"A veces lloraba lágrimas amargas, con el profundo sentimiento de que la vida se me escapaba de las manos, que los días de mi juventud se esfumaban, vacíos, sin interés, sin alegría. Entendía que estaba desperdiciando un tiempo que nunca recuperaría, que estaban pasando de largo horas y horas que podían haber sido hermosas. Mis padres -como la mayoría de los padres que han criado, si no una gran águila, al menos una diminuta águila obsesionada con volar a través del espacio- no podían comprender esto y, aunque no eran peores que otros, lo cierto es que llegaron a hacerme más daño que el más incansable de los enemigos."

Alexandra David-Néel



"Aquellos que han buscado las cosas altas se levantarán, pero aquellos que han amado vanidades descenderán a las cosas más bajas." 

Alexandra David-Néel



"El que viaja sin encontrarse con el otro no viaja, se mueve."

Alexandra David-Néel



"El Tibet presenta todas las características de las tierras maravillosa descritas en los cuentos."

Alexandra David-Néel


"Entonces el discípulo atravesó el país en busca del maestro predestinado. Sabía su nombre: Tilopa; sabía que era imprescindible. Lo perseguía de ciudad en ciudad, siempre con atraso.
Una noche, famélico, llama a la puerta de una casa y pide comida. Sale un borracho y con voz estrepitosa le ofrece vino. El discípulo rehúsa, indignado. La casa entera desaparece; el discípulo queda solo en mitad del campo; la voz del borracho le grita: Yo era Tilopa.
Otra vez un aldeano le pide ayuda para cuerear un caballo muerto; asqueado, el discípulo se aleja sin contestar; una burlona voz le grita: Yo era Tilopa.
En un desfiladero un hombre arrastra del pelo a una mujer. El discípulo ataca al forajido y logra que suelte a su víctima. Bruscamente se encuentra solo y la voz le repite: Yo era Tilopa.
Llega, una tarde, a un cementerio; ve a un hombre agazapado junto a una hoguera de ennegrecidos restos humanos; comprende, se prosterna, toma los pies del maestro y los pone sobre su cabeza. Esta vez Tilopa no desaparece."

Alexandra David-Néel
Parmi les Mystiques et les Magiciens du Tibet



"Es una de las glorias del budismo que siempre apela a la razón y a la ciencia y no a la fe ciega o a la autoridad."

Alexandra David-Néel



"La aventura será mi única razón de ser."

Alexandra David-Néel



"La obediencia es la muerte. Cada instante en el que el hombre se somete a una voluntad extraña es un instante arrancado a su propia vida."

Alexandra David-Néel


"Lloré más de una vez amargamente, teniendo la sensación profunda de la vida que pasaba, de mis días de juventud vacíos, sin interés, sin alegría.
Comprendía que perdía un tiempo que no volvería, que perdía horas que hubieran podido ser maestras para mi vida.
Qué dolor, qué pérdida, qué días de vacíos, de ansiedades, de tristezas."

Alexandra David-Néel



"Los seres son lo que son, van donde crecen causas desconocidas, provenientes de períodos infinitamente distantes. A veces luchan, pero la poderosa corriente todavía los impulsa..."

Alexandra David-Néel




"Marcharme o marchitarme."

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"Mi primer encuentro con un lung-gom-pa tuvo lugar en el desierto de pastos al norte del Tíbet. Hacia el final de la tarde cabalgábamos sin prisas por una ancha llanura cuando observé, muy lejos, un poco a nuestra izquierda, una minúscula mancha negra que, con la ayuda de mis gemelos, pude ver que era un hombre. Me sorprendió mucho. Los encuentros no son frecuentes en aquella región y llevábamos diez días sin ver a un ser humano. Además, gentes de a pie y solos no suelen aventurarse en aquellas inmensas soledades. ¿Quién podía ser el viajero?

Mientras continuaba observándole con mis gemelos, noté que su paso era singular y que avanzaba con una rapidez extraordinaria. Aunque a simple vista mis gentes sólo podían ver un punto negro que se movía entre las hierbas, no pasó mucho tiempo sin que se diesen cuenta de la velocidad sorprendente que llevaba. Les pasé los prismáticos y uno de ellos, después de haber mirado unos minutos, exclamó: Lama lung-gom-pa tchig da («Diríase que es un lama lung-gom-pa»). Las palabras lung-gom-pa despertaron inmediatamente mi interés. Aún no había llegado a ver un experto lung-gom-pa cumpliendo las prodigiosas hazañas de que tanto se hablaba en el Tíbet. ¿Iba a perder aquella ocasión?

El hombre continuaba acercándose y la rapidez de su marcha era cada vez más evidente. ¿Qué debía hacer si era un verdadero lung-gom-pa? Deseaba observarle de cerca, hablar con él, hacerle preguntas y también fotografiarle... Deseaba muchas cosas. Pero desde las primeras palabras que pronuncié, el criado que había reconocido el paso del lung-gom-pa exclamó:

–Reverenda señora, no va a parar al lama, ni a hablarle, ¿verdad? Se moriría, de seguro. Estos lamas, cuando viajan, no deben interrumpir su meditación. El dios que está en ellos se escapa si dejan de repetir las fórmulas mágicas, y si los abandona antes de tiempo, les da tan violenta sacudida que los mata.

Había llegado a poca distancia de nosotros. Podía distinguir claramente su faz impasible y sus ojos muy abiertos, que parecían contemplar fijamente un punto situado en alguna parte, allá arriba, en el espacio vacío. Diríase que se desprendía de la tierra a cada paso que daba y que avanzaba botando, como si hubiera tenido la elasticidad de una pelota. Vestía el hábito y la toga monástica usuales, ambos muy gastados. Su mano izquierda sujetaba un pliegue de la toga y permanecía oculta por la tela. Su mano derecha empuñaba un purba (puñal ritual). Al caminar, movía ligeramente el brazo derecho, al ritmo de su paso, como si el purba, cuya punta se hallaba muy alejada del suelo, estuviese verdaderamente en contacto con él y le sirviese de bastón."

Alexandra David-Néel
Magos y místicos del Tíbet



"Nunca salgas corriendo antes de saber nada de ti mismo. ¿Cómo te gustaría que los demás estuvieran interesados en una criatura que no encuentra en ella algo para disfrutar de su propia sociedad?"

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"Para aquél que sabe mirar y sentir, cada minuto de vida libre es una auténtica gloria."

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"Pudimos oír el ruido que hacían sus cadenas, que se fue desvaneciendo a medida que él se alejaba en la espesura. Yongden me dijo: «Es un lung-gom-pa: se ponen esas cadenas para hacerse más pesados pues sus cuerpos son tan ligeros que corren el peligro de flotar en el aire."

Alexandra David-Néel
Magos y místicos del Tíbet




"Quizás el halo de misterio qu envuelve al Tibet se deba a su tradicional aislamiento, causado por factores geográficos y políticos."

Alexandra David-Néel


"Sólo siento indiferencia ante lo que pueda ocurrir, ya sean dificultades, sufrimiento, vida y muerte. En realidad, caemos en la inquietud y el temor porque nos importa demasiado nuestra vida y nuestro confort. La sabiduría consiste, pues, en no permitir que me invada la agitación. Si el final está cerca, no tiene la menor importancia."

Alexandra David-Néel



"Tan pronto como la más mínima sabiduría ha entrado en la mente de un hombre anhela la soledad."

Alexandra David-Néel



"Todo el mundo, cuando se trata de disfrutar, tiene un punto de vista especial."

Alexandra David-Néel