Como un hombre mudo atrapado en su infinito silencio
avanza la tierra silbando a través de la anchura del cielo.
Sin duda algún dios con benigno e inquisitivo gesto
podría asomarse a ella y dejar que si fiel ojo
se extienda sobre su costrosa piel girante como mirada escrutadora
hasta que, de repente, con ojo y dulce índice convergiendo,
señales un punto especial Aquí, en este momento,
diría, lo detecto: este el centro de la tormenta.
Este es el sitio más triste de toda la tierra.
¿Creencia anticuada? ¿Pueden acaso tales dioses existir?
Sin embargo, el hecho sobrevive a la metáfora que genera;
sea que los dioses existan o no, Gea mana sangra a través de sus heridas.
Debe hacer un lugar donde el dolor alcance su más álgido punto;
un lugar, en algún sitio, soporta la peor pena del mundo.
¿Dónde yace esta pena? ¿Quién aventuraría conjetura?
Ah, de un minuto a otro se muda.
Pues la congoja vuela entre las moléculas como un sueño.
Del astillado filo de los huesos florece como una amarga flama.
¿Quién sabe qué niño yace en la noche como en el socavón de una mina,
sin pestañear, su mundo como fruto caído entre piedras,
o qué falible santo de despeña en su privado abismo
habiendo caminado el cielo por un viscoso orgasmo?
O quizá incluso un animal es quien sufre peor,
acechado por una bestia enfundada en la piel da la belleza.
Nadie podría decir dónde cala más la purísima gota de dolor,
excepto que fuera este dios de benigna mirada castaña.
Algunos maldecirán a la piedad por no brindar ningún auxilio,
pero en si cráneo existe una sabiduría idéntica al agua helada.
Percibir ese espíritu de sufrimiento en su rabiosa pureza
es para un dios el precio de su condición divina.
Oh, entonces, si existe, tened piedad de este dios.
Atado está a esta herida costra y su légamo de horror.
No posee la ignorancia que pueda mantenerlo apartado.
Todo lo sabe un dios. Los dioses están desesperados.

John Barrington Wain
De la antología de A. Alvarez The new paetry (Penguin books, 1962) Versión de Rafael Vargas



"La poesía es a la prosa como el baile es al caminar."

John Barrington Wain