitarlos todos-, entonces no nos impuso un yugo suave y una carga ligera, sino un peso que excede nuestras fuerzas y que no podemos soportar de ninguna manera, tal como el Apóstol afirma del yugo de la Ley.
¿Puede, en efecto, verse alguien libre al menos de una palabra ociosa y -sin irse nunca de la lengua- alcanzar la perfección de que nos habla Santiago cuando dice: "si alguno no cae hablando es un hombre perfecto?". Pienso que a nadie se le oculta lo difícil y, aún más, lo imposible que resulta a nuestra debilidad permanecer libres de pecado, sobre todo habiéndonos dicho el mismo Apóstol poco antes: "todos caemos muchas veces". Y que otro Apóstol de gran perfección afirme también: "si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos y la verdad no está en nosotros".
Esto es verdad si tomamos la palabra "pecado" en sentido amplio, como ya explicamos, y llamamos también "pecado" a todo lo que hacemos sin deber hacerlo. Si, por el contrario, entendiendo el pecado en un sentido propio, sólo llamamos "pecado" al desprecio de Dios, entonces se puede pasar toda una vida sin cometerlo, aunque con máxima dificultad. Como recordamos más arriba, Dios no nos prohíbe sino el consentimiento en el mal con el que le despreciamos, aunque su mandato parezca referirse a la acción. Así lo explicamos ya, demostrando que de otro modo no podríamos observar absolutamente sus mandamientos.
De los pecados, unos se llaman veniales, es decir, leves; otros, mortales o graves. De los mortales, a su vez, hay algunos que se llaman crímenes, y son aquellos que, si llegan a conocerse, pueden hacer infame o culpable de crimen a una persona. Hay otros que no se llaman así. Los veniales son tales cuando consentimos en lo que sabemos que no se ha de consentir, pero sin tener entonces presente en la memoria eso que sabemos. Es claro que sabemos muchas cosas aun cuando estemos dormidos o no nos acordemos de ellas. Ni cuando dormimos perdemos nuestros conocimientos o nos volvemos tontos, ni cuando despertamos nos hacemos sabios."

Pierre Abélard
Ética o conócete a ti mismo