"Este árbol ( el olivo) retó a todos los demás porque dijo: “Yo soy áureo porque mi aceite tiene el color del oro; además cura noventa y ocho enfermedades y males y es el único aceite que fortalece el corazón, aprieta los lomos y alegra el ánima. Pues soy bendito nadie que coja rama, hoja y fruto mío y lo guarde en su domicilio, verá adversidad, congoja ni preocupación y él y su familia pasarán el año en el mayor bienestar, porque yo habré desterrado la tristeza, la tentación melancólica y las fantasías disolventes. Pues soy bendito satisfago, alegro y libro de todos los males, preocupaciones, penas, desgracias y fantasías descabelladas del día a quien a diario me mira a la salida del Sol y me estrecha con la mano. Soy el árbol del lento y pesado Saturno, cuyo más fuerte y mayor nombre soy. Soy el compañero del solitario, quien libra al desgraciado de su daño y puebla los baldíos. Mío es el mérito de la región de Persia, de los yarmucos y de los sudaneses; mío el primer día; mías las moradas más nobles, los cimientos más antiguos, las fortalezas más firmes, los ríos más grandes y más extensos, los vientos más fríos, las comarcas más sanas, las esferas más altas, los cometas más largos y las situaciones más altas y nobles»."

Reguahata
Tomado del libro Picatrix de Maslama Ibn Ahmad Al-Mayriti, página 288