"El aspecto de las ruinas parece ser de tipo monolítico, anteriores a los descubrimientos egipcios más antiguos. A juzgar por las inscripciones halladas en muchas partes de Brasil, sus habitantes empleaban una escritura alfabética similar a muchas otras antiguas escrituras europeas y asiáticas. Hay rumores, también, de una fuente extraña de luz en los edificios, un fenómeno que llenó de terror a los Indios que aseguraban haberlo visto."


Percival "Percy" Harrison Fawcett
En una carta de 1.912, dirigida a su hijo Brian


"El lugar llamado "Z" - nuestro objetivo principal – está situado en un valle rodeado de altas montañas. El valle tiene, aproximadamente, diez millas de ancho y la ciudad se halla sobre un promontorio en medio del valle, llegándose hasta ella por un camino de piedra cubierto por una bóveda. Las casas son bajas y sin ventanas, y hay un templo piramidal. Los habitantes del lugar son numerosos, poseen animales domésticos, y han excavado minas en las colinas circundantes. No muy lejos hay una segunda ciudad, pero la gente que la habita es de rango inferior a los habitantes de "Z". Aún más al sur hay otra gran ciudad, medio enterrada y completamente destruida."

Percival "Percy" Harrison Fawcett
En una carta de 1.912, dirigida a su hijo Brian


"La solución del origen de los indios de América y del mundo prehistórico, la tendremos cuando sean descubiertas y abiertas a la investigación científica las antiguas ciudades de la civilización solar. Pues yo sé que estas ciudades existen."

Percival "Percy" Harrison Fawcett
Tomada del libro de Louis Pauwels & Jacques Bergier, La rebelión de los brujos, página 195


“La tradición mexicana nos cuenta que en el pasado llegó desde Oriente un pueblo Tolteca, que se transformó en grande y próspera nación, a quien se les atribuye las construcciones ciclópeas que precedieron a los Aztecas. Eran los “Olmecas” y los “Xicalancas”, quienes pretendían ser una raza muy antigua y se jactaban de haber destruido al último de los gigantes. Quetzalcóatl también venía de Oriente, y una rama de esa gente ocupó una isla al sur. Todos estos pueblos toltecas eran de rasgos finos, ojos azules, color cobrizo, pelo corto castaño rojizo (Véase la obra de Short = “North Americans of Antiquity), y acostumbraban a usar túnicas sueltas. Entre los Maxubis he visto miembros de esta tribu con ojos azules y pelo rojizo. Para los salvajes, los Toltecas eran pueblos avanzadísimos. Luego vino un gran cataclismo en la tradición de estos pueblos, la civilización Tolteca quedó en ruinas. Tiahuanacu debe haber sido una vez una ciudad sobre una isla. En épocas de la conquista – continúa describiendo Fawcett – los nativos atribuían a la reconstrucción de Tiahuanacu a hombres blancos barbudos que vinieron mucho antes del imperio Inca. En esa época ocurrieron las migraciones por el norte y la Polinesia. (Por el cataclismo…) muy pocos pudieron escapar al norte. Crónicas que datan del tiempo de la conquista se refieren a la apariencia de estos pueblos, de raza hermosa, que preservaban la tradición de descender de la raza blanca. Los “Molopaques” descubiertos en Mina Gerais en el siglo XVII eran de tez clara y barbudos, y también los “Mariquitas”, cuyas mujeres luchaban como las Amazonas. No es improbable que éstas sean las tan nombradas y legendarias amazonas. Y también, en la época del gran cataclismo; la isla brasileña estaba habitada por trogloditas negroides de los cuales podemos hallar restos de ellos aún hoy en el interior, los cuales son temidos por su ferocidad. Los Incas heredaron fortalezas de una raza anterior y oí decir que ellos unían las piedras por medio de un líquido que suavizaba las superficies hasta que tenían la consistencia de arcilla. 
No dudo un momento de la existencia de las ciudades. ¿Cómo podría dudarlo? Yo mismo he visto parte de una de ellas y lo que allí observé ha hecho imperativo mi regreso. Los restos parecen ser los puestos de avanzada de una ciudad grande. Estoy convencido que podré descubrirlas. Infortunadamente no pude convencer a los científicos a aceptar esto, he viajado y una y otra vez los indígenas me han hablado de estas cosas que hay más allá. Un hecho es cierto. Entre el mundo exterior y los secretos de la antigua Sudamérica, ha descendido un velo, y el explorador que ansíe descorrerlo, deberá estar preparado para sostener peligros que pondrán a prueba su resistencia a un límite increíble. Es probable que no pase pero si lo logra, estará en situación de aumentar nuestro conocimiento histórico.”

Percival "Percy" Harrison Fawcett


"Los Incas heredaron las fortalezas y ciudades construidas por una raza anterior y las restauró de la ruina sin mucha dificultad. Ellos construyeron con piedra en las regiones dónde éste era el material más conveniente; en cambio, para el cinturón costero ellos usaron generalmente el adobe. Los viejos constructores adoptaron las mismas e increíbles junturas que son características de los edificios megalíticos más viejos, pero los incas no hicieron ningún esfuerzo para usar la piedra grande, previamente amasada por sus predecesores. Yo escuché que los incas heredaron esta técnica y encajaron sus piedras gracias a un líquido que ablandó las superficies a ser unidas a la consistencia de arcilla."

Percival "Percy" Harrison Fawcett


"Sé que la ciudad perdida de Francisco Raposo no es la única en su género."

Percival "Percy" Harrison Fawcett


“Si no regresamos no deseo que se organicen partidas de salvamento. Si yo con mi experiencia fracaso, no queda esperanza del triunfo de otros. Ya sea que pasemos y volvamos a salir de la selva o dejemos nuestros huesos para podrirse en ella, una cosa es indudable: la respuesta al enigma de la antigua Sudamérica – y quizá del mundo prehistórico – será encontrado cuando se haya encontrado a las antiguas ciudades y queden abiertas a la investigación científica. Porque las ciudades existen, de eso estoy seguro…”

Percival "Percy" Harrison Fawcett