"Hay un inglés, un tipo corriente, decente, quien a pleno día en mi propia ciudad me dice, como su representante parlamentario, que para sus hijos no merecerá la pena vivir en este país. Simplemente no tengo derecho de encogerme de hombros, ignorar lo que dice, y pensar en otra cosa. Lo que dice, lo dicen miles y cientos de miles de personas,- quizás no en toda Gran Bretaña, pero sí en las zonas que ya están sometidas a una transformación sin parangón en mil años de la historia de Inglaterra. Debemos estar locos, literalmente locos, como nación para permitir la entrada anual de unos 50,000 dependientes, que son la mayoría de la población inmigrante. Es como mirar a una nación erigir su propia pira funeraria.
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Por razones que no comprendían, como consecuencia de una decisión sobre la que nunca fueron consultados, se encontraron como extranjeros en su propio país. Descubrieron que sus mujeres ya no tenían camas hospitalarias para dar a luz, que sus hijos no obtenían plaza en los colegios, que sus barrios cambiaban hasta ser irreconocibles, que sus planes y perspectivas de futuro fueron destrozados, y en el trabajo vieron que los jefes no se atrevían a aplicar los mismos criterios de disciplina y competencia a los inmigrantes que se aplicaban a los nativos.
Powell abogó por un plan generoso de repatriación de los inmigrantes para revertir la situación. Habló de la mentalidad sectaria de muchos de los recién llegados, que no tenían intención alguna de integrarse en la sociedad británica, que utilizaban las diferencias raciales y religiosas “con el fin de dominar, primero a otros inmigrantes, y luego a la población general.
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Mirando hacía el futuro, siento malos presentimientos. Como el romano, veo “el Tíber espumante de mucha sangre”… Sólo la acción determinada y urgente evitará el desastre. Queda por ver si hay voluntad entre el pueblo para exigir y obtener dicha acción. No lo sé. Lo único que sí sé es que callarse ahora sería la gran traición."

John Enoch Powell
(Discurso llevado a cabo por el entonces Secretario de Estado Británico para la Salud John Enoch Powel, en Birmingham el 20 de Abril de 1968)




“La historia está llena de guerras que todo el mundo sabía que nunca sucedería.”

John Enoch Powell


“Los políticos que se quejan de los medios de comunicación, son como los capitanes de barco que se quejan del mar.”

John Enoch Powell


“Si mi barco escapa de la vista, no significa que mi viaje termine, simplemente significa que el río dobla.”

John Enoch Powell



“Todas las carreras políticas acaban en fracaso.”

John Enoch Powell



“Un fontanero que sabe Latín es mejor que otro que no sabe.”

John Enoch Powell


“Un político cristaliza lo que la mayoría quiere decir, incluso si no lo sabe.” 

John Enoch Powell