“Hay una anécdota en la trayectoria de Honroth  que ilustra con claridad estos aspectos. Él había desafiado a la polícia afirmando que podía descubrir a un criminal antes que ellos. La cuestión es que se produjo un robo en una empresa que contaba con una plantilla de 200 empleados. Con el beneplácito de las autoridades, Honroth les realizó una serie de tests para demostrar su afirmación.
Primero seleccionó a aquellos trabajadores en cuya escritura se apreciaban rasgos de tendencia a la mentira y al engaño. Posterioremente, llevó a cabo otra prueba con éstos incluyendo en el test palabras como: “robo”, “cárcel”, “prisión”…palabras en definitiva, que pudiesen causar algún impacto emocional en el autor del robo.
Con este test detectó impactos emocionales en 3 o 4 sujetos a los que volvió a someter a otro test emocional; esta vez aportó detalles muy concretos sobre lo sucedido que sólo podía conocer el ladrón. Lo cierto es que en esta fase sólo observó impacto (lapsus calami) en una persona quien, por cierto, terminó confesando su delito.”

Clara  Tahoces
 Lo esencial de grafología