“Busco de dónde asirme porque siento que voy a estrellarme. Sin ninguna noche en la cual dormir. Defendiéndome con puños minúsculos contra una ciudad inmensa, gris, enemiga. Nadie se detiene siquiera un instante para escuchar una palabra. Las carreteras se devanan infinitas. Espérenme. Y nadie me oye. Corro por Broadway entre los transeúntes, mendigando un saludo. Una sonrisa de cualquier rostro. Despacio ahora. Porque el caballo puede desbocarse para siempre. Una vez que lo lanzamos al galope. Allí donde mi tío nos envió a mi hermano y a mí, un verano. Muertos de miedo, con el corazón saltándosenos por la boca en el camino a Mount Kisco. En el enorme tren que atronaba.”

James Patrick Donleavy
Cuento de Hadas en Nueva York, página 131



“Cuando no tienes dinero, el problema es la comida. Cuando tienes comida, es el sexo. Cuando tienes ambos es la salud. Cuando todo va bien, entonces uno teme a la muerte.” 

J. P. Donleavy



–Lilly, ¿por qué quisiste que te lo hiciera así?
–Oh, señor Dangerfeld, es muchísimo menos pecado.
                      Y 
                     divertido
                     también.



J. P. Donleavy
El hombre de mazapán



"Si no fuera porque mi vieja sangre es azul, hace mucho que la habría vendido en el hospital."

J. P. Donleavy
El hombre de mazapán


“Toda esta ciudad se alza dentro de nosotros mismos. Pequeñas torres de resentimiento. Se desmoronan en escombros de dignidad perdida. Hay que acarrearlos bajo el peso del dolor. Me gusta ver cómo la gente se para y nos mira cuando pasamos. Desde este mísero vecindario en que viven. Adiós, Woodside. Hola, Forest Hills. Si al menos fuera yo uno de los hijos. Así como hay hijas. De la revolución norteamericana. En vez de haber sido arrojado a estas playas. Por un par de simples inmigrantes. Que nunca supieron por qué diablos se les ocurrió venir.” 

James Patrick Donleavy
Cuento de Hadas en Nueva York, página 300