"Desapareceré yo de este mundo perecedero, restituyéndole las sombras con que vistió y encubrió mi espíritu y, si después de mi desaparición durase en la escritura lo que ahora mi razón te habla, tú leyéndolo harás conmigo el mismo viaje que ahora haces mientras aún vivo gimiendo bajo el peso de la mortalidad. este modo de hablarnos, tratarnos y acompañarnos en todos tiempos y países, ¿no prueba claramente la naturaleza casi divina de nuestro espíritu, con el que, aún vestidos de la mortalidad y habitadores del mundo caduco, nos comunicamos mutuamente nuestras ideas como hacen los ángeles del Cielo?

Lorenzo Hervás y Panduro


"Graciano versado solamente en estas colecciones espurias, conoció bien su variedad y contradicción, por lo que puso a su colección el siguiente título: Concordantia, o concordia discrepantium canonum. Este título, con que la colección de Graciano se nombra por Guido Baisio, Arcediano, por S. Antonino y Tritemio, se halla en los códices de ella, y en sus ocho ediciones hechas desde el año I471 hasta I499 inclusive. Antonio Augusto se burló con razón del título decreto, que se suele dar a dicha colección, y más del título, canonum concordia discordatium, que verdaderamente conviene a dicha colección. En ésta, además de los errores que Graciano trasladó de las colecciones espurias, hay muchos provenientes de su ignorancia, y no pocos por defecto de los amanuenses o copiantes. A la ignorancia o al descuido de Graciano se deben atribuir su suposición de fingirse los hombres en necesidad de faltar a algún precepto natural, la de insinuar que ha habido decretales contra algunas máximas de la doctrina Evangélica, la temeraria opinión de prevalecer a la potestad pública la privada por inspiración Divina: y así otras muchas opiniones y expresiones, que por el sentido material o formal de sus palabras, repugnan a la doctrina eclesiástica, y aun a la razón. A los copiantes se deben atribuir no pocos errores, como son los de ponerse en el decreto de Graciano, concilio Cartaginense por Calcedonense, Hiponense por Epaonense, Ilerdense por Triburense; y lo de citarse Chrisóstomo por Cromacio, Agustín por Gerónimo, Celestino por Calixto; Macario por Zacarías; Anastasio por Atanasio, Leonardo por Leandro, Trimegisto por Taumaturgo, Vicente por Iuvenco, Anselmo por Asello, etc."

Lorenzo Hervás y Panduro
Historia de la vida del hombre



"[...] Renato Des-Cartes, el cual al renovarse o restablecerse la filosofía, promovió la opinión de las ideas innatas en un sentido diferente del que para defenderlas entendieron y supusieron Platon y los seqüaces de su escuela. [...] Leibniz, que juzgó criarse la mente humana con la idea de todo el universo, debe contrarse entre los seqüaces cartesianos. Silvano Regis, en la parte primera del libro de su obra sobre el uso de la razon !y! de la fe, dice que el alma al unirse con el cuerpo !se excitan las ideas de si misma, de su cuerpo! y de Dios, y á estas da el nombre de innatas. La existencia de estas en el sentido en que las defienden los platónicos y los cartesianos, la desprobaron é impugnaron Pedro Gasendo, Tomás Hobbes, Francissco Malebranche, Juan Lock, Andres Rudrigero, Antonio Genovesi, y casi todos los modernos."

Lorenzo García y Panduro, luego cambiados sus apellidos a Hervás y Panduro
El hombre físico, 1800: II, 271/2