·Adán fue el hombre más afortunado del mundo, no tenía suegra."

Sholom Aleichem o Sholem Aleijem o  Shalom Aleichem es el seudónimo de Solomon Rabinowitz


"Ah, cuantos lujos ha preparado el buen Dios para sus hijos judíos."

Sholom Aleichem


"¿Alguna vez han oído de un cantante o artista que haya rechazado a alguien porque tiene una fuerte urgencia por presentarse en escena?"

Sholom Aleichem



"Aquí se encuentra un judío simple y llano que escribió en prosa simple y llana."

Sholom Aleichem



"Cuando el corazón está lleno, los ojos desbordan."

Sholom Aleichem




"Cuando mueras, otros que creen que te conocen, inventarán cosas sobre ti. Mejor levanta un bolígrafo y escríbelo tú mismo, porque tú te conoces mejor a ti mismo."

Sholom Aleichem



"El chisme es el teléfono de la naturaleza."

Sholom Aleichem



"Existen personas que nunca han les han enseñado nada y saben todo, que nunca han viajado a ningún lugar y entienden todo, que nunca han tenido un momento pensando de ninguna cosa y comprenden todo. 'Benditas manos' es el nombre otorgado a estos seres afortunados. El mundo les envidia, les honra y les respeta."

Sholom Aleichem


"Jugar tuercas es un juego como cualquier otro, ni mejor que trompos, ni peor que los naipes. El juego se juega de varias maneras. Hay "agujeros" y "Banco" y "tapas". Pero cada juego termina de la misma manera. Un niño pierde, otro gana. Y, como siempre, el que gana es un inteligente compañero, un compañero listo, un buen compañero."

Sholom Aleichem


"La vida es un sueño para el sabio, un juego para el tonto, una comedia para los ricos, una tragedia para los pobres."

Sholom Aleichem


Las hijas de Tobías

"Tevye: Golde, ¿tú me quieres?
Golde: ¿Que si qué?
T: ¿Me quieres?
G: ¿Que si te quiero?
T: ¿Bien?
G: Con los casamientos de nuestras hijas y todos estos problemas en el pueblo estás alterado, estás agotado. Entra y túmbate, quizá sea una indigestión.
T: Ah, no, Golde, estoy haciéndote una pregunta: ¿me quieres?
G: Estás loco.
T: Lo sé, pero ¿me quieres?
G: ¿Qué si te quiero?
T: ¿Bien?
G: Durante 25 años he lavado tu ropa, cocinado para ti, limpiado tu casa, te he dado hijos, ordeñado tu vaca. Después de 25 años, ¿por qué hablar ahora de amor?
T: Golde, la primera vez que te vi fue el día de nuestra boda. Tenía miedo.
G: Yo estaba asustada.
T: Yo estaba nervioso.
G: Y yo también.
T: Pero mi padre y mi madre dijeron que aprenderíamos a querernos, y ahora te estoy preguntando: ¿me quieres?
G: ¡Soy tu mujer!
T: ¡Lo sé! Pero ¿me quieres?
G: (Hablándose a sí misma) ¿Le quiero? …
T: ¿Bien?
G: He vivido con él 25 años, he luchado con él, pasado hambre con él. 25 años, mi cama es suya, si eso no es amor, ¿qué es?
T: ¡Entonces me quieres!
G: Supongo…
T: … y supongo que yo a ti también.
Ambos: No cambia nada… pero incluso así, después de 25 años es agradable saberlo.

Sholom Aleichem



"Los abogados son como físicos: lo que uno dice lo contradice el otro."

Sholom Aleichem


"Los ricos se hinchan de orgullo, los pobres por hambre."

Sholom Aleichem



"No importa lo malo que se conviertan las cosas, tienes que seguir viviendo, incluso si te mata."

Sholom Aleichem


"¿Para qué sirve un buen caballo si no sale del establo? ¿Para qué sirven hijas hermosas si tienen que vegetar en una aldehuela miserable sin ver a nadie más que a Antón Poporila, el alcalde cristiano, al escribiente Jvetka Galagán, un palurdo de elevada estatura, melena y botas altas, y al cura, borrados sean sus nombres y su recuerdo? A este último no quiero ni nombrarlo. No porque yo sea judío y él, cura. Al contrario, siempre estuvimos en muy buenas relaciones, y desde hace muchos años. Bueno, no nos visitábamos ni nos invitábamos a las fiestas, pero cuando nos encontrábamos, nos saludábamos, cambiábamos unas frases triviales sobre el tiempo, o sobre las novedades del día. Internarme con él en temas más profundos no me gustaba. Porque en seguida nos trenzábamos en discusiones. «Nuestro Dios... El Dios de usted...» Yo trataba entonces de cortarlo con una cita. «Dice un versículo de nuestra Biblia...» Él me interrumpía entonces para afirmar que los versículos los conocía tanto como yo, y quizá mejor. Y se ponía a recitar de memoria la Biblia, claro está, como lo hacen los goim: «Bereshit bará alakim». Siempre lo mismo. Yo volvía a interrumpirlo para decirle que según aquel pasaje del Talmud... Pero el Talmud no le gustaba al cura, porque decía que era «puro fraude». Ante lo cual yo me indignaba profundamente y le decía todo lo que me venía a la boca. ¿Pero usted cree que le importaba? ¡Ni un comino! Me miraba riendo y atusándose la barba con los dedos. No hay nada peor que insultar a un hombre y que éste no le responda. A usted se le derrama la bilis y el otro sigue riendo. En aquel entonces yo no lo había entendido, pero ahora sé a qué se debía esa sonrisa."

Sholom Aleichem
Tobías el lechero


"Un cantante, cuando empieza a cantar, es como la lluvia - una vez que comienza, es difícil de detener."

Sholom Aleichem


"Un soltero es un hombre que viene al trabajo cada mañana de una dirección diferente."

Sholom Aleichem