"El estupendo asalto inopinado Turbó al guerrero, congeló su ardiente Sangre en heladas, fibras y erizado
Surtió el xabello en la Cesárea frente: Sin profanar el margen venerado. En sus afectos vaciló abstinente. Hasta que ya, cual ciudadano ó hijo, A Roma vuelto, y á sus Dioses dijo:
O tú, que en el Altar Capitolino Eres, Jove, presidio á los Romanos; O vos, Penates, del que á Italia vino. Donde á los Julios sucedí Troyanos; O nuestro numen, Rómulo Quirino,
O tú, que en los Alcázares Albanos, Duplicas Templo, ó venerable Vesta, Por quien la llama se eterniza honesta:
O Roma, por Deidad ya graduada. Tu honor buscan pacificas mis greyes; Soy tu lealtad, y lo será mi espada, A ilustrar vengo, no á ultrajar tus leyes: Rindo á tus pies mi frente coronada con las diademas de sujetos Reyes; El que agraviare enemistad conmigo. Este solo es tu agravio, es tu enemigo."

Juan de Jáuregui
Farsalia



"El vuelo a Libia dirigió Perseo,
Donde jamás verdor se engendra o vive;
Instila allí su sangre el rostro feo,
Y en funestas arenas muerte escribe;
Presto el llovido humor logra su empleo
En el cálido seno, pues concibe
Todas sierpes, y adúltera se extraña
De ponzoñas preñadas la campaña...

La sangre de Medusa, pues en este
Sitio produjo al Basilisco armado
En lengua y ojos de insanable peste,
Aun de las sierpes mismas recelado:
Allí se jacta de tirano agreste,
Lejos hiere en ofensas duplicado,
Pues con el silbo y el mirar temido
Lleva muerte a la vista y al oído."

Juan de Jáuregui y Aguilar
La Farsalia
Citado en el libro de Jorge Luis Borges, El libro de los seres imaginarios, página 28